Llegó Real Self a la Argentina, una experiencia inmersiva en total anonimato
No hay actores, los espectadores se sumergen en un mundo artístico donde la tecnología y la música juegan roles importantes
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Sus creadores lo definen como una experiencia inmersiva, artística y tecnológica que sumerge a las personas en total anonimato. A través de una voz en off, música original y un mapping 360 sobre las dimensiones del espacio, los participantes son guiados a experimentar distintas emociones durante una hora y media. Máscaras y overoles aseguran el total anonimato de los “jugadores”, que deberán dejar sus celulares en un locker privado antes de ingresar a la sala. Nadie podrá reconocerse entre sí, es una experiencia individual y colectiva al mismo tiempo.
Ideado y dirigido Jabo Drucaroff, con la producción de Preludio y Ozono Producciones (Fuerza Bruta), Real Self es, ante todo, una experiencia pensada para que participen hasta 150 participantes por función, bajo ciertas condiciones y un ambiente que se propone movilizar la fibra interior, “la verdadera posibilidad de ser absolutamente reales”.
“Real Self es la suma de muchas experiencias que tuve a lo largo de mi vida, principalmente viajando por el mundo. Viajé mucho solo, como mochilero. Encontrarme en algún lugar recóndito del mundo, solo, sin que nadie me reconozca, me permitió sentir una libertad increíble que nunca antes había vivido. Tal vez esa es la génesis de Real Self: poder irse de viaje a un lugar donde nadie te conoce y, desde ese anonimato, permitirse ser real; jugar un rato a ser alguien distinto a quien sos todos los días y, tal vez, en ese juego, permitirte ser un poco más verdadero, más real. También es la fusión de todos mis mundos. Amo la tecnología, el mapping, el sonido envolvente. Me encantan las ceremonias y las experiencias profundas e intensas; me gusta mucho la danza, la puesta escénica, el diseño de luces. Esta propuesta es la sumatoria de todas esas cosas que me atrapan y me encantan desde hace mucho tiempo”, señala el director.
Alejado de las convenciones teatrales, en Real Self no hay actores ni performers, sino un staff disponible para asistir cualquier necesidad de la gente, desde recibirlos hasta ayudarlos a que la experiencia sea lo más fluida y “disfrutable” posible. Pero no están actuando ni haciendo ninguna performance, son los mismos participantes quienes componen toda la experiencia, donde sí entran en juego lenguajes y elementos propios de las artes escénicas como la voz en off, la música, el mapping.
“Por una cuestión de convenciones decimos que es un show, pero en realidad, conceptualmente, no lo es. Lo más representativo y justo para definirlo es decir que es una experiencia. Porque en definitiva es eso lo que vas a hacer, vas a vivir y a experimentar, más que a ver una obra o un espectáculo. Los roles están desdibujados, el espectador como tal no existe, es partícipe; hay un texto, sí, el de la voz en off, pero se completa con la acción de cada participante que, a su vez, es individual y colectiva al mismo tiempo. Entonces todos los elementos propios del lenguaje escénico están permanentemente alterados”, explica Jabo Drucaroff, director de esta obra y otras experiencias inmersivas en los Estados Unidos, Sudáfrica, India, Inglaterra y países de América Latina.
Por otra parte, tampoco se plantea un conflicto como en muchas obras de teatro, sino que es una propuesta más orientada al juego y la exploración de diferentes situaciones, momentos, consignas que se construyen desde el total anonimato. Si bien es inevitable la comparación con compañías como Fuerza Bruta, De La Guarda y varios espectáculos participativos, la condición del anonimato de sus participantes le aporta un elemento novedoso.
“El anonimato surge como una herramienta para permitirnos ser más reales, más verdaderos. Para permitirnos exponernos sin que nadie sepa quiénes somos. Hay una frase bastante famosa de Oscar Wilde que dice: “Dale una máscara a un hombre y te dirá la verdad”. Esta experiencia la pone en práctica. Tal vez muchas personas van a confesar por primera vez en su vida cosas que nunca se animaron a contárselas a nadie, y sin necesidad de que ninguna otra persona allí dentro sepa quién es él o la que está revelando esa verdad. Ahí radica la potencia del anonimato, el porqué de esta propuesta de experimentar ser anónimos por el tiempo que dura la experiencia”, reflexiona el director, que también ha sido set designer para las instalaciones de Gloomy Eyes y Paper Birds, experiencias de realidad virtual premiadas en Sundance y la Bienal de Venecia; y con su obra Machitún ganó un premio en el National Art Festival de Sudáfrica.
Ingreso y salida del anonimato
Una vez que ingresan al lugar, los participantes de Real Self acceden a un primer espacio donde dejan sus pertenencias, se cambian, se ponen el traje, los guantes, la máscara y reciben las instrucciones. La preparación hacia ese anonimato es un momento clave, ya que junto a las pertenencias que se dejan en el locker, también se deja allí muchas barreras, inhibiciones, prejuicios, temores.
“La principal propuesta es ser completamente honestos, por eso mismo nadie está obligado a hacer nada que no quiera; si alguien quiere asumir un rol mucho más pasivo y observar desde un rincón, puede hacerlo. Una vez que la experiencia concluye, cuando la gente regresa a sus boxes a buscar sus pertenencias, lo que hemos visto en las pruebas que hicimos es que nunca nadie salió de la misma manera como había ingresado. Es una experiencia que interpela y moviliza. Después, tanto el outfit del overol como la máscara se van con vos a tu casa, ya que nunca usarán ropa ni mascaras que haya usado alguien antes. En esas pruebas que hemos hecho vimos que la gente sale con muchísima energía, exultantes y con ganas de compartir con otras personas sus vivencias y las cosas que más los movilizaron. Hay como un ‘regreso del anonimato’ en el que estuvieron por esos 75 minutos”, explica el director.
¿Hasta qué punto puede Real Self profundizar la experiencia de encontrarse con el ser real o verdadero? “La experiencia es súper respetuosa de las personas que deciden participar. En ningún momento se fuerza a nadie a hacer nada ni a decir nada ni a contestar nada. Por otro lado, la invitación es a ir lo más profundo que cada uno quiera y pueda, o se permita, sobre sí mismo. Por eso no es lo mismo vivirla la primera vez y volver a hacerla. Porque depende mucho de cada uno hasta dónde decida ir y ese límite se lo pone el espectador. Hasta cuánto se pueda profundizar depende 100 por ciento de cada uno”, concluye Jabo Drucaroff.
PARA AGENDAR
Real Self. Idea y dirección: Jabo Drucaroff. Coordinación General: Barby Esses. Música original: Dylan Lerner. En Niceto Vega 5350 esquina Darwin. Consultar fechas y horarios en: https://realselfexperience.com. Entradas: desde 4.100 pesos. Sólo para mayores de 16 años.
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