Lo que nos une: la resiliencia como protagonista de un drama esperanzador
No todo lo que brilla en Broadway es oro. Pero hay joyas que se estrenan cada tanto y que el espectador teatral argentino ansía poder tener cerca, en versión local. Lo que nos une (Rabbit Hole), de David Lindsay-Abaire, es una de esas piedras preciosas. Ganadora del Pulitzer, es un drama que conmueve desde lo humano de su simpleza y desde los matices que impulsan a salir del dolor más profundo: la pérdida de un hijo. Se estrenará el próximo sábado, con Gabriela Toscano, Germán Palacios, Soledad Silveyra, Maida Andrenacci y Tomás Kirzner, en El Nacional. "Lo más lindo es que no le hemos tenido miedo a la obra. Es triste, pero también esperanzadora... porque la vida lo es", describe Toscano, ilusionada.
En su estreno neoyorquino, en febrero de 2006, la pieza deslumbró a crítica y espectadores y apenas unos años después atrapó a Adrián Suar, quien finalmente concreta el sueño de llevarla a la cartelera porteña junto a Nacho Laviaguerre en la producción y con versión y dirección de Carlos Rivas. La clave, tanto del original como de la adaptación, pareciera ser la misma. Así como en una buena comedia la risa da pie a la reflexión más íntima, en la pieza del autor estadounidense el humor sutil también juega su rol esencial, quizá el mismo que tiene bajo el escenario: ser un impulso imprescindible para navegar en aguas densas.
"La vida es insostenible sin el humor", suelta Soledad Silveyra, la última del trío protagónico en sumarse a la aventura de Lo que nos une, que, desde hace una década, germinó en una charla entre Suar y Rivas en la que ambos imaginaron a Toscano-Palacios como la pareja de padres en esta historia familiar. Palacios, que en septiembre pasado estrenó Temporada de caza, un film que también aborda el tema de la pérdida familiar, es quien más repara en la risa como mecanismo clave de la obra. "Es un desafío pensar qué pasa, con la resiliencia y con una situación así, cuando uno siempre fue alguien con humor. Si vos eras, antes de todo, un personaje como estos, que eran alegres y encaraban la vida de un modo no melancólico sino vital, ¿dónde se pone eso? ¿Qué pasa con el humor en un momento así?"
La oportunidad de ver esta dura realidad representada en escena –y la posibilidad, incluso, de acompañar a los personajes en alguna carcajada– también permite acercarnos a un dolor al que siempre es difícil abrazar y ponerle palabras. "Socialmente, el tema que trata Lo que nos une es un tabú –reflexiona Toscano–. Y está bueno exponerlo arriba del escenario. De hecho, en la obra se habla de dos personajes que prácticamente no quieren mencionar el tema... Y, sin embargo, es más común de lo que creemos. Casi en todas las historias familiares se ha sufrido por la pérdida de un niño". Tal vez esa misma intención de iluminar un dolor tan indescifrable y profundo fue la que animó al propio Lindsay-Abaire a escribir esta pieza. Como recuerda Rivas, director de la versión que estrenará en El Nacional: "En una entrevista, el autor contó que una maestra de dramaturgia le dijo una vez que solo tenía que escribir de aquello que le diera mucho miedo. Él no entendió qué había querido decirle hasta que fue padre. Cuando uno tiene hijos aparece una dimensión que es más grande que uno mismo. Creo que la obra le resultará interesante al espectador porque justamente lo toca en esa fibra y le habla de esa sensación de ser padres, que no se parece a nada". Así como esta puesta le duplicará a Suar los motivos para entusiasmarse, con el debut teatral de su hijo, Tomás Kirzner, también Rivas y Toscano se darán el lujo de ver estrenarse al suyo en la calle Corrientes: Bruno, músico de 23 años, es quien compuso la música original de esta obra.
Más allá de la densidad de la trama, la intención no es convertir esta obra en un melodrama lacrimógeno sin más sentido. El propio autor, en unas recomendaciones que ofrece respecto de su texto, aclara: "Es una obra triste. No la hagan más triste de lo que necesita ser". En un drama de tanto peso, cobra una importancia fundamental cada diálogo y cada silencio. "Acá no hay golpes bajos. Creemos que ese sería un pésimo camino a transitar", explica Palacios. "Nuestro director ha venido con claridad en ese aspecto y nos ha dicho que lo que queremos es que el público haga una experiencia", se suma Toscano. Y su compañero de los últimos dos meses de ensayo agrega: "Lo interesante, y ahí se ve la pluma del autor, es que la circunstancia de la pérdida es el desencadenante dramático, pero no es el tema exclusivo. Como pasa con los buenos textos, esta obra tiene muchos temas, que esencialmente tienen que ver con los vínculos. El autor construye algo increíble en relación con la resiliencia, que no es ni más ni menos que el lugar en el que te parás frente a un acontecimiento de esta envergadura. La obra se sostiene en una ingeniería muy atractiva: es notable ver los mecanismos que despliega y cómo cada personaje se sitúa en un lugar distinto para encarar la misma situación. Cada uno lo atraviesa a su modo, pero todos ponen de sí la pasión, el cariño, el humor, la escucha y lo mejor que pueden para salir adelante. Como en la vida misma".
En Lo que nos une, Silveyra es Perla, la abuela de la familia y la madre de Julia, el papel que interpreta Toscano. A la actriz de 66 años, cuyas nietas mayores ansían verla sobre un escenario, la moviliza especialmente este personaje, que le recuerda las huellas de su propia historia. "Perla es una mujer que ha sufrido mucho. Quizá no elige la mejor manera, pero lo único que quiere es ayudar a su hija Julia a salir adelante. Quiere ayudarla a comprender que hay cosas en la vida que no se van nunca, pero que está bueno que no se vayan porque uno puede llevarlas con amor, con dignidad y con memoria", suelta Solita y se le escapan unas lágrimas. "Eso es lo más hermoso que tiene mi personaje".
A Palacios, también, esta experiencia lo une con su propia historia. Y el actor celebra que así sea. "La obra me llevó, de algún modo, a hablar de pérdidas personales que yo he tenido –se abre el actor– y creo que está bueno. Yo perdí a un hermano cuando él tenía 14 años y yo, 9. Y siento que yo mismo tenía que ofrecerme el espacio para poder dialogar teatralmente con eso, darme la oportunidad de sacar y sanar. Porque el teatro es terapéutico y cura. Me pareció, además, que el poder usar resortes personales acá me salvaguardaba de una posible tristeza de la obra".
"Ninguno de nosotros tres vivió lo que les sucede a estos padres, pero cuando aparece una obra que toca un tema universal como es la pérdida de un hijo, uno como actor tiene ganas de hacer esa experiencia", revela Toscano. La actriz estrenará por cuarta vez una pieza ganadora de un premio Pulitzer en la que actúa bajo la dirección de Rivas, su marido, luego de sus trabajos en La prueba, La duda y Cómo aprendí a manejar. "Concibo la actuación como revelar algo que está oculto y uno, como actor, quiere ser parte de eso –reflexiona la artista uruguaya–. La vida tiende a tapar un poco los ojos de quien todos los días se levanta, paga las facturas, lleva los chicos al colegio y sigue su vida… pero el teatro tiende a desvelar y recordar que la vida está en los vínculos y en quienes tenemos al lado".
El nombre original de la obra, Rabbit Hole, tiene múltiples interpretaciones. Entre ellas, es inevitable recordar un elemento vital en la novela del genial Lewis Carroll: aquel inquietante y profundo pozo por el que Alicia cae, en su intento de seguir al Conejo Blanco, e ingresa al País de las Maravillas. Quizá, la elección de ese título por parte del autor intente describir, de algún modo, lo indescifrable de esta dolorosa pérdida que su obra pone en primer plano. Del mismo modo que la apuesta de Lo que nos une, como aseguran sus protagonistas, es arrojar algo de luz sobre una experiencia indescriptible.
"Acercarte a una situación tan extrema, aun desde nuestro lugar de actores, te marca el límite –piensa Palacios–. Yo tengo dos hijos hermosos, aprendo a ser padre todos los días, estoy todo el tiempo revisándome e intentando estar a la par de ellos, pero obviamente esta obra es cuestionadora de uno en ese lugar. Lo que pasa es que no está bueno trabajar para entristecerse. Nosotros trabajamos para iluminar. Es justamente lo opuesto. Y eso te hace vivir esta obra como algo que solo te trae más amor".
Soledad Silveyra les sonríe a sus compañeros y, a unos pocos días del estreno, no hace más que coincidir: "Lo que nos une es una obra difícil, pero es maravilloso cómo muestra que, si hay amor, las cosas se pueden superar. No sé si haremos de esto un éxito, pero ojalá le sirvamos a la gente: a los que están tristes, para ayudarlos a entender que se puede salir; y a los alegres, para recordarles que valoren lo que los rodea. En esta corrida que es la vida uno se pierde cosas y, entre la cotidianeidad, está el amor. Esta es una oportunidad para nosotros, estaría buenísimo que nos acompañen… Y que no tengan miedo: todo pasa". ß
LO QUE NOS UNE
Dirigida por Carlos Rivas
De miércoles a domingos.
El Nacional, Corrientes 960.
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