Perro muerto: dolorosa historia y tensión ante lo inesperado
Libro y dirección: Martín Tufró / Intérpretes: Diego Starosta, Sofía Humala, Pablo Rinaldi, Julio Molina / Sala: El Portón de Sánchez, Sánchez de Bustamante 1034 / Funciones: sábados, a las 17.30 / Duración: 50 minutos / Nuestra opinión: muy buena
Un territorio deshabitado es elegido por una pareja de migrantes para iniciar una nueva vida. En lo alto, ellos fantasean con construir un espacio en el que puedan cultivar la tierra y que, a la vez, les sirva de protección. Una frontera imprecisa los separa de un hombre (el lugareño) que abajo, en el valle, cerca del río, ha logrado construir su historia. Los nuevos habitantes no son personas muy gratas para él. Y mucho menos porque busca un perro que inesperadamente ha desaparecido y desconfía de sus vecinos. Entre ellos, además, la aparición de un cazador generará mayor inquietud. Un nuevo personaje oscuro ronda en torno de la pareja y eso presagia malas consecuencias.
La obra está construida a partir de una dramaturgia dominada por situaciones y parlamentos breves y en la que, sobre todo, el cuerpo de los intérpretes debe transmitir no solo la calidad de cada uno de los personajes, sino el complejo entramado de relaciones que van construyendo mientras asoman continuamente la desconfianza, el temor. El paisaje parece castigar también a estos cuatro individuos que en el marco de una profunda soledad intentan, cada uno a su manera, hacer frente al otro. Todos seres desclasados que son incapaces de mostrar solidaridad. Dan pelea para preservar sus pequeños ámbitos ganados, pero el esfuerzo para lograrlo es mucho. La pobreza en la que están inmersos los inhabilita a desarrollarse.
Martín Tufró dibuja en el espacio escénico los márgenes de ese campo agreste donde la acción se desarrolla. Lo hace con una precisión extrema y acompañado por una escenografía de Martina Nosetto que solo contiene a los recién llegados. Por fuera del lugar el territorio se abre a un universo dominado por la incertidumbre. El peligro acecha de la mano del lugareño y el cazador, y es mucha la inquietud que ellos provocan.
Desde lo actoral la pareja que conforman Diego Starosta y Sofía Humala expone cierta distancia a la hora de componer a sus personajes. Ellos aparecen retratados como seres que parecieran haber perdido el rumbo y sus conductas han quedado algo desdibujadas. Pablo Rinaldi (el lugareño) y Julio Molina (el cazador) resultan unos opuestos ideales. Les aportan a sus criaturas una energía insospechada. Seres casi feroces dispuestos a comerse el mundo que los invade. Perro muerto es una experiencia que genera mucha desazón entre quienes observan. Continuamente algo inesperado va a suceder y eso hace que la tensión se fortalezca.
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