Personaje. Nicolás Vázquez, el actor que no necesita de la televisión para lograr un éxito de taquilla
Desde hace años lidera los registros de público en el circuito del teatro comercial; desde El otro lado de la cama hasta Tootsie que, recién estrenada, ya es un suceso
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De joven, para ganarse el mango, vendió seguros de coches, planes de ahorro, trabajó en Easy y sacaba hamburguesas en la panchería de su padre. Era él quien lo llevaba, al mismo tiempo, a los casting mientras estudiaba actuación en Olivos. En 1997, Nicolás Vázquez, de él se trata todo esto, tuvo su primer trabajo como actor en la televisión. Fue en RR.DT, la serie de Pol Ka en la que Carlos Calvo hacía de un exjugador de fútbol convertido en director técnico. y en que ese joven intérprete que, con los años se hizo amigo de Lionel Messi, hacía de un jugador de fútbol que daba sus primeros pasos. En aquella ficción televisiva sus cómplices de juego eran Luciano Castro y Mariano Martínez. El productor de esa ficción fue Adrián Suar. Luego de ese trabajo aparecieron otras producciones televisivas (Son amores, ¿Quién es el jefe? o Casi ángeles), que le permitieron transformarse en un artista de enorme llegada masiva.
Claro que, a contramano de varios de sus colegas, él fue armando su propio camino por fuera de la pantalla. Lo primero, en verdad, fue el teatro, el teatro a la gorra. En la temporada de 2007, por ejemplo, mientras compañeros suyos presentaban comedias en grandes escenarios, Vázquez montó Mutando reanimado, un unipersonal que había tenido su primer mojón a principios de este siglo. En aquel momento, este señor que no para de trabajar, estaba desocupado. En ese contexto ideó Los Vázquez, locura de familia que estrenó en un bar olvidable de Flores. La única preocupación del “director artístico de la sala” era si vendía pizza durante la obra o no. De ahí, como reconoció en un nota realizada por LA NACION en Mar del Plata, aprendió a trabajar en esas condiciones, a remarla, a inventarse. Es posible pensar que aquel delirio en el que se lo pasaba creando personajes fue su primera experiencia como productor teatral.
Con el paso del tiempo, luego de participar de tantos éxitos televisivos se largó a producir teatro pero a lo grande, a buscar su lugar en el mundo en el teatro comercial. Con El otro lado de la cama, obra que protagonizó junto a su mujer, Gimena Accardi, y su amigo del alma, Benjamín Rojas, además de Fran Ruiz Barlett y Sofía González Gil; debutó como productor artístico asociado con Javier Faroni. No les fue para nada mal: los más de 350.000 espectadores que la vieron lo confirman. En Mar del Plata, en donde solía pasar sus vacaciones junto a su familia, fue la obra más vista en la temporada 2017. En Francia vio en un teatro Una semana nada más. La compró. Esa vez se asoció con Adrián Suar, algo así como su primer director técnico en las grandes ligas cuando lo incorporó a RR.DT. “Podemos discutir mil ideas, pero yo lo tengo que escuchar mucho más a él que él a mí”, reconoció Vázquez en un reportaje que compartió con el actor y productor de la obra Inmaduros y gerente de programación de Eltrece. Contradiciendo al título, Una semana nada más hizo en una larga trayectoria en distintas plazas sobreponiéndose a ese “detalle” no menor que fue la pandemia. La protagonizó junto a Flor Vigna –luego reemplazada por Gimena Accardi– y Benjamín Rojas. Fue vista por más de 400.000 personas y Vázquez se llevó el Estrella de Mar de Oro.
Ahora, en Tootsie, su aliado es Gustavo Yankelevich, el señor que viene de producir Casados con hijos, junto a Preludio Producciones. “Quiero ver qué hacés, ya que hace años que llenás las salas”, le dijo en la primera reunión. Tanto Suar como Yankelevich son dos personas clave en la historia de la televisión local. Por su parte, este actor que se hizo reconocido en la pantalla chica, desde hace una década no hace ficción televisiva. Su último trabajo fue en Mis amigos de siempre, en cuya trama, como un guiño hacia a RR.DT, hacía un personaje que se volvía a encontrar con sus viejos compañeros de fútbol. En perspectiva, Nicolás Vázquez rompe cierto pensamiento de que para hacer un éxito teatral se debe contar con el peso de la maquinaria televisiva. “No se puede renegar de la televisión, pero no hay que enloquecerse si no se tiene pantalla”, reconoció recientemente.
Aquellos primeros pasos de Nico Vázquez en la ficción fueron hace 25 años. Algunos de sus compañeros en RR.DT –Adrián Suar, Luciano Castro, Mariano Martínez– juegan lugares centrales en la actual cartelera de la escena porteña en obras como Inmaduros, El divorcio y Tom, Dicky & Harry, respectivamente. En medio de esta dura competencia, en la primera semana de Tootsie –la obra protagonizada y actuada por este señor que empezó haciendo teatro a la gorra– volvió a ocupar el primer lugar en cantidad de espectadores así como en recaudación, según los datos de la cámara del circuito comercial, relegando al segundo puesto a Inmaduros.
En definitiva, nada nuevo: desde que estrenó El otro lado de la cama, el señor que se desdobla en Tootsie haciendo de Santi y de Dorita, el que también se desdobla como productor y actor, vendió 800.000 entradas liderando siempre el ranking de los espectáculos comerciales más vistos. Al parecer, la historia se repetiría. Nicolás Vázquez vuelve a patear el tablero sin necesidad de la maquinaria televisiva porque, conocedor el paño y más allá de apreciaciones artísticas sobre sus propuestas, aprendió a generar su maquinaria, a ser el director técnico de su propio equipo.
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