Ficción y realidad: los Lopilato vuelven a ser Hermanos, ahora en streaming
"Un torbellino de emociones" es la imagen que repite Darío Lopilato, al lado y en el mismo sillón que Luisana Lopilato, frente a la cámara imperfecta del zoom. Afuera, frío en serio, y en el living pero fuera de cuadro, el padre, devenido asesor y colaborador técnico desde que (casi) toda la familia se reencontró durante la cuarentena 2020 en Vancouver, Canadá, residencia Bublé. Pero en esta historia, Michael, el cantante de fama internacional marido de la actriz argentina, interviene muy poco. El torbellino es marca Lopilato y se llama, claro, Hermanos.
Con dirección de Corina Fiorillo y escrita por Matías Del Federico -el autor de Bajo terapia y Casados sin hijos- especialmente para el dúo, es la primera obra de teatro en la que trabajan juntos, una comedia que ya fue filmada en el estudio de grabación que tiene el matrimonio Lopilato-Bublé y que sólo podrá verse este miércoles 13 vía streaming, para la Argentina e Israel. Parte de lo recaudado de las 5.000 entradas a la venta será donado al Hospital Garrahan.
"Nos empezamos a preguntar sobre el aquí y ahora. ¿Qué hacemos? ¿Nos quedamos esperando que esto pase, que llegue la vacuna? Así surgió la idea de, además de disfrutar tiempo de calidad entre nosotros, como hacía mucho no pasaba, a la vez armar este streaming y mantener contacto con el público", dice Luisana, la voz familiar y mesurada. Darío, en cambio, es más expresivo y locuaz: "La que falta es Daniela, que es muy actriz. Ya tengo pensado qué hacer con ella: un infantil, Hansel y Gretel. Ella como la Bruja", dice sobre la Lopilato mayor, en Buenos Aires y de profesión nutricionista.
Dos hermanos, Mateo y Liza, se enfrentan a la inminente muerte de su madre, que espera el final en su habitación mientras escucha a los hijos discutir por la sucesión y los repartos. Según actriz y actor, estos personajes nada tienen que ver ni con ellos ni tampoco con Paola y Coqui Argento, los papeles que protagonizaron en Casados con hijos, en 2005 y 2006 y emitidos ad infinitum por Telefe.
"Le pedí a Matías (Del Federico), a quien conozco por mi trabajo en Bajo terapia –¡ojalá volvamos!- que escribiera algo para nosotros si podía, y a la semana nos mandó dos obras y nos quedamos con Hermanos. Después hablé con la directora, Corina Fiorillo, con quien no había trabajado pero siempre estaba pendiente hacer algo. Y así empezamos a ensayar, nosotros dos, solos, con mi viejo y el zoom con Corina y dos asistentes. La verdad es que nos adaptamos rápido. Era cuestión de encender motores y darle para adelante", cuenta Darío.
"Matías nos preguntó algunas cosas, datos, costumbres, pero no usó casi nada, salvo lugares, como la referencia a Las Toninas adonde íbamos de vacaciones de chicos", acota Luisana. "Partimos de la base –agrega él– que tuviera el tono de Esperando la carroza, esa película increíble. Es un trampolín de emociones que va y viene. A mi mamá le gustó. Nuestra vieja es la crítica número uno; si a ella no le gusta, te lo dice. Y con la obra se rió mucho." Ambos son los productores, con la ayuda de su representante Javier Furgang desde Buenos Aires y la de la familia en Vancouver.
–¿Por qué se reunieron en Canadá y desde cuándo?
Luisana: –En julio vinieron mis padres. Mamá tenía que hacerse unos chequeos de salud, entonces decidimos que lo mejor era estar acá, juntos. Me preocupaba que estuvieran lejos, sin poder ver a sus nietos. Después vino Darío. Mi hermana no pudo.
–En octubre pasado se decidió cancelar la versión teatral de Casados con hijos.¿Habían empezado a ensayar?
Darío: –No, recién íbamos a calentar motores con videos para redes sociales. Esta vuelta era una fiesta, un evento único, pero primero está la salud. Será más tarde, por algo no se dio. Esto nos dejó sin palabras. Tuvimos que parar la pelota y ver qué es lo esencial, para dónde va el juego.
Luisana: –Era un re plan para organizar en familia. Pero hoy la reorganización es muy día a día. Supongo que en abril podré ir a Buenos Aires para filmar. Tengo tres películas. Con eso se irá el año además de acompañar a mi marido en giras. Ojalá todo se pueda hacer.
Con inicios televisivos en ambos casos, las carreras de los hermanos tomaron caminos diferentes: el cine, para Luisana; el teatro, para Darío. Él había estrenado en el verano 2020 el musical Hello, Dolly! También tiene en mente un unipersonal, Celular, que quizás, si se alinean los planetas, dirija Fiorillo. Quiere, dice, "mojarse los piecitos" en el stand up. "Todavía no tuve la oportunidad de hacer un personaje dramático que me permita mostrar otras cosas. Ya llegará. Soy un obrero, me pongo el overol y salgo", cuenta, siempre listo. Ella, por su parte, en los últimos años filmó Los que aman, odian (Alejandro Maci, 2017), Perdida (2018), La corazonada (primera película argentina original de Netflix, 2020) y, la próxima, Pipa, que completa la trilogía basada en novelas escritas por Florencia Etcheves y dirección de Alejandro Montiel, y que espera poder filmar en abril.
"Estar en la tele te da una práctica que no te da nada. Le perdés miedo a la cámara, al vivo. El estudio te permite investigar, probar otras cosas. Y la vida, los años, tener hijos, eso te cambia, vas viendo la carrera de otra manera. Me preocupa más hacer lo que quiero, lo que disfruto y si no, me quedo en mi casa", admite Luisana, quien además de formarse con Cris Morena (Chiquititas, Rebelde Way, Alma pirata) fue dirigida por Alicia Zanca y estudió con Julio Chávez. Darío cursó en la escuela de Raúl Serrano y aprovechó el aislamiento para, además de continuar con el idioma inglés por zoom, sacarle punta a su creatividad con un seminario de guion con Diego Alarcón, el adaptador de la sitcom Casados con hijos.
"Es mucho más profesional que yo, muy productor, muy prolijo, sabe todo antes, es más completo que yo. No para, estudia mucho", dice la hermana. "¡Es muy zalamera! Sí, el estudio da herramientas pero la experiencia, el trabajo es fundamental", responde el elogiado y devuelve: "Con Luisana es fácil todo, prendés la cámara y ya sucede algo entre los dos. Nos divierte y nos gusta". Para ella, gran parte del aprendizaje pasa por ser dirigida por distintos profesionales para recibir distintas miradas sobre el trabajo: "A veces creemos que lo hacemos bien y no es así, es bueno que alguien te diga probá esto o lo otro".
–¿Y cómo es la rutina con tres hijos en Vancouver?
Luisana: –No tengo espacio ni para respirar, no puedo permitirme estar cansada. La escuela de los chicos, sus actividades, mi casa. Mis tres hijos están bien, me tienen ocupada, crecen muy rápido, ya estoy lista para otro. ¡No! (risas). Extraño la etapa de bebé: Noah pasa a tercer grado, Elías empieza prescolar y Vida ya no usa pañales y habla un montón.
Darío: –Hicimos hiking (senderismo), fuimos mucho a la montaña, conocimos lugares, todo con barbijo.
–¿Habrá Hermanos en un teatro en Buenos Aires?
Luisana: –¡Ojalá! Queremos hacerla presencial, ojalá podamos. Y si no la haremos para familia y amigos. ¿Viste que a veces en las reuniones te piden "actuate algo"? ¡Ya tenemos qué hacer!
Darío: –Y una sorpresa: la voz de la madre aparece, no te digo quién pero es muy conocida.
Hermanos
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