Las chicas de la culpa: un éxito irrompible por streaming
Con cientos de espectadores cada vez, el cuarteto integrado por Malena Guinzburg, Connie Ballarini, Natalia Carulias y Fernanda Metilli es un milagroso suceso en tiempos de teatros cerrados
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Después de presentarse en el Paseo La Plaza con entradas agotadas, Las chicas de la culpa (Malena Guinzburg, Connie Ballarini, Natalia Carulias y Fernanda Metilli) ahora se mudaron completamente al streaming, con un público que las sigue a donde vayan y trepa a los 700 espectadores por función y a veces más. Un éxito irrompible.
Para aquellos que aún no las conocen, es importante resaltar que cada semana ofrecen un programa diferente, una suerte de talk show muy divertido con distintas consignas y juegos que funcionan como disparador para que Las chicas de la culpa improvisen y siempre desde el humor, hagan lo que más les gusta: irse a la banquina.
“Para dar ese paso del teatro al streaming, sin las risas el público, fue necesario adaptar el show a un formato más televisivo, pero con la posibilidad de poder irnos a la m... Creo que si dijéramos las cosas que decimos ahí en un canal de aire o de cable nos levantarían al toque. Además, el streaming tiene la posibilidad de que te vean en cualquier lugar del mundo”, apunta Guinzburg sobre las oportunidades que les abrió este formato, que todos los viernes por la noche se graba en vivo desde un estudio y que ya se ganó la fidelidad de un público que sigue creciendo cada día. “Somos un grupo de amigas muy distintas entre sí que se potencian juntas. Nos amamos, respetamos y admiramos y, en cada encuentro, lloramos de risa genuinamente”, asegura Carulias.
“No es que somos cuatro mujeres haciendo humor, sino que pensamos el humor en equipo, en una construcción colectiva. Hay una red de contención, sabés que podés tirar algo y tus amigas siempre están ahí para armar la jugada, y eso te da una libertad increíble. Más allá del respeto y la admiración mutua, nos conocemos mucho y sabemos para qué lado puede ir cada una, tenemos un color muy distinto que se complementa. Eso se ve y creo que es lo que a la gente le gusta y a nosotras también”, reflexiona Ballarini sobre la propuesta que produce Diego Scott, ese mecanismo sutil que les permite cruzar ciertos límites a partir de una estructura determinada.
El programa/espectáculo comenzó como La culpa es de Colón allá por 2017, cuando fueron convocadas por Comedy Central para Telefe, junto a la humorista Dalia Gutmann, que hacía las veces de presentadora y posteriormente dio un paso al costado por otros compromisos.
Ahora bien: ¿cuánto de improvisación y cuánto de guión hay en el espectáculo?
“El programa tiene dos armas. Por un lado, las charlas y por otro los juegos. La propuesta de juegos y disparadores para las charlas están a cargo de Fernando Sanjiao. Es un gran laburo en equipo de ida y vuelta de ideas, tanto de guión, producción y artistas”, explica Metilli, a la que por estos días se la puede escuchar también en la radio junto a Jey Mammon en Mañana la seguimos (Metro 95.1)
“Cada viernes tenemos más o menos preparados los temas que se van a tratar y qué juegos vamos a hacer. Después, todo lo que pasa en el medio y todo lo que decimos, es improvisado. Sabemos más o menos para dónde vamos, pero no tenemos idea qué va a decir cada una”, sigue Guinzburg
Si bien en el show hablan de todo, sin dudas los temas sexuales están entre sus favoritos y las desafía a ir cada vez un poco más lejos. “A mí me gusta irme a la m.., llegar al límite y pasarlo un poquitito, todo muy borderline. Me divierte mucho ensuciarme. Y también hablar de sexo, porque me parece que nosotras lo tocamos desde un lugar súper honesto, profundo, como esa charla de amigas donde decís: ‘che, me pasa esto, qué te pasa a vos, qué mirás en el porno’. Y creo que esa honestidad y esa sinceridad en nuestras charlas es lo que genera muchísima identificación y empatía”, reflexiona Ballarini.
Por su parte, Metilli agrega: “Me divierten los momentos vergonzosos en general y solemos reírnos mucho de situaciones sexuales que nos pasan a nosotras o a cualquier persona”.
Por supuesto, y más allá del nombre, Las chicas de la culpa admiten sentirse culpables de vez en cuando y por razones muy distintas, a saber: “Me hace sentir culpable faltar a un compromiso, faltar a la palabra. Si te dije que sí, es que sí”, asegura Metilli. A lo que Carulias agrega: “Pensé que a mí no me iba pasar, pero siento culpa con mis hijos cuando laburo mucho o no les presto mucha atención. Se ve que la maternidad viene con ese chip de la culpa”.
A la hija del gran Jorge Guinzburg la hace sentirse culpable todo. “Pero cada vez un poco menos”, asegura. “Es que lo laburé en terapia toda la vida: desde romper la dieta y comer algo cuando no debería hasta el ocio, no estar haciendo algo productivo. Pero cada vez lo disfruto más. Ya está, me voy a dar el alta de terapia”.
Este verdadero boom, de algún modo, afianza este cuarteto de humoristas a las que el stand-up ya les quedó chico. Y un boom en pandemia, con teatros cerrados, equivale a un primer puesto de rating televisivo. “Las mismas cosas que me identifican y me gustan a veces me generan un poco de culpa”, concluye Ballarini, como definición de este espectáculo que pronto volverá a la presencialidad en su casa: el Paseo La Plaza.
Las chicas de la culpa.
Todos los viernes, a las 21, por streaming.
Entradas en Plateanet.com (800 pesos).
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