
Hijos y sucesores de una raza dedicada a la interpretación
Herederos de artistas renombrados, algunos de los cuales tienen un bajo perfil

Para hablar de familias de artistas, basta con hacer una mirada hasta el inicio mismo de la actividad teatral criolla, con los míticos Podestá. Y ningún genetista lo afirmó, pero eso de que el teatro se lleva en la sangre podría confirmarse a juzgar por la cantidad de actores que continúan la carrera en su descendencia.
Conocemos el caso de Pepe Cibrián, hijo de Ana María Campoy y José Cibrián; Ricardo Darín, hijo de Ricardo Darín y René Roxana; de María, Marisa y Victoria, hijas de Mercedes Carreras; Selva Alemán, hija de Carmen Vallejo; Reina Reech, hija de Ambar La Fox; Norma Aleandro y María Vaner, hijas de Pedro Aleandro y María Luisa Robledo, y sigue una lista que ocuparía muchas columnas.
Actualmente, hay muchos jóvenes hijos de actores que, como alguna vez lo hicieron (o lo hacen) sus padres, trabajan en el teatro alternativo, desde la gestación de sus propios proyectos, sin temor a tomar el martillo para ajustar un decorado o movilizarse para repartir volantes.
Son muchos: Hilario Quinteros, hijo de Tina Serrano y Lorenzo Quinteros; Joaquín Bonet, hijo de Osvaldo Bonet; Gimena Racconto, hija de Ana María Giunta; Michel Noher, hijo de Jean Pierre Noher; Patricio Kutuné, hijo de Cristina del Valle; María Figueras y Malena Figó, hijas de Elena Petraglia y Daniel Figueiredo; Julieta Bal, hija de Silvia Pérez y Santiago Bal; Ingrid Pelicori e Irina Alonso, de Ernesto Bianco e Iris Alonso; Paloma Contreras Manso, hija de Patricio Contreras y Leonor Manso; Lisandro Dupont, hijo de Ricardo Dupont, o Matías Gandolfo, hijo de Carlos Gandolfo y Dora Baret.
Aunque a lo sumo logran una que otra nota más que el resto de sus colegas, ellos no apelan al nombre de sus padres para lograr sus objetivos, por el contrario, lo hacen más "de abajo". "Cuando me preguntan si es una presión o un peso ser «hijo de» siento que es el cuestionamiento infaltable. Para mí no lo es en cuanto a lo artístico. Me olvido de quién soy hijo porque lo hago por pura convicción. No sé en qué porcentaje puede influir más que otro en la eficacia profesional o el talento. Sería una cuestión egocéntrica eso de «soy hijo de actores y lo llevo en la sangre». Pero siempre te van a mencionar tu ascendencia, aunque tengas 50 años y un camino recorrido. Pero uno no es hijo en un lugar inferior. Uno es un artista, con una entidad", explica Hilario Quinteros, de 32 años, quien actualmente es uno de los protagonistas de "Argumento para una novela corta", de Enrique Dacal, en el IFT.
"El caso mío es relajado porque mi viejo es más conocido en el ámbito del espectáculo que en forma masiva", explica Joaquín Bonet, actor-autor-codirector de "Acercamientos personales II". "El asunto tiene dos partes. Por un lado, conocés a mucha gente del medio, de los teatros, sabés que es posible porque para vos ese ámbito es habitual. Pero, por otro, tiene la incomodidad de ir a determinados lugares y no querer que te tomen o te atiendan por determinada razón. El problema es cuando tiende a cerrar y no a abrir, pero eso es algo interno."
Para Michel Noher (actor de "Samurái") el mayor aprendizaje "es aprender a relajarme. Es mi papá. Podría tener otra profesión y, seguramente, sería una presión por el simple hecho de que los padres lo son".
En el caso de Gimena Racconto, tiene los "stoppers" en el lugar de trabajo. Sus padres, Ana María Giunta y Ricardo Racconto, son los directores de "Extraño juguete", la obra en la que participa. "Se hace difícil porque mi mamá me exige más a mí que a los otros. Hay chisporroteos, pero en el fondo nos complementamos bien -señala la actriz, de 25 años-. Tengo actitudes con ella que con otro director no las tendría. Le doy permisos porque no puedo vencer el vínculo. Creo que si ya pudiste pasar esta experiencia, es más fácil trabajar con cualquier otro director. Aunque mi mamá es un poco celosa. Cree que tengo que estudiar con ella. Pero como es una relación vincular aprendés igual. Aprendo todo el tiempo de ella sin necesidad de que me dé clases."
Es que Gimena acompañó de chica a su madre a las giras con el Circo de Moscú o con el musical "Doña Flor y sus dos maridos". Del mismo modo, Hilario se crió en camarines o espiando el trabajo de su madre en cada función. Y Joaquín recuerda cuando corría por los pasillos y camarines del San Martín, teatro en el que pudo trabajar de grande. En cambio, Michel se crió con su madre, en Bariloche, por eso la relación con Jean Pierre fue más de vacaciones. "Aunque recuerdo mucho una temporada que hizo en Mar del Plata, a la que lo acompañé."
Quien alguna vez haya hablado con actores y les haya preguntado por el futuro de sus hijos, queda en claro un dejo de deseo de que éstos sigan su misma profesión. Pero la incidencia de sus padres en la elección profesional es relativa. "Siempre mi casa se transformaba en lo que estaba haciendo mi viejo. Cuando él hacía «Don Gil de las calzas verdes», con mi hermano jugábamos con la flauta y con las espadas. Después pasé por la etapa en la que iba a verlo y me quedaba dormido. Pero, a los 16 años, me empecé a interesar otra vez en el teatro. A estas alturas, ya tenemos un intercambio profesional. Nuestras miradas son diferentes y, muchas veces, complementarias. La mirada del padre actor se vuelve integradora", señala Bonet.
Al principio toman esta nota con cierta timidez. Es que el motivo de ella es ser "hijos de". Hasta que aceptan que el medio los reconoce y, corta o larga, respeta su trayectoria.
"Desde chico tenía una identificación hogareña, primero muy ingenua y vinculada con lo lúdico. Tengo padres muy distintos: él es muy serio, intelectual y ella es pura espontaneidad. Como me crié más con mi madre, me llegó la actuación desde la sencillez. Pero desde chico quise ser esto", explica Quinteros. "Con mi viejo nos estamos escuchando. Está buenísimo. El tiene que armar algo y lo laburamos juntos. Y yo, lógicamente, también. Se arma un diálogo generacional interesantísimo", concluye Noher.
Los progenitores
Tina Serrano y Lorenzo Quinteros
- Tina, hija de Enrique Serrano, actriz de vasta trayectoria teatral. Lorenzo, actor y director, cuenta en su haber con varios trabajos en teatro y en cine.
Jean Pierre Noher
- Actor con extensa trayectoria de cine, también en teatro y televisión.
Ana María Giunta
- Docente, directora, autora y actriz de cine, televisión y teatro.
Osvaldo Bonet
- Aunque trabajó en cine, toda su actividad artística siempre estuvo ligada al teatro.
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