No es fácil para una mamá de dos nenes armar un espectáculo vía streaming en vivo y desde su casa durante la cuarentena. Son demasiadas voces, manitos y preguntas que aislar para ese rato que no estaba en los planes ni en los recursos de ningún hogar promedio. Pero el deseo de Laura Conforte, actriz, cantante, bailarina y madre, encontró la forma: que el show sea en la casa de su músico y amigo Javier López del Carril, que vive solo y está equipado para estas puestas caseras. Cantante y guitarrista, sin técnicos ni asistentes, presentan Culpa viva, este sábado 10 a las 21.
"Es mi primer streaming en vivo. Hice otro, grabado en una sala, con Deborah Turza y Romina Groppo, Con toque de diva, más Hernán Matorra en piano. Hasta ese momento no había hecho nada, parada por el ‘esto ya pasará’. Pero se me prendió la llamita y me quedé con ganas de más. Con Javier, habíamos hecho hace cinco años Culpa mía, acompañados por otros músicos. Esta vez, es el mismo formato pero de otra manera, muy austero y muy hermoso también, entrar a la casa del artista, un living donde no hay nadie más que nosotros; para mí, es ciencia ficción, se toca un botón y empezamos", dice Conforte, que repetirá algunas canciones del otro show pero sumará muchas elecciones nuevas, un abanico que va desde Fito Páez a Concha Buika, Sting a María Elena Walsh, Gustavo Cerati a una zamba que le recuerda a sus padres y temas de los musicales que ama, como Rent: "Es muy ecléctico, un menjunje que me encanta. No soy cantautora sino intérprete, elijo lo que me conmueve, es un viaje personal al que Javier le da su impronta particular y sensible, su propia versión".
Parece una eternidad pero fue el año pasado que, con mucho éxito, Conforte fue Cassie en Chorus line, el clásico de Broadway. Cuando vio la película en el cine, de chica con su mamá, supo que eso era lo que quería hacer para siempre. Volvió a verla casi diez veces. Con los años, a la bailarina que no pudo entrar a la escuela del Teatro Colón y que empezó a estudiar jazz y comedia musical con Ricky Pashkus, le nacieron otros amores, el canto y la actuación. "Si tuviera que elegir, no sé con qué me quedo, hay días que quiero cantar, otros bailar, depende lo que extrañe. Lo que prefiero y me define es la actriz que canta y baila. Por eso, Cassie me representa tanto. No hay muchos papeles donde puedas hacer ambas cosas como en Chorus line. Tenés Chicago, Sweet Charity, pero no hay mucho. En La novicia rebelde, en Casi normales, es todo cantar y me fascinó hacerlo pero extrañaba la danza", dice la premiada intérprete, en especial ovacionada en el rol de Diana, de Casi normales, el musical de Brian Yorkey y Tom Kitt, que estrenó el director Luis "el Indio" Romero en 2012, con dirección musical de Gaby Goldman, y continuó en modo fanáticos hasta 2018.
-Para seguir con Cassie, después de los 40, ¿cómo son las audiciones para los más experimentados?
-Aprendí a ir más suelta, me preparo por supuesto, pero ya no voy con la tensión con la que iba de los 20 a los 30. En el camino, se aprende y se va ganando confianza, algo que me costó mucho, sentía mucha frustración si no me elegían. También, por suerte, me eligieron. Los últimos años voy a audiciones cerradas, donde llaman a un grupo de artistas para un papel. Y eso también tiene lo suyo porque sabés que estás entre compañeras y amigas que son bombas atómicas, puede quedar cualquiera.
-¿Cómo se pasa del ensamble o del coro a un protagónico?
-Depende de cada artista, hay quienes se sienten felices actuando toda la vida en los ensambles y si se sienten plenos, está perfecto. A mí, llegó un momento, después de once años de ser parte de ensambles, que ya no lo sentía como un desafío. Me pasó cuando estaba haciendo Sweet Charity, en 2006, que sentía ese gusto amargo. Y es una obra preciosa, que amaba, con un grupo que la pasábamos bomba pero en mi interior me generaba angustia. Quería sentir nervios. En 2008, vino Rent, el papel de Maureen. A veces cuando se desea mucho algo, sucede. No siempre, hay gente que desea toda la vida y no le ha sucedido. También estuvo mi decisión. En ese momento, no me presenté a ninguna audición para ensamble, prefería hacer otra cosa, shows o clases para ganarme la vida, antes que ir al teatro de miércoles a domingos a hacer algo que ya no me llenaba. La plata no me sobra pero hay que frenar si te hace ruido.
-Fuiste nominada como mejor actriz a los premios Helen Hayes por tu interpretación de Evita, en el musical La momia en el clóset (del venezolano Gustavo Ott y dirección de Mariano Caligaris, en el teatro Gala de Washington, 2009). ¿Por qué no la trajeron a Buenos Aires?
-¡Queríamos! Fue una experiencia hermosa, un elenco de argentinos y de otros países en un teatro fundado por dos argentinos, Hugo y Rebeca Medrano, en español con subtítulos. Basada en Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez, sobre los abusos que recibió el cuerpo de Evita después de muerta, es una obra con mucho humor negro y temimos traerla a Buenos Aires, que quemaran el teatro, no nos atrevimos. Para la ceremonia de los Helen Hayes viajé pero se lo llevó otra actriz tremenda (ganó Christiane Noll, por Ragtime).
-Trabajaste en televisión (Según Roxy) y en cine (Extraños en la noche, de Alejandro Montiel). ¿Te gustaría incursionar más por fuera del teatro musical?
-Me focalicé tanto en hacer teatro musical que me quedé muy concentrada en ese mundo que adoro pero sí, realmente, me encantaría poder trabajar más en el audiovisual, sobre todo, cine. No soy de hacer muchas cosas a la vez, me gusta elegir, soy mamá, tengo dos hijos, quiero estar en mi casa. Además, uno va entrando a un circuito donde te conocen, casi siempre ves a los mismos en las tiras, en las películas y también en el teatro. En la medida que pueda, me gustaría ganar experiencias. Pero en este momento, vivo muy el día a día, no tenemos idea de que pasará, voy sobre el pucho. Este año mi intención era retomar la docencia, hace mucho que no lo hago, pero no quise hacerlo vía Zoom, prefiero esperar la vuelta de lo presencial.
PARA AGENDAR
Culpa viva, con Laura Conforte y Javier López del Carril.
Sábado 10, a las 21, y disponible por 48 horas. Entradas por Tickethoylive, desde $ 400.
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