Guillermo Heras regresa con un texto incendiario de su autor fetiche, Juan Mayorga
En Andamio 90 hoy estrena La paz perpetua, una fábula animal centrada en cuatro perros que compiten detectando explosivos
La relación entre el director Guillermo Heras y el dramaturgo Juan Mayorga tiene raíces españolas y varios frutos en Buenos Aires: El traductor de Blumemberg (en 2000, en el Nacional Cervantes); El crítico (en 2013, en el Teatro San Martín y en El Camarín de las Musas) y, en Andamio 90, desde esta noche, La paz perpetua, obra con la que Heras sueña desde que la vio en 2008 en el Centro Dramático Nacional de Madrid.
"Fue un gran montaje el del maestro José Luis Gómez, con mucha producción. Pero quedé insatisfecho porque me pareció que debía ser hecha de manera despojada, esencial, con la actuación adelante. Y qué mejor en esta ciudad con tantos actores estupendos", dice el madrileño Heras, director, autor, gestor cultural y docente, con visitas continuadas a la Argentina desde hace treinta años.
Con cuatro de los cinco integrantes del elenco -Francisco Donovan, Mariano Mandetta, Gustavo Pardi, Julián Pucheta y Carlos Sims- ya había trabajado en 2013 en Los áspides de Cleopatra, de Francisco de Rojas Zorrilla, y con todos había realizado una lectura dramatizada en la sede de la embajada española. Con el apoyo de varias instituciones como el Centro Cultural de España en Buenos Aires, pudo concretar su proyecto de manera cooperativa. "Nos embarcamos en esto, ensayando en los horarios que se podía. ¡Qué más querría yo que la gente del teatro independiente cobrara por sus ensayos, su seguridad social como en España! Es una lucha que todavía hay que hacer", dice el exdirector del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas, donde conoció "de críos" a muchos artistas como Angélica Liddell, José Ramón Fernández y el estudioso de Filosofía y Matemáticas Juan Mayorga.
"Siempre me interesó su escritura. En este caso, me atrapó el tema que toca, el de los límites del Estado para combatir el terrorismo, en especial desde el 11/S. Y lo hace a partir de un texto de Emmanuel Kant, La paz perpetua, que tiene ese nombre porque lo escribió en una taberna llamada así, al lado de un cementerio. Juan toma esa ironía, la dificultad de conseguir la paz porque los humanos somos como somos, y construye una metáfora al modo de fábula animal: los protagonistas son cuatro perros que tienen que competir para saber quién es el mejor para detectar terroristas", dice Heras, también director desde hace 27 años de la muestra de Teatro español contemporáneo de Alicante: "Cuando empecé, nadie pagaba un euro por un autor español, no era como aquí. Ahora hay muchos y sobre todo, una generación de dramaturgas muy importante que han visibilizado la violencia de género. En gran parte, las últimas elecciones las ganaron las mujeres porque lo que proponía la derecha era bochornoso, volver a situaciones de degradación", dice, sobre el reciente triunfo del PSOE en las elecciones de su país. "¡Por suerte! Pero habrá que pactar", comenta el socialista, hasta diciembre pasado y durante trece años, secretario técnico del programa Iberescena, el fondo de ayuda para las Artes Escénicas Iberoamericanas.
"Tomé esa decisión porque es necesario el recambio en los puestos. Y porque estoy cansado de lo administrativo. Me gusta la gestión cuando es artesanal porque la considero creación. Pero con los años, cada vez hay más burocracia con estas derechas cerriles que tenemos en tantas partes. Es un dolor de muelas que paguen a tiempo en Iberescena. El gobierno que entra no entiende lo del anterior e incluso lo cuestiona. No voy a decirte de qué país, pero han mandado a las reuniones del Consejo a un especialista en Agricultura. Imaginate explicarle algo de danza contemporánea", cuenta Heras, reemplazado en el cargo por Zaida Rico, actriz y directora española que trabajó varios años en la Argentina.
Acerca de la respuesta del teatro a la actualidad, dice que en toda Europa hay mucha autoficción, biodrama o teatro documental. "En Madrid, por ejemplo, hay un grupo llamado Teatro del Barrio que utiliza las actas de juicios a corruptos, o la obra La jauría, en el Teatro Kamikaze, basada en el juicio al grupo de violadores La Manada, en los Sanfermines. Es un nuevo paradigma de lo político, no como se lo entendía en los 60", compara.
En cuanto a los autores españoles contemporáneos más populares para el público porteño, Mayorga y Josep María Miró, dice: "No tienen nada que ver. Miró es catalán, es más joven, tiene otro imaginario. Transita lo político, no como Juan que apunta a temas estructurales, sino desde lo personal, como el conflicto de la pareja", dice el director abierto a las nuevas dramaturgias y experimentaciones: "Nunca hice algo pensando en el éxito".
La paz perpetua (una fábula moral) de Juan Mayorga y dirección de Guillermo Heras
Andamio 90, Paraná 660.
Hoy, a las 20. Entradas, $300
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