Nace una nueva estrella
La protagonista de La novicia rebelde se llama Laura Conforte
Como tantas otras veces, esperaba una respuesta. Positiva o negativa, nada de grises. Había audicionado para un papel secundario de la versión argentina del musical La novicia rebelde y, cuando atendió el dichoso llamado que la confirmaba o la dejaba afuera de la obra, con el corazón galopando de ansiedad, surgió el imprevisto: "Tengo una buena y una mala noticia", le dicen en tono inquietante. "No quedaste", la mala. "Queremos que audiciones para María (la protagonista)", la buena.
Laura Conforte, bailarina, actriz y cantante de experiencia en la escena local e internacional, enfrentó entonces unas nuevas y poco convencionales audiciones: el director, el inglés Jonathan Butterell, había vuelto a Londres sin hallar una "novicia" de su agrado, así que a Laura le tocó lidiar con la tecnología, y su audición consagratoria se hizo vía Skype. "Tenía tanto miedo de arruinarlo todo mostrándome a través de una cámara web que me puse muy nerviosa", recuerda. Otra llamada: "¿Te acordás cuando te dije que tenía una buena y una mala? Ahora es sólo buena". Gritos, euforia y unas lágrimas coronaron la etapa de audiciones. Después, a trabajar.
"Empezamos a ensayar el 4 de enero. Yo estaba súper ansiosa. Quería tener mucho antes las letras para aprenderlas, pero no habían terminado de traducirlas aún. Sentía una responsabilidad enorme", relata a la vez que mueve las manos y los ojos recreando imágenes. Hace una pausa y con los ojos brillantes confiesa: "Viví las primeras semanas con mucha angustia. La obra es un clásico, son dos autores magistrales, de los mejores de comedia musical que existieron. Además está el tema de Julie Andrews en el imaginario colectivo?" Otra pausa. Frunce el ceño. Siente que la van a comparar con la actriz que interpretó a María en la popularísima versión cinematográfica, pero sabe que no debe perder la confianza. Retoma: "Sentía una presión enorme. Siempre hicieron este papel grandes figuras. Volvía a mi casa llorando todos los días, hasta que una amiga me ayudó a entender que no tienen que importarme las comparaciones".
A pesar de la larga lista de musicales que carga en sus espaldas ( Los Miserables, Sweet Charity, Rent, Amantes odiosas, Lo productores , por citar algunos), esta actriz de 34 años se sentía intimidada por el proyecto que le tocaba protagonizar. La novicia rebelde ( The Sound of Music ) es uno de los musicales más exitosos que dio Broadway de la mano de dos popes del género como lo fueron Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II. Basada en una historia real plasmada en un libro escrito por la verdadera María, el musical recorrió el mundo, cosechó premios y se convirtió en leyenda.
Austria de 1938. Preguerra y dominio nazi. La familia de cantantes Von Trapp decide huir de un régimen con el que no comulgaba. Siete niños, su padre y la rebelde (ex) novicia se escapan cruzando las montañas y cantando esas melodías que por arte flechan corazones. La versión de esa historia que parece increíble pero es real y que se estrenará en la Argentina el 9 de marzo en el Opera Citi, tendrá un plus: algunas de las canciones fueron traducidas por China Zorrilla.
"María piensa rápido y habla rápido. Es un torbellino. Vomita. Habla sin filtros", explica Conforte, ataviada con un vestidito blanco que podría ser de los años 30 como de la actualidad. Tiene los ojos verdes, un peinado prolijo y una postura erguida de bailarina que remite a la elegancia y minuciosidad de los germanos. Su María tendrá un andar ajetreado, dará pasos largos, caminará apurada. "También tiene algo con las manos, siempre ubicadas en la parte del ombligo, en la zona de la pulsión, donde está el impulso", detalla y grafica sus palabras apoyando las manos sobre su vientre o el sacro.
"María es simple, franca, no tiene filtro, es súper sincera. Me costó encontrar esa sutileza de que no parezca irónica o mala", comenta y se nota que se estudió al dedillo el personaje que le toca interpretar, tan diferente a todo lo que hizo antes. "De Rent al noviciado", bromea repasando sus últimos roles y resulta evidente su versatilidad: en Rent era una lesbiana activista; en Amantes odiosas , una mujer híper sensual; en Sweet Charity , una copera. En Washington protagonizó un musical sobre Eva Perón en el que hacía del espíritu de la "Abanderada de los humildes". "Está buenísimo. Me encanta, me divierte y me siento igual de cómoda en cualquiera de esas propuestas", asegura.
Parece llevar la comedia musical tatuada en la piel desde que nació, aunque de chica sólo soñaba con bailar en el Colón. A los 12 audicionó y perdió. Se deprimió un año y volvió con todo: jazz, primero; canto, actuación, después y, finalmente, todo eso junto.
Las idas y venidas de las audiciones la agotan. "¿Otra vez tengo que pasar por todo eso?", cuenta que se pregunta. Presentarse, esperar y recibir un no como respuesta. Volver a cero. "Sí, es así. Tenés que ir y hacer la prueba, como todo el mundo", se contesta. "Hay mucha gente talentosa y ahora una generación de chicos jóvenes brillantes. Es estresante, es agotador. Pero hay que ir, porque siempre hay alguien que no te conoce", concluye, con un guiño cómplice. A ella le pasó: Butterell la conoció por Skype y la convirtió en la estrella de uno de los musicales más esperados del año.
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