John Malkovich, en la Argentina: se presenta hoy en el teatro Coliseo
El actor estadounidense estrena una pieza con música de orquesta
No cualquiera es capaz de sumergirse en los infiernos subterráneos de la mente y sacar algo bueno de allí. Para ello se requiere de cierta dosis sana de locura. Esto opina el cineasta argentino Mario Sabato, hijo de Ernesto Sabato (1911-2011), cuando se le pregunta sobre la interpretación que realizará esta noche el actor estadounidense John Malkovich sobre el "Informe sobre ciegos", de Sobre héroes y tumbas (1961), escrito por su padre, dentro del espectáculo An Evening With John Malkovich, en el Teatro Coliseo.
"Sé que Malkovich estuvo siempre obsesionado, sobre todo con el «Informe», y cuando me enteré de que estaba buscando los derechos del libro, me alegró. Creo que él tiene una saludable dosis de locura como para enfrentar este proyecto. Si no sos sanamente un poco loco, no te metés con semejante cosa. Se ve que es, como diríamos en el barrio, un loco lindo, con vuelo y talentoso. Alguien normal no podría hacer esto", recalca Sabato.
En una entrevista concedida esta semana a LA NACION, Malkovich explicó, por su parte, cómo conoció esta pieza literaria. "Tuve conocimiento del libro en el año 94 o 95, cuando una estudiante de un doctorado de Transilvania que quería ser profesora y que estaba haciendo un trabajo sobre mí me envió Sobre héroes y tumbas como agradecimiento por haber hablado con ella."
Años más tarde, Malkovich quiso llevar la obra al cine e intercambió correspondencia con el escritor para solicitar los derechos. "Le escribí y él me respondió una carta muy bonita, en la que me decía que entendía que sería difícil llevar esta obra a la pantalla, pero que estaba muy feliz de que yo hubiese pensado en su libro y que esperaba que me fuera bien. Me dijo que sentía mucho respeto hacia mi trabajo y que esperaba que yo disfrutara haciéndolo, cosa que hice, aunque no pude obtener financiación para finalmente concretarla", se lamenta el actor.
Malkovich se entusiasma al hablar de Sabato, cree que fue un gran novelista, lo compara con García Márquez y Faulkner y destaca "lo trágico, hermoso y a veces extremadamente divertido de sus textos". También comenta la emoción de leer "Informe sobre ciegos": "Fernando Vidal Olmos, personaje de la obra, es un mentiroso patológico y un cobarde increíble, pero es extremadamente brillante".
Lo particular de esta presentación en el Coliseo (que se repetirá mañana y pasado mañana, siempre a las 20.30) es que el actor interpretará lecturas en inglés, con subtítulos, acompañado de una orquesta en vivo dirigida por el armenio Sergey Smbatyan y el argentino Gustavo Fontana, más dos solistas, la pianista Anastasya Terenkova y la chelista Nina Kotova. El espectáculo, que ya fue presentado en Alemania, Inglaterra, Corea del Sur y Finlandia, consta de dos actos y comienza con el concierto de Alfred Schnittke para piano y orquesta, más el relato de "Informe sobre ciegos", para rematar con los acordes de la obra de "The Protecting Veil", de John Tavener.
El actor dice que fueron su representante, compañeros y la chelista, Nina, quienes pensaron en la opción de Tavener. "Schnittke también fue elegido por los músicos, me lo propusieron y en seguida pensé que era una buena combinación para este texto", dice.
Mario Sabato acudirá esta noche al teatro con tres de sus hijos y le entregará a Malkovich una copia de la película que hizo en 1979, El poder de las tinieblas, protagonizada por Sergio Renán y basada en "Informe sobre ciegos", que Malkovich desconocía hasta estos días.
La relación de Sabato hijo con Sobre héroes y tumbas se remonta a su niñez. Su padre tardó unos diez años en escribir el libro y él recuerda esa etapa desde la visión de un nene que jugaba y estorbaba a su papá cuando él escribía en un pequeño cuarto de la casa de Santos Lugares. "Con los chicos del barrio nos dedicábamos a lo que hay que dedicarse de chico: jugar al fútbol, gritar y reírse. Hasta que un día mi padre se enojó mucho, salió por la ventanita del cuarto y gritó: «¿Se puede saber por qué carajo gritan?». Y yo le respondí: «Nosotros, porque somos chicos, ¿y vos?». Como respuesta, tomó la máquina de escribir, se la llevó al fondo y, desde entonces, empezó a escribir atrás. La obra la leí después, bastante a escondidas, y me gustó." Años más tarde, Mario filmó la película y sólo se la dejó ver a Sabato una vez terminada. "Había que estar loco para hacer esa película en esos tiempos", dice.
Cada uno a su manera, Sabato hijo, Malkovich y el propio escritor parecen compartir esa fascinación por la indagación en las profundidades de la mente que plantea el libro. "Formamos una especie de pequeño o gran club en el que los nuevos socios son bienvenidos. A mi padre lo conocí demasiado y a Malkovich, nada, sólo por su obra, y me parece un loco lindo. Mi papá no era un loco simpático, era bastante fanático y la tragedia estaba siempre a flor de piel. Todo lo que él pudo escribir sobre el alma humana no fue a pesar de su locura o de su visión trágica de la humanidad, sino justamente por eso. Se pudo sumergir en esos mundos y sacar esas imágenes, que fueron premonitorias de la posterior corporización del mal en nuestro país. Es prudente fijarse en la visión de los que parece que entran en zonas tenebrosas, quizá nos sirve para ver qué nos espera el futuro", señala el cineasta. Para Malkovich, interpretar esta obra en la Argentina es un desafío: "Voy a ver qué aprendo de ello", dice.
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