Historias de amor, arte y sufrimiento
Con puesta de Valeria Ambrosio subió a escena una gran versión de Rent, en la Ciudad Cultural Konex
Rent, de Jonathan Larson. Puesta en escena: Valeria Ambrosio. Dirección de actores: James Murria. Dirección musical: Gabriel Goldman. Con: Germán Tripel, Andrés Bagg, Pablo Sultani, Martín Repetto, Déborah Turza y otros. C. C. Konex, Sarmiento 3131. Duración: 135 minutos con intervalo.
Nuestra opinión: muy buena
Con Rent, Jonathan Larson se atrevió a poner en escena temáticas no muy propias para esta estética al hablar del VIH-sida, pero su propuesta también sobresale ya que supo prescindir de los elementos típicos del género al recurrir a códigos musicales y coreográficos que poco tienen que ver con el Broadway clásico. El espectáculo consta de dos actos con tonos bien diferenciados. El primero, basado en La bohème , es mucho más lanzado hacia el afuera con una retórica rebelde, al enfrentar a este grupo de artistas a los hombres de la city , traduciendo la tuberculosis por el VIH. Aquí los artistas son acosados por el capitalista Benjamin, que con la excusa del no pago de la renta intenta expulsarlos para poder construir un emprendimiento comercial vinculado con las industrias culturales.
La segunda parte es mucho más intimista. Ya no hay actos políticos ni enfrentamientos con grandes juegos retóricos. Ahora el clima está atravesado por el avance de la enfermedad y por la muerte de uno de los protagonistas, en uno de los momentos de mayor estetización por parte de la directora Valeria Ambrosio, quien pudo jugar con las luces para evitar cualquier tipo de golpe bajo sin que esto implique restarle valor dramático. No es un dato menor que este show se ofrezca por fuera del circuito de la calle Corrientes. Esta decisión tiene un fuerte sustento en lo artístico. La Ciudad Cultural Konex es un espacio que sin artificios puede dialogar con la ambientación propia del show. Esta fábrica ofrece sus viejas paredes como marco ideal para una propuesta que está ambientada en unas ruinas edilicias que ofician de metáfora de lo que le está ocurriendo a un determinado tipo de cultura. Así, la impactante escenografía de Facundo Lozano y Ana Repetto dialoga con la arquitectura del lugar al punto de no saber qué es artificio y qué no. En lo estrictamente escénico hacen un uso críptico del espacio, hecho que le da una agilidad visual al ritmo que desde la música -a través de la excelente banda dirigida por Gabriel Goldman- es tan potente.
Otro de los enormes méritos es el elenco. Con veinte artistas en escena, de los cuales sólo ocho son protagónicos, Rent se caracteriza por tener participaciones secundarias que están al mismo nivel que las principales. Se destaca en este sentido Eliseo Barrionuevo en una escena que siendo pequeña resulta profundamente impactante. Los roles centrales están muy bien elegidos ya que el equipo creativo entendió que debían ser voces que siendo dúctiles produjeran un impacto colectivo. Los registros casi opuestos de Andrés Bagg y Germán Tripel, uno dulce y suave en contraste con el carácter áspero del otro, les permite elaborar aspectos diferenciales de sus personalidades. La dupla que conforman Pablo Sultani y Angel Hernández parece salida de la versión fílmica de Rent , sobreponiéndose a dos de los personajes más complejos de la obra: Tom y Angel. En cuanto a los roles femeninos hay que decir que cada una logra darle matices a personajes menos desarrollados por el autor y por eso tal vez más difíciles.
Como conclusión, si uno ve Rent exclusivamente como espectáculo que habla del VIH-sida, felizmente y gracias a la ciencia, envejeció. Hoy se distingue entre la persona que vive con VIH y el cuadro patológico que la medicación procura evitar. La obra en este sentido es un tanto fatalista y necesita recurrir a soluciones mágicas. Pero si se la ve como un espectáculo que muestra una actitud política frente al sistema o, más pequeño aún, como un conjunto de historias de amor atravesadas por el sufrimiento, o como una reflexión sobre el arte y sus posibilidades sociales, encuentra un cóctel con el cual divertirse y emocionarse en igual medida, disfrutando en este caso de un grupo de artistas tan eficaces como impactantes.Buena