Cosas de payasas: mamá e hija clowns, en un mundo de gags y fantasía
Buena / Autor: Claudio Martínez Bel / Dirección: Claudio Martínez Bel y Claudia Vargas / Intérpretes: Irene Almus y Marta Mediavilla / Música: Carlos Gianni / Letras: Silvina Reinaudi / Sala: Centro Cultural de la Cooperación, Corrientes 1543 / Funciones: sábados y domingos, a las 16.30 / Duración: 50 minutos.
Una payasa que tiene sus rutinas aceitadas inicia a su hija en el oficio. La joven admira a la madre, trata de imitarla, tropieza con su propia inexperiencia. Choca también con la rigidez de la maestra-progenitora y finalmente, en una vuelta de tuerca inesperada, asume una identidad clownesca diferenciada, desde la que establece una nueva complicidad con su madre convertida ahora en partenaire.
La obra de Claudio Martínez Bel es la versión femenina de Cosas de payasos, protagonizada hace algunos años por el mismo autor y Enrique Federman. La traslación de género plantea también nuevos acentos y matices. Irene Almus, como la madre, y Marta Mediavilla, en el rol de la hija aspirante a clown, recorren en su interpretación del dúo clownesco todo un andarivel de facetas de la relación madre-hija, entreveradas en el proceso de aprendizaje y crecimiento.
La asimetría de la relación personal se refleja en la tradicional de la pareja de clowns, en la que uno suele ser el que sabe y el otro quien aporta la ingenuidad y es por tanto víctima propiciatoria de la broma. Aunque suele terminar con el burlador burlado. Así también aquí, pero sin caer en ningún momento en la humillación o la violencia, más allá del clac de la falsa cachetada, visible en su simulación para todos. Martínez Bel, en su doble rol de autor y director, coloca la chispa que enciende la risa no tanto en el cachetazo ni en el susto, sino en poner a la vista el truco, en mostrar a la payasa que pega el aullido de lobo para asustar a su compañera de escena. Elude así probablemente el temor que generan a veces entre los más chicos las narices rojas (y tal vez más aún las máscaras blancas, aquí ausentes).
Al ritmo de la música de Carlos Gianni, que recrea la sonoridad marchosa de la tradición circense, pero con épica de película italiana y final chaplinesco, se hilvanan las escenas que llevan a la hija de la inexperiencia total a la capacidad de generar sus propios gags. Y a la madre, de la certeza de su sapiencia a aceptar que hay otras formas de hacer las cosas.
El crescendo de este desarrollo de la obra a lo largo de diversos episodios no se replica siempre en el de cada una de las escenas, que arrancan a veces con un tono demasiado alto como para permitir el crecimiento pleno de la tensión hasta la caída estrepitosa del gag, del desenlace en la risa. El silencio, la aceleración desde la nada aparente forman parte del bagaje en las valijas de los clowns. Sobre el final, sin embargo, se pone en evidencia que ha habido una transformación, que se ha formado un dúo en el que la disparidad no se da entre ser y no ser payasa, sino en vivirlo cada una a su manera.
Piedra libre
Mantay grillo
En tiempos de sequía, la abuela Mantay, un ser mitad grillo y mitad humano, puede traer lluvia con su canto. Pero corre el riesgo de caer en manos de los comerciantes del agua. La obra dirigida por Ramiro Soñez y Carlos Peláez suma a la poética de los títeres la de la danza. Los domingos, a las 15, en el Auditorio Gastón Barral, Rawson 42. $50.
Universo patinetas
Un ñandú en un jardín, un bicho bolita rodando por la ciudad y un perro con antifaz son algunos de los personajes que aparecen en el viaje musical que propone el cuarteto Patinetas en Banda en su recital de ritmos pegadizos mechados de juegos de palabras. Mañana, a las 16, en El Alambique, Griveo 2350. Entradas: desde $180.