Los martes vienen eróticos
Poemas, textos diversos y cuentos según Pelicori y Peña
En términos teatrales, las noches de los martes son casi muertas. A contramano del sentido común, hace siete años atrás a los actores Ingrid Pelicori, Horacio Peña y al director Rubén Szuchmacher se les ocurrió hacer algo en esos tiempos muertos. El trío venía ya de hacer varias cosas juntos y algunas de esas "cosas" fueron más que exitosas y tuvieron excelentes críticas (como Decadencia, o como Polvo eres).
Aquel nuevo emprendimiento se llamó Martes eróticos. Iba los martes, algo obvio, y se presentó en la desaparecida sala Babilonia, teatro fundamental de la escena de los noventa, que acababa de inaugurar su restaurante. Con un menú de comida afrodisíaca preparado especialmente para la ocasión, el público escuchaba a estos dos excelentes actores en medio de una atmósfera cálida e intimista. Entre plato y plato, ellos compartían fragmentos de cuentos, novelas y hasta un manual sobre costumbres amorosas. Entre copa y copa, esos textos se masticaban, se gustaban, se babeaban, como le gustaba decir a Oliverio Girondo en uno de los poemas elegidos.
La cosa fue un éxito. Tuvo dos versiones. De Babilonia pasó a otros sitios. Hasta vino un Viernes erótico. "Es algo que siempre tuvimos ganas de hacer. Es un trabajo ligado al más puro placer. En esta oportunidad, comeremos entre el público y, entre plato y plato, leemos esos textos eróticos. El cenar con el público creo que le dará más intimidad a la cosa, instala algo más fluido", cuenta Ingrid Pelicori en medio de una grabación.
En esta vuelta, presentarán dos programas distintos que irán alternado de martes a martes en La Bodeguita. Allí recorrerán un programa compuesto por unos cuarenta textos que van desde poemas que son dichos de principio a fin hasta fragmentos de cuentos y novelas. Hay textos animados por un erotismo urgente, como "Oración", de Juan Gelman, o "Soneto a tus vísceras", de Baldomero Fernández Moreno. Los hay delicados, como es el caso de "Mano entregada", de Vicente Aleixandre, o textos clásicos del género. Y los hay humorísticos, como el fragmento de Amatista, de Alicia Steinberg, que relata las actividades de un terceto de amantes que comienzan su faena bien de mañana. En medio de esa cabalgata por la literatura clásica y contemporánea, habrá un espacio para los textos lésbicos, para los descontrolados, para los que hablan de masturbaciones colectivas y para los que cuentan amores prohibidos.
El combo de Martes erótico viene así: copita y tapas de bienvenida, primera ronda de textos, nueva copa y nuevas tapas, segunda tanda erótica, otra copita como paréntesis y más textos en manos de Pelicori y Peña según puesta de Szuchmacher. Y después de eso cada uno decide su rumbo.
lanacionar