Los bonobos: una comedia que busca llevar el género un poco más lejos
Peto Menahem, Osqui Guzmán y Campi, tienen el desafío de provocar desde sus limitaciones sin caer en la autoparodia en esta pieza que se estrenará el miércoles
Basta con echarle un vistazo a la lista de obras teatrales de mayor convocatoria en la calle Corrientes para darse cuenta de que son las comedias las que mejor rinden en la taquilla. No es un dato nuevo, pero en la temporada que acaba de terminar la tendencia se consolidó. Entre los diez espectáculos más vistos aparecen Una semana nada más (Teatro El Nacional), La verdad (Paseo La Plaza), ¿Qué hacemos con Walter? (Multiteatro), Toc Toc (Multiteatro), obras cargadas de humor y con buen recorrido que han podido mantener la convocatoria más allá del impulso natural de las primeras funciones. Con esa misma expectativa el miércoles llegará al Lola Membrives Los Bonobos, escrita por el mismo autor de la exitosa Toc Toc, el francés Laurent Baffie.
El punto de partida de la historia es la extravagante idea de Alex, un personaje ciego interpretado por Peto Menahem que convence a dos amigos -uno sordo, encarnado por Osqui Guzmán, y el otro mudo, el papel de Campi- de llevar adelante un complicado plan para conquistar a tres mujeres que también buscan pareja (Lizy Tagliani, Manuela Pal y Anita Gutiérrez).
¿Cuál es la explicación del título de la obra? Hay por lo menos dos: 1) una alusión al chimpancé pigmeo, que tiene una actividad sexual muy frecuente; 2) la famosa escultura Los tres monos sabios que produjo el japonés Hidari Jingoró en el siglo XVII, donde uno aparece tapándose los ojos, otro la boca y el tercero los oídos. El argumento juega con esas limitaciones de los personajes sin burlarse, aclara su productor, Gustavo Yankelevich: "No son perdedores ni mucho menos. Es una historia muy divertida y muy humana sobre el amor". Para este profesional de evidente buen ojo para detectar materiales con proyección comercial, que el autor sea Baffie es una buena referencia, pero no una garantía: "Nunca hay certezas en este negocio -explica-. La única garantía es que la gente que venga a verla pueda recomendarla porque le gustó. Creo que hay muy buenas chances de que eso ocurra porque tanto el trabajo de los dos directores, Alberto Negrín y Gabriel Chamé Buendía, como el del elenco han sido excelentes".
Lizy Tagliani, una artista en la que Yankelevich ha depositado su confianza más de una vez, asevera que "funciona bien lo que la gente tiene ganas de ver, que encima no siempre es lo mismo". Bien entrenada en la comedia, sostiene convencida que no hay fórmulas infalibles: "Eso de que cuando hay crisis la gente elige comedias es relativo. Yo creo que cuando hay poca plata y ven que no pueden ahorrar para irse de vacaciones a Cancún, se gastan lo que tienen en el teatro, en la peluquería o en un café con amigas. Así que ahora espero que vengan al teatro (risas)".
Peto Menahem remarca que el éxito comercial no es el objetivo principal de su trabajo. "Obviamente que hacemos la obra para que la gente venga a verla, pero los parámetros para medir si algo es exitoso o no pueden ser diferentes. Muchas obras no funcionaron comercialmente como otras que eran peores. Hay obras buenas y necesarias que venden muchas entradas y hay obras que no son tan buenas ni tan necesarias y también venden muchas entradas. En este momento parece que hay interés por las comedias o por las obras que al menos tienen algunos pasajes graciosos. Pienso en casos como ¿Qué hacemos con Walter? y Perfectos desconocidos, con partes desopilantes y otras mucho más densas, más oscuras".
De larga trayectoria en el off, Osqui Guzmán opina que "la crisis la sufre el drama, porque la comedia funcionó, funciona y funcionará siempre. Sea parodia, revista, farsa, standup o improvisación, siempre convoca. Pero el drama está en crisis porque hoy no puede sobrevivir sin el humor. El público no resiste obras que sean todo el tiempo serias".
En Los bonobos, más allá de la premisa central de provocar la risa, hay más tela para cortar: "Yo tuve que trabajar la angustia y la ansiedad que le genera a mi personaje la limitación de no escuchar -dice Guzmán-. A partir de ahí empecé a encontrarme con el sordo de la obra, a identificarme con su dolor. No soy todos los sordos, sino el de esta historia, con sus propias particularidades. Traté de entender al personaje y a todo lo que va construyendo para mitigar ese dolor. Creo que se suma al plan disparatado de Alex (el rol de Peto Menahem) para escaparse de esa angustia".
Comediante por excelencia, Campi confía en la calidad de Los bonobos pero sabe que "hablar de éxito en el circuito comercial es básicamente hablar de vender muchas entradas". Y la crisis económica que vive la Argentina es determinante a la hora de hacer evaluaciones, agrega: "Hace unos años alguien se iba de vacaciones a Mar del Plata y veía cuatro o cinco obras en la misma temporada. Ahora eso es muy difícil. Entonces tenés menos margen de error y vas a ver lo que todos dicen que está bueno. El boca en boca es más importante que nunca". Uno de sus mayores desafíos fue aprender la técnica del lenguaje de señas: "Una de las cosas más lindas de actuar es que cada personaje te puede abrir un mundo distinto. Está en vos aprovecharlo. Acá se me abrió una ventana muy interesante. Y descubrí que el lenguaje de señas es diferente en cada país. No se usan las mismas señas acá que en Uruguay para una misma palabra".
A pocos días del estreno de la obra (el miércoles próximo), en todo el equipo que trabaja en Los bonobos se nota serenidad y fe en los buenos resultados. Aun cuando Menahem aclare su postura al respecto ("no me conformaría hacer una obra que reviente la taquilla pero no me guste", asegura), el deseo íntimo de todos es subirse a esa lista de grandes sucesos de Corrientes, plagada de comedias. "Yo creo que las palabras éxito y fracaso se usan demasiado y muy ligeramente -resume, sin embargo, Lizy-. Pareciera que mucha gente que deja de hacer lo que realmente le gusta para hacer lo que hacen los demás. Pasa en la tele con el rating y en las redes sociales con las tendencias. Se genera una fiebre detrás de todo eso, cuando lo importante es acercarte a lo que de verdad te gusta".
Los bonobos. De Laurent Baffie. De miércoles a domingos.
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