Luis Aguilé brilló en escena
El cantante estrenó su espectáculo musical, Viajero y trovador
Como ya es una tradición a comienzos de cada verano, Luis Aguilé retornó al escenario del Astral con sus canciones y su humor. Esta vez el espectáculo poseyó un atributo extra: ese trovador trotamundo festejó sus bodas de oro desde el momento en que, hace cincuenta años, grabó su primer disco, y en su debut lo festejó a lo grande. Frente a una sala colmada por un público que sigue brindando al artista sus aplausos y su devoción, numerosas figuras de la farándula se congregaron en palcos y plateas para sumarse al festejo.
Allí se citaron Duilio Marzio, Mariquita Gallegos, Diana Ingro, Ben Molar, María Alexandra, Ricardo Lavié, Stella Maris Lanzani, Beatriz Ferrari, Juan Carlos Puppo, Ana Acosta, Amelita Vargas y Beatriz Bonet para demostrarle al intérprete su amistad y su cariño. En un escenario despojado de escenografía -sólo coloridos telones y luces restallantes sirvieron para su actuación-, Luis Aguilé, acompañado por un afiatado grupo de bailarinas y bailarines, recordó sus comienzos artísticos, sus viajes por diversos países y sus canciones más populares. Con "Es el amor" comenzó a desgranar un repertorio en el que se intercalaron temas que recorrieron el mundo, con nuevas expresiones que hablan de amores frustrados, de cálidos romances y de nostálgicos recorridos en su larga y exitosa trayectoria artística.
No faltaron, por supuesto, aquellos temas que elevaron la popularidad del intérprete, entre ellos "Pintado de azul", "Lolita" y "Cuando salí de Cuba", entre otros. En su hábil desplazamiento por el escenario, Luis Aguilé hizo algunos paréntesis en sus interpretaciones para, con humor y picardía, relatar algunas anécdotas de sabrosa comicidad en las que personajes de toda laya viven disparatados episodios, y recordaron prototipos de ciudades y pueblos en los que el artista había recorrido en su extensa carrera artística. No faltó tampoco la evocación tanguera con un emotivo recuerdo a Beba Bidart, ni se olvidó de Carlos Gardel al entonar "Rubias de New York" o de Frank Sinatra en su excelente versión de "New York, New York". El espectáculo tuvo su pico más alto cuando Aguilé estrenó "Señor presidente", una canción emotiva y contestataria que debió repetir frente al delirio del público. Con "Viajero y trovador", así tituló su show, Luis Aguilé demostró una vez más que su indudable carisma y esa simpatía que le valieron la admiración de los más diversos públicos siguen intactos, frescos y cálidos, elementos que le sirvieron en estos cincuenta años de trayectoria de llave maestra para que su popularidad desconozca el olvido.
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