Luego de una ascendente carrera televisiva, hoy, a los 34 años, la actriz participa del mayor suceso teatral de la temporada: Tootsie. Además, cuenta en sus redes con tantos seguidores como Susana Giménez y es embajadora de varias marcas de primera línea
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Para el público televisivo adulto se reveló en 2017 con Las estrellas, aquel programa de Eltrece donde interpretaba a una chica que se enamoraba de otra. Para el público infanto juvenil, en cambio, Julieta Nair Calvo ya era una vieja conocida: en 2003 había sido una de las ganadoras del reality Generación pop (emitido por el mismo canal de Constitución), lo que le valió integrar el grupo musical Scratch 8; y luego fue conductora de los Bonus Tracks de Casi ángeles, por Telefé, y del envío PlayGround, por Disney Junior. Más tarde formaría parte de los elencos de El lobista, Mi hermano es un clon y El host hasta alcanzar uno de los papeles protagónicos en Separadas.
En teatro también se lució y mucho, fundamentalmente en el terreno de las comedias musicales. Participó de grandes títulos de Broadway, como Despertar de primavera, La novicia rebelde y Mamma Mia!, y de creaciones locales del género, como Ni con perros ni con chicos y Aladín, será genial. El año pasado, luego de haber dado a luz a Valentino (fruto de su relación con el gastronómico Andrés Rolando), acompañó a Susana Giménez en la reposición de Piel de Judas en Punta del Este. Hoy brilla encarnando el papel femenino principal de Tootsie, la versión sui generis del musical homónimo (basado en la famosa película de 1982) que, protagonizada por Nicolás Vázquez, ya es el nuevo suceso de la avenida Corrientes. Como si esto fuera poco, es una de actrices jóvenes que cuenta con mayores seguidores en las redes (lo que la convierte automáticamente en una influencer de peso) y las marcas de primera línea se la disputan como embajadora.
–En tus comienzos trabajaste con dos íconos de la televisión y el teatro infanto juvenil: con Reina Reech en Generación Pop y con Cris Morena en Bonus Track y Despertar de primavera. ¿Qué aprendiste de cada una de ellas?
–Con Reina tuve más contacto porque ella estaba en el día a día del programa, yo era muy chiquita, era realmente mi comienzo y ahí descubrí que esto era lo que más me gustaba hacer en la vida. Ella fue parte de ese proceso, me contuvo y siempre fue muy amorosa conmigo. Es el día de hoy que nos vemos y nos fundimos en un abrazo profundo, ella siempre me dice que fue mi descubridora y yo le digo que sí. La requiero, es lo más. Además, yo ya era su fan antes de trabajar con ella, imaginate que la veía de pequeña haciendo Reina en colores. De ahí también la admiración, después, conocerla en persona y que me transmitiera sus conocimientos, fue sensacional. Cris también es una mujer maravillosa y todo lo que toca es oro. Como yo hacía el segmento Bonus track de Casi ángeles (un espacio de entrevistas a los actores, posterior a la emisión de cada programa), y no participaba del programa con un personaje, no tuve mucho contacto con ella. Cris es exigente, con amor pero muy exigente, y así le salen las cosas. Es una mujer muy decidida, sabe cómo quiere las cosas y hace todo para lograrlo. Tiene una visión que pocas mujeres en el medio poseen. Me encantó estar cerca de ella y ver cómo lleva adelante todo lo que hace. Todo lo que hizo en televisión fue súper popular y, a la vez, muy cuidado. Y si me remonto a lo último que hice con ella, Despertar de primavera fue un antes y un después en mi carrera.
–Tanto en televisión como en teatro fuiste construyendo una carrera paso a paso, sin saltearte ninguna etapa. ¿En algún momento te tentó el atajo de lo mediático y del éxito inmediato?
–La verdad es que no, todo se fue dando de una manera muy natural y paulatina y estoy conforme con que haya sido así. Siempre sentí que estaba en el lugar donde tenía que estar, nunca quise algo que no me correspondiera. A nivel popular lo más fuerte de mi carrera fue Las estrellas. Si bien yo venía trabajando hacía muchísimos años –y era popular entre los menores de cinco años, porque trabajaba en Disney (en PlayGround), hubo algo en Las estrellas que me hizo despegar a todo nivel. Se trató de una tira diaria, en el prime time de Eltrece, con mucha audiencia y una historia fuerte que traspasó la pantalla. Esto me acercó mucho a la gente. Lo mismo me sucedió con el “Bailando”. Cuando participé en “Bailando por un sueño” mucha gente que me conocía sólo por las novelas se enteró ahí de que yo también bailaba. Hoy me pasa algo parecido con Tootsie, donde algunos me descubren cantando.
–¿Las estrellas marcó el final de la etapa infanto juvenil de tu carrera?
–Yo nunca me sentí una actriz infanto juvenil sino alguien que podía interpretar distintos papeles, sólo que hasta ahí no se me había dado la oportunidad de demostrarlo. Obviamente que de Disney a Las estrellas hubo un crecimiento y todo un mundo en el medio, pero no descarto volver a conducir en algún momento un programa para niños o interpretar un personaje en un programa infantil. Lo volvería a hacer con muchísimo placer porque en su momento me encantó. También me encantaría interpretar a una asesina serial. Todos los personajes me resultan un desafío distinto, y eso es lo atractivo de ser actriz.
–Hace cinco años que estás en pareja con Andrés Rolando y hace uno que sos mamá de Valentino. ¿Es verdad que tu historia de amor empezó muy mal?
–Muy mal, no, pero… (risas). Nos presentó Gimena Accardi, cuando éramos compañeras en la tira Mi hermano es un clon. Un día me preguntó si estaba soltera, le dije que sí, y entonces me comentó que tenía alguien para presentarme. Yo no le tenía mucha fe a la cita, pero ella me insistió con que se trataba de un tipo divino, entonces accedí. La excusa fue una salida con todo el elenco del programa. ¿Dónde? En el bar que en aquel entonces tenía Rolo. Él se acercó a nuestra mesa, nos saludó y después… ¡se fue! No lo podía creer, le dije a Gime: “No le gusté nada, me vine toda montada, hasta las bucaneras me puse para seducirlo, y se fue”. Unos días después él me envió un mensaje por Instagram y todo fluyó. Mucho tiempo después me dijo que lo suyo había sido una estrategia para no demostrarme que estaba entregado de una.
–Existen muchos mitos y verdades en torno a la maternidad. ¿Cómo fue y es la tuya?
–Yo intento no romantizar la maternidad porque entiendo que no es igual para todas, pero soy tan feliz siendo mamá y me gusta tanto el rol de madre que incluso las noches que no duermo nada, como la de ayer, en que Valen no lograba conciliar el sueño, me siento contenta. Obviamente que cuando él no se duerme o no quiere comer me agarra un poco de fastidio, como le sucede a todas las madres. O luzco cansada, porque ya no duermo como antes. Pero luego, cuando Valen me hace una sonrisa, es como que se me cargan nuevamente todas las baterías. Para mí es muy mágico ser mamá, mi embarazo fue maravilloso, me sentía más poderosa que nunca y fue cuando más linda me sentí en toda mi vida. La posibilidad de crear vida dentro de tu cuerpo es una sensación indescriptible y absolutamente maravillosa. Y el día del parto fue espectacular, lo digo porque sé que hay muchas primerizas que le tienen mucho miedo a ese día. A pesar de que el parto de Valen fue por cesárea y no vaginal, como yo deseaba, yo volvería a repetir ese día una y mil veces, fue el día más lindo de mi vida. Sin dudas tendré más hijos, quiero volver a ser mamá. Además, quiero que Valen tenga un hermano o una hermana. Además cuento para eso con un compañero de lujo, con Rolo, que es un súper papá. No es fácil acompañar a una actriz que trabaja de noche, como ahora, que estoy haciendo teatro y vuelvo a casa muy tarde. Él no tiene ningún problema, se queda hasta cualquier hora con Valen y se ocupa de todo: le cambia los pañales, lo baña y todo lo que se les ocurra. Esto me genera una gran tranquilidad. Soy muy feliz de compartir esta maternidad/paternidad con él.
–Trabajaste en muchos musicales. ¿Son tu gran pasión?
–Lo que más me gusta en la vida es actuar. Pero también puedo cantar y puedo bailar. Y el mundo de los musicales engloba todas esas capacidades. Por eso me encanta hacerlos. Pero hacer una obra de texto en la que no tengo que cantar ni bailar también me apasiona de igual manera. Hacer un musical es muy difícil, tenés que ser muy responsable y cuidar tu cuerpo, que es tu instrumento de trabajo, mucho más que lo habitual. ¡Y ni hablar de la voz! Me encanta hacerlos, pero no sé si son mi gran pasión. Mi gran pasión es actuar.
–A tu lista de musicales ahora se suma Tootsie. ¿Cómo y cuándo te llegó la propuesta? ¿Dijiste inmediatamente que sí o te tomaste un tiempo para pensarlo?
–Me llamó directamente Nico, esto fue hace como un año. Me dijo: “voy a hacer una obra buenísima, no te puedo decir cuál, pero quisiera que me acompañes”. El asunto empezó así, como un enigmático para adivinar, pero logró entusiasmarme. Al siguiente llamado me reveló el título y me pidió dos cosas: que mantuviera el secreto y que le dijera que sí. Yo, aunque acababa de ser mamá, estaba encantada de trabajar con él y en semejante proyecto. Así que no hubo mucho que dudar.
–¿Habías visto el musical de Broadway? ¿Y la famosa película de 1982, en la que se basa la obra?
–Sí, había visto la icónica película protagonizada por Dustin Hoffman y Jessica Lange. Y también un video sobre el musical de Broadway. Nuestra versión es un mix de la obra y la película. Me arriesgo a decir que tiene que ver más con la película que con la comedia musical. Es una versión adaptada, nosotros decimos que es una comedia con tintes de musical, pero más que nada es una comedia. Y está buenísima, hoy con el diario del lunes te digo que es mucho más de lo que imaginé. Lo que sucede hoy con el público en el teatro es un furor y lo que nosotros disfrutamos haciéndola es indescriptible. No es tan común trabajar, divertirte todos los días y que le guste a la gente. Esto es una bendición.
–Encima encarnás, nada más ni nada menos, que al personaje que le significó su primer premio Oscar a Jessica Lange y que le cambió la carrera para siempre.
–Sí, es un personaje hermoso, el que marca la historia de amor de la comedia. Julia es una chica que descubre un amor que nunca había sentido, un amor por otra mujer, que encima es mayor que ella. Y se anima a eso. Después descubre que no es una mujer sino un hombre que la estuvo “engañando” disfrazándose de mujer…por motivos que no conviene “spoilear”. El desenlace de esa relación es hermoso y en la versión teatral, directamente desopilante.
–¿Creés que después de Tootsie te llegará el primer protagónico absoluto en un musical? ¿Soñás con alguno en especial?
–No lo estoy esperando, siento que cada personaje que me llega me enseña algo y con eso me conformo. Soy muy feliz interpretando cada uno de ellos y soy mi esencia siendo protagónica o ensamble número cuatro. Siento que puedo demostrar todo lo que soy en cada lugar que me toca. Esta es la absoluta verdad, lo juro. Pero si me ofrecieran la posibilidad de protagonizar un musical, me gustaría hacer uno que ya se hizo: La novicia rebelde. En la versión anterior yo interpreté a la hija mayor de los Von Trapp, ahora quisiera ser María. Es un personaje que siempre me gustó y que hoy siento que estoy lista para interpretarlo. Otro que me gusta es el de Mary Poppins. También hay muchos títulos del off Broadway que están buenísimos, y de autores argentinos que son espectaculares. En ese sentido, no estaría nada mal hacer algo nacional después de Tootsie.
–La semana pasada fuiste noticia por un motivo extra artístico: por haber logrado la foto más buscada. ¿Cómo fue el “detrás de escena” de la instantánea junto a Lionel Messi?
–El tema es así: mi marido tiene un bar/restaurante (el Trade Sky Bar), le habían dicho que posiblemente Leo fuera a cenar ahí. Aunque no era seguro, él preparó todo como para recibirlos; incluso se encargó de contratar Seguridad (habida cuenta de lo que había ocurrido una semana antes, cuando Leo concurrió a una parrilla y todo se desmadró). El pedido de Leo fue que no se filtrara nada y entonces yo, por supuesto, no abrí la boca. Me fui al teatro a hacer las dos funciones del viernes pasado sin saber a ciencia cierta si Leo finalmente esa noche iría o no al restaurante; pero justo antes de salir a hacer la segunda función recibí un mensaje de Rolo diciéndome: “Acaba de entrar Messi”. ¡Imaginate! Yo tuve que seguir ocultándoselo a todos, pero por suerte no a Nico porque como es amigo de Leo ya lo sabía. Terminó la función y con Nico nos fuimos volando para el restaurante. Llegamos y nos encontramos con Leo súper relajado junto a Antonella y su familia. Yo saludé a todos y me fui inmediatamente para la barra, la idea era no invadir su privacidad y que siguieran disfrutando de la velada. Pero al final nos invitaron a charlar a su mesa y Leo y Antonella me parecieron divinos, sumamente terrenales, amorosos y divertidos. Con Antonella hablamos de asuntos de mamás: del colegio de los nenes y cosas así. Mientras, Rolo tuvo la oportunidad de hablar con Leo y seguramente esa charla la atesorará para siempre. No estaba previsto hacer una foto, no es que él se había opuesto, simplemente nadie se la pensaba pedir para no molestarlo. Pero cuando se estaban por ir surgió espontáneamente. Y luego, claro, se hizo viral.
–En Instagram tenés alrededor de 3 millones de seguidores, prácticamente la misma cantidad que Susana Giménez. ¿Por qué creés que te siguen tantos? ¿Qué ven en vos y qué buscan?
–Ay, qué dificil responder esto. Supongo que se debe a que me sigue un público joven, que usa mucho las redes. Las chicas y los chicos que me siguen están en esa movida, la de Instagram y Twitter. Subí muchísimos seguidores a partir de Las estrellas y, luego, cuando quedé embarazada. Ahí hubo un boom de mamás. Por eso, cada vez que subo algo relacionado con la maternidad, la red de contactos se amplía más y más. Cuando quedé embarazada yo también empecé a seguir a otras influencers embarazadas y a diversos pediatras que dan consejos. No sé lo que buscan en mí, lo que yo intento siempre en las redes es mostrarme lo más genuina posible, no hacer de mí misma un personaje. Y eso en general gusta. No finjo lo que no soy y, además, resguardo mi intimidad. Muestro mi camarín en el teatro y subo algunas fotos de Valentino, pero de ninguna manera exploto a mi hijo. No hago de mi vida un show. Creo que el día a día de mi hijo es para la familia. No es que pretenda hacerme la interesante ni la misteriosa, pero me parece que no es necesario mostrarlo todo. Hay algo del misterio de la vida de una actriz o un actor que está bueno conservar.
–Cuando dijiste que sumaste muchos seguidores a partir de Las Estrellas, ¿te referías al público LGTB?
–Sí. Muchos chicos y chicas gay que se sintieron identificados con la historia me empezaron a seguir desde ahí y hoy son mi público más fiel. Lo que sucedió con mi personaje en aquel programa fue muy motivador. Un día me tomé un taxi y el conductor me confesó que tenía una hija lesbiana y que, gracias a mi personaje, había aprendido a entenderla y a aceptarla. Y muchas chicas que no sabían cómo expresarles a sus padres que gustaban de mujeres (al igual que muchos chicos que gustaban de otros varones), gracias a mirar la novela en familia pudieron hacerlo. ¿Y por qué pudieron hacerlo? Porque en Las estrellas esta historia de amor entre dos mujeres se trató de igual manera que una historia heterosexual. No se la relegó a algo raro, fue lo maravilloso y por eso pegó tan fuerte.
–También sos embajadora de marcas de primera línea, como Dior, Renault, L’Oreal y Puma. ¿Qué les ofrecés? ¿Por qué te eligen?
–Lo que yo les ofrezco es, en principio, compromiso. Soy muy cumplidora con mis trabajos. Y después está mi sello, el de mostrarme lo más natural y genuina posible; algo que en general a las marcas les gusta mucho. Y a mí también me gusta mostrarme así, no porque se trate de una marca de cosméticos voy a estar todo el día maquillada, en pose y haciéndome la diosa. Por último, a todas las marcas de las que soy embajadora las involucro en mi vida. Voy a trabajar todos los días en auto, y todos saben que el mío es un Renault, y no otro de una marca distinta. Soy congruente, sólo uso lo que recomiendo.
–Recién nombramos a Susana Giménez. ¿Cómo fue trabajar con ella en Punta del Este el año pasado (en la obra Piel de Judas) y compartir tanto tiempo juntas, arriba y abajo del escenario?
–Maravilloso. En Susana descubrí una persona increíble. Ella es fantástica. Obviamente la conocía por la tele, como la conocen todos. Pero al estar tanto tiempo juntas descubrí a otra Susana: una amorosa total, súper generosa, en la vida y a nivel artístico, como actriz. Ella desde el vamos me trató de igual a igual, cuando no me conocía. Nunca se comportó como una diva y siempre trató de que yo brillara, me alababa todo el tiempo y me invitaba a armar chistes escénicos entre las dos. Derribó todos los mitos que yo podía tener de una diva, se ponía a la par de todos y laburaba como una más. Me dejó el camarín más grande para que yo pudiera estar más cómoda con Valen, que sólo tenía tres meses, y ubicar una cuna; nos invitó a comer un asado a su casa y nos contó un millón de anécdotas súper graciosas con Olmedo, Porcel y Maradona. Susana es una dulce, me envió un audio la semana pasada para el cumpleaños de Valen y supongo que nos volveremos a ver en cualquier momento porque me dijo que asistirá a una función de Tootsie.
–¿Susana es un modelo a seguir?
–Sí. Es una actriz fantástica y, aparte, lo que le respeto mucho es que es muy genuina, sincera y fresca. Tiene algo que no tiene todo el mundo. En el saludo final de Piel de Judas me emocionaba viendo cómo la gente la miraba, con cuanta admiración, como si fuera un Beatle. Yo intento siempre ser genuina y natural, en ese sentido Susana es indudablemente una fuente de identificación, no lo niego.
–Y si alguien te dijera que podés llegar a ser la nueva Susana Giménez, ¿qué pensarías?
–Ah, yo creo que no va a haber otra Susana Giménez. Para mí es una figura irrepetible, como todos lo somos. Pero, bueno, si alguien me lo dijera sería un honor total.
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