La comedia negra de Segade
Con trabajos impecables de Marcos Montes, Laura Novoa y Silvina Bosco
Un poco muerto. Autor: Mario Segade. Intérpretes: Laura Novoa, Marcos Montes y Silvina Bosco. Escenografía e iluminación: Gonzalo Córdova. Vestuario y caracterizaciones: Laura Singh. Música: Federico Marrale. Asistencia artística: Diego Quiroz. Asistencia de escenografía: Facundo Estol. Asistencia de dirección: Ticiana Tomasi. Coordinación de producción: Mariana Mitre. Dirección: Mario Segade. En la sala Cunill Cabanellas, en el Teatro General San Martín (Corrientes 1530). Duración: 90 minutos.
Nuestra opinión: buena
El cuadro familiar es de un patetismo extremo. El cadáver del padre aparece inclinado sobre una mesa y tapado por unos paños; una hermana, en apariencia muy tonta, y un hermano que ha llegado a organizar el velorio. Tres figuras extrañas, pero que van potenciándose a medida que la representación avanza; los hermanos dan cuenta de quiénes son en verdad o quiénes les gustaría ser. Porque, sobre el final, la realidad parece haberse decidido a ocupar su verdadero espacio; ciertas máscaras caen y esas personalidades -descriptas con rigor por el cuarto personaje que entra a escena- ya no tendrán posibilidades de ocultarse. La muerte parece abrazarlos a todos.
Un poco muerto , una comedia muy negra del destacado guionista televisivo Mario Segade, posee una trama inquietante, muchas veces sorpresiva, pero el autor cae en algunas reiteraciones de situaciones o prolonga demasiado algunos discursos de los hermanos que no le hacen bien al crecimiento general del espectáculo. Es más: el personaje de Raquel, la amante del muerto, necesitaría un mayor desarrollo para reconocer más a fondo, desde la platea, las cualidades de esa deteriorada familia.
Se respira actuación
Aun así, desde la dirección de actores, Segade concreta un trabajo muy minucioso y logra que los tres intérpretes, no sólo definan sus conductas a fondo, sino que también logren tejer unas relaciones que irán fortaleciéndose de manera intensa y que resultan altamente provocadoras para los espectadores. Ese mundo sombrío y desquiciado, indefectiblemente, terminará rozando a quien lo observa y le provocará más de una reflexión.
Marcos Montes expone un trabajo impecable en el rol de Shie, el hermano. La progresión de su personaje es muy ajustada y sostiene sus pequeños monólogos con gran intensidad. Laura Novoa (Mara) y Silvina Bosco (Raquel) realizan también tareas destacables. En roles muy opuestos, ambas intérpretes logran aportar la exacta luz que sus personajes requieren. La escena respira actuación todo el tiempo y eso es muy gratificante.
La escenografía e iluminación de Gonzalo Córdova resultan aportes muy reconocibles y hasta le ofrecen otra dimensión a la sala Cunill Cabanellas.