La normalidad de lo anormal
Esta noche sube a escena el musical de Brian Yorkey, que fue éxito en Broadway
"Terriblemente hermoso." "Hará que tu corazón se hinche de emoción." "Un valiente e impresionante musical." La prensa estadounidense no escatimó elogios cuando Next to N ormal subió a escena para demostrar que todavía había mucho que explorar en materia de teatro musical, y mucho que contar de las cuitas de una familia tipo actual. Con actuaciones despampanantes y una música capaz de llevar al espectador de un sentimiento a otro sin escalas, cautivó sin necesidad de una gran parafernalia escenográfica: el actor, su personaje y una historia bien contada y cantada bastaron.
Ahora, esa fórmula que triunfó en Broadway cuenta las horas para ver cómo su versión argentina, Casi normales , sube a escena. La cita es esta noche, en el teatro Liceo, y los protagonistas muestran las sonrisas radiantes de excitación ante el inminente estreno de una obra que cada uno por separado aprendió a amar. Ellos son: Laura Conforte, Alejandro Paker, Florencia Otero, Fernando Dente, Mariano Chiesa y Matías Mayer, y darán vida a una familia casi normal: la madre, Diana, padece bipolaridad; el padre, Dan, no da abasto como sostén de toda la familia; la hija quiere perderse en sus libros para evadirse de su familia casi normal; el hijo no acusa recibo de lo que sucede en su hogar; el novio de la hija se involucra casi normalmente en la familia, y el médico trata de hacer lo que se puede. Discusiones. Carcajadas. Gritos desgarradores. Amor, todo tipo de amor. La obra se presta para que el espectador se haga un festín de puro teatro.
"Es tan absolutamente teatral, con un contexto dramatúrgico muy fuerte que hace que las canciones lleguen como consecuencia de una terrible emoción", explica Laura Conforte, encargada de la difícil tarea de encarnar a Diana, papel que le valió ovaciones por doquier a Alice Ripley, su par en Broadway, un Tony y la consagración. Cuando Laura se enteró de que Casi normales llegaba al país supo que era su oportunidad. Por entonces acababa de concluir con las funciones de La novicia rebelde y se preguntaba qué vendría después de eso. "Tenía ganas de hacer algo bien distinto, algo más cercano al teatro de texto, y apareció esto. Una obra íntima, ideal para ser representada en un teatro como el Liceo y con la dirección del Indio Romero, que no viene del palo del musical", explica la actriz, apenas conteniendo su verborragia. No puede más de la ansiedad porque sabe que su papel le exige un tour de force (tal fue el término usado en Nueva York para definir la performance de Ripley): "Vocalmente me cansa mucho por la manera de cantar. Tiene mucho más grito, enojo, y otras emociones. A diferencia de La novicia? esto es más rock and roll".
Humor negro
"Para mí el tema de la bipolaridad es una anécdota. Podría ser otra enfermedad. Lo interesante es cómo lo toma la familia. Ellos se ríen de sí mismos apelando de a ratos al humor negro, en otros momentos al contrario: lo hablan con seriedad, pero todo eso les ayuda a sobrevivir en este mundo", explica Alejandro Paker, o Dan, el padre de esta familia. "Son personajes casi normales, pero son universales porque todos somos padres, hijos, hermanos, a todos nos toca pasar en algún momento por una vivencia similar", continúa el actor que vuelve al musical después de un tiempo dedicado al teatro de texto. El trabajo de mesa sobre la obra está tan masticado y desmenuzado que cada uno de los actores podría dar cátedra sobre Casi normales . Es que además tuvieron la ocasión de conocer al autor, Brian Yorkey, con quien compartieron varias reuniones, asados y copas, en donde no pararon de hablar de esta historia. "Nos dio algunas pistas, pero quería que cada uno de nosotros interprete a su manera lo que él escribió. Fue un privilegio tenerlo entre nosotros", dijo Florencia Otero, la hija perfeccionista a quien el resto del elenco compara con Lisa Simpson, para carcajada de todos los presentes.
"Mucha gente cree que no se va a identificar con la obra porque trata el tema de la bipolaridad, pero al vernos ensayar se dan cuenta de que todos somos casi normales", concluye la actriz que está feliz por reencontrarse con dos compañeros de éxitos anteriores: Fernando Dente, su pareja en Despertar de primavera , y Laura Conforte, coequiper de Rent .
"No puede haber una persona que se siente acá y no se identifique con alguno de estos personajes", sentencia Conforte, contundente tras apelar al dicho popular "pasa hasta en las mejores familias". Con esta idea, configuró su Diana, tratando de evitar estereotipar su locura y provocar lástima: "Cuando empecé a ensayar, la veía más oscura y ahora me doy cuenta de que no. Tiene una patología pero es valiente, tiene mucho humor, sarcástico, pero se ríe de mucho de lo que le pasa. Afronta su enfermedad y lleva adelante a su familia de manera bastante estoica y no se regodea en la melancolía".
Lo normal o anormal va a depender, como en la vida, de cómo se mire la historia. Así lo define Paker, observador agudo del trabajo de creación del personaje de su partenaire: "Desde el amor, Diana y Dan [padre y madre] se quieren, se quieren como pueden. Y desde el amor ella no está tan loca. Sufre por amor y es feliz a su manera, también por amor".
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