La apasionante vida de Franco Friguglietti, el artista fetiche de Flavio Mendoza
Le dicen Pasti. Quinta generación de artistas circenses, talentosísimo bailarín, acróbata, actor, cantante, guitarrista, a Franco Friguglietti le gusta definirse como un artista camaleónico, un todoterreno.
Justamente, en esa forma artística que muta de acuerdo con las circunstancias, desde el martes sube a escena como protagonista de Mágica Navidad (2020), último espectáculo de Flavio Mendoza para toda la familia, donde se presentará junto a Karina, Pichu Straneo, Facundo Mazzei, Martin Savi y elenco. Un show de espíritu navideño, que entre otras novedades contará con un escenario hidráulico y una puesta en escena con cantantes y acróbatas en vivo.
"Es un espectáculo para toda la familia, una historia de navidad que cuenta cómo Papa Noel junto a los renos y los duendes que lo ayudan están preparando todo para la Navidad hasta que llega. Mi personaje es Rudolf, el reno más importante de Papa Noel al que convirtieron en humano pero no se sabe bien porqué. Es un personaje cómico, más clownesco, que me permite actuar, cantar y hacer un poco de acrobacia", anticipa.
Cuenta que empezó a trabajar en el escenario a los cuatro años haciendo sketch de clown y números de acrobacia, y continuó así en el circo de su familia durante muchos años, haciendo giras por todo el país, creciendo como artista y especializándome en la acrobacia y la actuación.
"Mi infancia en el circo fue muy alegre, muy extrovertida y muy libre. En el circo los niños entrenan lo que quieren cuando quieren y tienen todos los juguetes para jugar ahí, al igual que los maestros, mis padres, mis tíos, cada uno con su propio acto. Empezamos como un juego y después terminamos encontrando nuestra profesión. Es difícil que alguien del circo no termine dedicándose al arte", señala Friguglietti, que además toca en Plexi, la banda que formó con sus hermanos donde canta y toca la guitarra (@plexi_oficial).
La primera vez que entró al escenario a sus 4 años, uno de sus hermanos, Emiliano, de 9, le pidió al presentador que lo anunciara como payaso Pastillita, por otro clown que admiraba, y desde entonces le quedó Pasti para siempre.
Su padre era domador de leones y de osos, tenían un número de equitación con caballos y hacía equilibrio sobre cilindros; su madre era acróbata y bailarina. Y hasta el día de hoy, toda su familia, hermanos, primos y tíos siguen girando con el circo.
A los 15 años fue convocado por el circo Servian, dirigido por Flavio Mendoza, para ser uno de los personajes principales y acróbata del show. A los 18 años lo llamaron de Signum, espectáculo que terminaría siendo su primer trabajo teatral en la calle Corrientes y una bisagra en su carrera como artista
"Me vino justo porque en el circo estaba medio estancado, ya era músico hacía muchos años era cantante. Me llamó uno de los directores del Cirque du Soleil, que era el director de Signum, Sean Mckeown, porque que me había visto en un video, para hacer un número de acrobacia y ser el capitán de ese número. Al principio me costó un poco, porque el público de teatro es un poco más frío que el del circo, que es más familiar, pero fue hermoso", recuerda.
A partir de entonces abandonó la vida nómade del circo, se instaló en Buenos Aires y desarrolló gran parte de su carrera junto a Flavio Mendoza, con quien volvió a trabajar en Stravaganza, estados del tiempo, Stravaganza Water in art, Franciscus, Mahatma y Siddharta. Pero también fue parte de los musicales Shrek y American Idiot; y fue el personaje protagónico, cantante y codirector en Circo del ánima.
"Hace bastante que formo parte del equipo creativo de Flavio y estoy contento con la producción que tenemos, que nos da todo para que todo salga bien", apunta.
Consultado sobre la mayor enseñanza que le ha dejado el circo en todos estos años, asegura que es la capacidad y la flexibilidad de adaptarse a las diferentes circunstancias. "Los cirqueros son todo terreno. Hay una diferencia muy grande con el bailarín o con el actor de teatro que se forma en una escuela. Cada vez que Flavio pide algo, los que estamos al pie del cañón resolviéndolo somos los cirqueros. No es por nada en especial, sino porque quizás estamos más atentos a todo y tenemos más rango para saber lo que pasa arriba del escenario, mientras aquellos que tienen otra formación están para hacer lo que tienen que hacer y ya", concluye.
Una mágica navidad
De Flavio Mendoza
De martes a domingos, a las 20 (hasta el 25 de diciembre).
Casino de Buenos Aires, Av. Elvira Rawson de Dellepiane s/n (Puerto Madero)
Entradas, desde $800.
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