Personaje. Federico Salles, el rosarino de los musicales que es uno de los protagonistas de Kinky Boots
El villano de Argentina, tierra de amor y venganza, ahora comparte cartel con Federico Bal y Laura Esquivel en Villa Carlos Paz
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CÓRDOBA.– Federico Salles es parte del trío protagónico de Kinky Boots en Villa Carlos Paz (teatro Luxor), junto con Federico Bal y Laura Esquivel. Dice estar “feliz” de encarnar a Charlie, quien debe hacerse cargo de la fábrica de zapatos cuando su papá muere. “La figura del padre es un tema central, está siempre presente. Es un texto bien contado, con canciones emotivas”, comenta desde la casa donde pasará hasta el 5 de marzo y tiene como vecino a su compañera Esquivel, con quien pasó las fiestas de fin de año.
Esta es la segunda temporada de Salles en las sierras, la primera fue con Diego Reinhold en Bulebú hace ocho años, cuando ganaron el premio Carlos de Oro. “Entonces estaba más nervioso, no sabía cómo nos iban a recibir. Esta vez fue distinto y Kinky Boots es un sueño, hermosa”, describe.
Kinky Boots, dirigida por Ricky Pahskus y producida por Flavio Mendoza, cuenta la historia de Charlie, que debe hacerse cargo de la fábrica en cuestión, que está en quiebra, y ve una forma de salir adelante cuando conoce a Lola, encarnada por Bal, quien lo lleva a repensar el negocio y empezar a hacer botas para drag-queens. Cabe recordar que Kinky Boots, de Harvey Fierstein, tiene canciones de Cyndi Lauper y ganó el premio Tony en Broadway. Su versión porteña se estrenó en 2020 y tuvo dos temporadas de mucho suceso, con Martín Bossi en el papel principal.
Salles está muy contento con sus compañeros; define a Esquivel como “una genia, una gran compañera y persona y una buena vecina” y de Bal apunta que es “re generoso, siempre a disposición, muy fácil de hacerse su amigo”.
–¿Cómo llegó la propuesta?
–Había terminado de hacer una serie que se estrena en marzo en HBO y que, por el momento, se llama Felices los 6 –dirigida por Marcelo Kaplan– y recibí la propuesta de coprotagonizar Kinky. Yo ya había empezado a pensar qué haría, si me tomaría vacaciones o si llegaría alguna propuesta. La serie estuvo buena, es con Nicolás Furtado, Delfina Chaves, Malena Sánchez, Juan Sorini y Paly Duval, trata del poliamor y los nuevos vínculos. Después de eso apareció la invitación de Ricky Pashkus y llegó en el momento justo. Dije que sí inmediatamente y nos pusimos a ensayar. Montamos la obra en tiempo récord; Pahskus la tiene atada, sabe cómo hacer estos fenómenos.
–Trabajaste mucho en musicales, ¿te gusta verlos, los disfrutás?
–Empecé haciendo musicales en el teatro El Globo de Rosario, donde mi abuelo era administrador y yo estudiaba comedia musical. El primero a nivel profesional lo hice cuando tenía 14 años y fue Nine, basado en Ocho y medio de Federico Fellini; el productor y el director eran de Londres. Me enteré de la audición y fui a Buenos Aires para participar, no pensaba que quedaría y quedé.
–¿Qué decía tu familia?
–Me acompañaron a la audición. Como ya estudiaba iban viendo paso a paso y sabían que esa era la oportunidad de probar. Cuando quedé fue el momento de: “y ahora, ¿cómo hago?”. Pero las funciones eran sábados y domingos, así que iba y venía de Rosario, adonde seguía con el colegio, el teatro, estudiaba inglés. En 2000, cuando cambié la voz, empecé a estudiar canto y actuación. A Pashskus lo conozco porque el presidía la Fundación Julio Bocca y fui becado. Como primer ensamble de comedias musicales hice Sweet Charity, siguieron otras y el primer protagónico fue Despertar de primavera. Era fanático de ese musical y amaba el personaje, era el que soñaba hacer. La adaptó Cris Morena y la dirigió Ariel Del Mastro, en el Astral.
–¿Habías visto Kinky Boots?
–No, era virgen de esta comedia. Es un musical que es una fiesta, una celebración. La comedia musical es un género para apoyar, porque da trabajo y formación. Desde el primero que hice salí transformado, con ganas de hacer.
–¿Y qué musical quisieras hacer después?
–Ahora no sé. Kinky lo estoy haciendo, es hermoso, la temática, el elenco, es impecable. Todo es redondo, es de esos momentos en que se alinean los planetas, fue el reencuentro con Ricky y con Flavio Mendoza, con quien ya había hecho Franciscus, que tenía la dirección de Norma Aleandro.
–Por un tiempo abandonaste los villanos, el de Argentina, tierra de amor y venganza...
–Sí, y antes había hecho uno en Animal, la película de Armando Bo, con Guillermo Francella y Carla Perterson; Elías era el villano que de alguna manera me sirvió para el de ATAV, que fue muy distinto. Ése era un villano sin consecuencias graves, que podía decir cualquier cosa y volver a su casa con su madre como si nada.
–¿Qué recuerdos te trae el verano, dónde pasabas tus vacaciones de chico?
–Mucho en Funes, cerca de Rosario, donde estaba la quinta de mis abuelos. Donde estoy ahora me recuerda mucho eso. También veníamos mucho a La Cumbrecita, que es un lugar hermoso. Ahí íbamos mucho y apenas pueda me haré una escapada, me encantan sus cascadas, sus montañas.
–¿Qué tipo de música te gusta escuchar?
–Básicamente jazz, que es lo que más me sensibiliza. En la pandemia dura aproveché para ponerme al día con la música de ahora…
–¿Qué sería música “de ahora”?
–Toda la que generalmente no escucho, Emilia Mernes, Trueno… No estaba tan “aggiornado” y me parece genial, no me siento identificado para hacerla pero me gusta escucharla, me encanta cómo improvisan, su poesía “aggiornada” a lo que pasa. Es admirable. Escucho Nicky Nicole, Steve Lacy, Rosalía, Abril Olivera, Daniel Caesar, Jungle, Tom Mitch… Desde siempre me gusta Stevie Wonder y la música brasileña, especialmente Marisa Monte.
–¿Libros o series?
–Ahora no estoy leyendo. Estoy más enganchado con las series. Vi Ozark y Euphoria. Me gustan las oscuras, las buenas actuaciones, los buenos libros, las tramas y buenas fotografías, eso me atrapa. Escucho las recomendaciones y cuando grabé Felices los 6, Marcelo Kaplan me recomendó algunas que tengo en mente ver pronto.
–Si empezás un libro o una serie que no te atrapan, ¿seguís hasta el final?
–Me doy cuenta enseguida, en los primeros minutos empiezo a saber si continúo o no. Por ejemplo, con Merlina apenas comencé a verla me di cuenta de que no me iba a atrapar. Si hay cosas fundamentales que no me interesan, no sigo.
–¿Qué extrañas cuando estás en temporada, te falta algo de tu espacio, de tu lugar?
–Ahora extraño a mis tres gatos, que quedaron al cuidado de mi hermana; hubo que armar una red de contención para que no se sientan abandonados. Vinimos con mi perra porque no la podíamos dejar; es mucho tiempo hasta el 5 de marzo. Pero armo mi rutina y esta comedia vino en un momento justo, sirve para cambiar de paisaje. Estamos disfrutando. Vamos de jueves a domingos y los sábados con doble función, es una rutina linda y, a la vez, exigente.
Para agendar
Kinky Boots
De Harvey Fierstein y Cyndi Lauper, dirigida por Ricky Pashkus. Dirección musical: Gaspar Scabuzzo.
De jueves a domingos, a las 21.30 y a las 23.59, en el Teatro Luxor, Libertad 211, Villa Carlos Paz.
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