Grato encuentro entre tres
Alfredo Alcón, Guillermo Francella y Peto Menahem hacen Los reyes de la risa
Una de las cosas que más sorprenden de este encuentro es precisamente eso: el encuentro. ¿Quién hubiese imaginado que Alfredo Alcón y Guillermo Francella encabezarían un proyecto teatral? Ellos. Aunque para ser más precisos fue Alcón el primero en no sólo imaginarlo y desearlo, sino en motorizarlo. "Guillermo es un actor que puede convertir la cosa más cotidiana en un hecho poético. Y me daba placer suponer que algún día podría trabajar con él. Me hace bien reírme de las gracias de Francella, como me pasaba con Biondi o con Olmedo", arranca -halagador- Alcón en referencia al estreno de Los reyes de la risa , la comedia dramática de Neil Simon que desde esta noche protagoniza junto a Francella y a Peto Menahem, en el Metropolitan, con la dirección de Daniel Veronese.
Alcón nunca supuso que meterse en el mundo de la comedia con casi un ícono del género de los últimos años podía implicar hacer algún cambio especial en su carrera o en su manera de trabajar. No le sucedió tampoco cuando protagonizó Cohen vs. Rossi en cine, donde interpretó a don Américo, un viejo travesti al que le gustaba que lo llamaran Mirtha, por Mirtha Legrand. "Nunca pensé que ese rol iba a cambiar mi vida, y de hecho, no lo pensé como si enfrentase un gran cambio, simplemente me divertía contar ese cuento como me divierte también contar Romeo y Julieta o La tempestad . En general el encasillamiento viene de la mirada del otro, no de la propia", sigue Alcón.
Y todos en la ronda de café lo miran, lo escuchan, le siguen la respiración. Y se repite un hecho que según Menahem -el tercer actor de este encuentro- es el mismo que se convirtió casi en rito al comenzar cada día uno de los ensayos: "Una de las cosas que más le deben haber costado a Daniel Veronese con nosotros es precisamente arrancarnos de esto, de la escucha casi hipnótica a la que Alfredo nos lleva con cada una de sus cientos de anécdotas".
Anécdotas
Cuando a Francella le llegó el convite de la mano de los productores -Pablo Kompel y Adrián Suar-, el que comenzó a recordar anécdotas fue él. Como cuando de adolescente -y antes de empezar a estudiar actuación- lo esperaba a Alcón a la salida del teatro de turno simplemente para saludarlo; un acercamiento al mito (término al que nada adhiere el propio Alcón). El mismo al que los padres de Francella también evocaban en broma cuando de chico lo llamaban a comer: "Alcón, la comida está servida".
"La verdad lo primero que me preocupó al saber que Alfredo tenía ganas de trabajar conmigo fue encontrar un buen material para poder estar con él arriba de un escenario", recuerda Francella, que respiró tranquilo cuando la obra de Simon llegó a sus manos. Y desde entonces ha sido todo pura felicidad. "La convivencia ha sido hermosa", reconocen los tres sin tapujos.
"En lo humano lo paso mejor que con nadie -asegura Francella-. Es un programón comer con él, estar con él. Y en el lado laboral al principio pensé: «¿Cómo será? ¿Será cómodo, incómodo?». Hay amigos que quiero mucho, pero a veces he hecho un viaje y digo: «¡Qué garrón este pibe al que adoro!». Pero con Alfredo ha sido como si trabajáramos juntos hace años. Hay un tema de respiración, de tiempos que se nos ha dado muy naturalmente, y eso a mí me llena de placer. Alfredo tiene toda la pasta del comediante."
Los tres están entusiasmadísimos, y según dicen no es sólo porque es lo que generalmente les pasa a los actores frente a un estreno inminente. Es porque un encuentro que, a todos sorprende, a ellos les ha llegado con naturalidad y así se ha plasmado -aseguran- sobre el escenario. "La verdad no puedo darme cuenta de si venimos de distintos lados, las cosas forzadas son forzadas y en el escenario más, y te puedo asegurar que todo lo que allí sucede es natural, orgánico. Y en eso mucho tiene que ver la obra, el autor; si la pieza no tiene ese puente es difícil que el actor lo pueda construir. Y en la primera pasada que tuvimos con público, a los cinco minutos pude sentir que la gente se emocionaba por la fortísima relación de estos dos tipos que tienen una gran ternura oculta, escondida", revela Alcón.
Esos tipos son Manuel (Alcón) y Goyo (Francella), dos viejos actores que durante muchos años fueron un exitoso dúo cómico, pero las peleas entre ellos los terminaron por separar. Diez años más tarde y a instancias de Federico (Menahem), sobrino y representante artístico de Manuel, se vuelven a juntar para un show televisivo que hacen en su homenaje.
"Mi personaje los junta, y a pesar del odio y la saña que hay entre ellos -que en su tiempo hacía que sólo se hablaran sobre el escenario-, se ve que se quieren mucho más. Hay un malentendido que arrastran y que la obra viene a develar", cuenta Menahem, feliz de estar donde está.
-¿Alguna vez les pasó algo así con un compañero de trabajo?
Alcón: -No, no? ¡qué pena! Si no sería lindo y te contaba una anécdota.
PARA AGENDARLos reyes de la risa, de Neil Simon.
Metropolitan, Corrientes 1343. Miércoles, jueves y domingos, a las 20.15; viernes, a las 20.45; sábados, a las 20 y a las 22. Desde 90 pesos.
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