Murió el transformista Gustavo Liza, a los 58 años
Ayer, a los 58 años y producto de un problema cardíaco, murió Gustavo Liza. El actor fue uno de los pioneros del transformismo local en los años 70, durante la dictadura militar. En sótanos, en teatros, en discos, junto a Walter Soares, se la pasó derribando preconceptos. Hasta el año pasado formó parte del elenco de Eva Perón y El homosexual o la dificultad de expresarse, el programa de Teatro Nacional Cervantes en el que compartía escenario con Benjamín Vicuña , Carlos Defeo, Juan Gil Navarro , Hernán Franco y Rosario Varela. Gracias a esa producción viajó por los más prestigiosos escenarios europeos.
Mientras ensayaba ese programa doble dirigido por Marcial Di Fonzo Bo, fue entrevistado por Nayla Shisko Loyola, Lucía Claps y Janice Finardi, parte de un programa taller dedicado a jóvenes periodistas, junto a Oscar Larrea. Oscar trabaja en el sector de vestuario del Cervantes y es más conocido como La Cacho, figura icónica de Morocco y de Club 69. Liza y Larrera se conocieron hace años. Lógicamente, en una trasnoche.
En la entrevista, Gustavo se presentaba así: "Trabajé con público toda mi vida y el público es público, sea en un teatro, en un sótano o al aire libre... Pero acá, en este país, estamos acostumbrados que el artista es el que sale en la tele y si no salís en la tele no sos artista. Si no trabajás en el Nacional o en el Maipo no sos artista porque trabajas en un sótano en el Abasto. Yo ahora estoy ansioso por ir a Europa a trabajar donde Copi es Copi [subraya] y los actores son considerados actores con mayúsculas [...] Estoy feliz de trabajar en el Teatro Cervantes en una obra tan importante como las de Copi con grandes actores que me consideran un par. Porque si venís de otro palo, del under, sos diferente".
Del gran escenario del Cervantes y de las salas europeas se mudó en abril a Inside, un bar y restaurante de Palermo. En los años 80, Gustavo Liza había sido la figura de la disco gay Búnker, en la cual convivían las grandes estrellas con los creadores emergentes del ParaKultural.
En aquel reportaje recordaba que su primer trabajo como actor fue un sótano de Paraguay y Florida, en una obra que se llamó Nosotros, los alegres. Era común que la función no terminara porque la policía interrumpía el show y se llevaba a todos a la comisaría. Frente a ese panorama, Liza tomó una decisión radical: se inscribió en el Ejército. "Me veían pintado como una puerta pero como tenía credencial no me podían decir nada", apuntaba, divertido. Se convirtió en mecánico en armas de guerra.
En las décadas del 80 y 90, Liza habitó todos los escenarios imaginables. Lo hacía, como todo transformista, con mucho maquillaje, vestuario muy cuidado, con stilettos y apelando al playback para dar vida a las grandes divas de la escena mundial y local. "Yo imitaba a Violeta Rivas y ella me odiaba; pero a su marido, el cantante Néstor Fabián, le encantaba", reconocía. Ayer, Alejandro Tantanian, director del Teatro Nacional Cervantes, lo despidió en las redes sociales.
#TNALos putos estamos de lutoGracias por todo, Liza! https://t.co/l7FJyCFbdn&— Alejandro Tantanian (@atantanian) April 29, 2019
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