Permanente cruce artístico e ideológico
Pasada la primera mitad del Festival, creo que es emocionante por varios lados. Encontrarnos con Perú, Chile, México, Francia, Brasil, Cataluña, que unos vayan a ver el trabajo de los otros, ese intercambio que soñamos pero que no siempre se da. Compartir, apoyarse, charlar de lo que está buscando cada uno, cruzar naciones, culturas, lenguajes entre todos. Por otro lado, es imposible no emocionarse con la organización. Yo, que conozco tanto este teatro, veo transformada cada sala según el criterio y la búsqueda poética o estética de cada grupo y sé que eso significa lo que trabajó el equipo para armar cada espectáculo; la verdad estoy maravillado. Es alucinante la respuesta del público: las salas están llenas, el público viene a ver no sólo una obra sino varias. Muchos esperan ansiosamente febrero para esta actividad. Todo lo que está pasando tiene un sentido artístico e ideológico, de cruce, de recibir y dar lugar. Ahora viene el Torneo de Dramaturgia, que es buenísimo porque no hay muchas posibilidades de asistir a una experiencia así: al nacimiento de una obra. Este año, que es el sexto, muestra que TABA está afianzado. Está más organizado y profesional, pero sigue siendo apoyado por la voluntad, con actores y estudiantes de Timbre 4 que participan de voluntarios acompañando a los grupos y al público. Lo que más nos gusta es inventar cosas que no existían antes.