La imitadora ofreció su espectáculo Fátima 100% en el Roxy de Mar del Plata con localidades agotadas y con Guillermo Marín como productor en reemplazo de Norberto Marcos, expareja de la artista
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MAR DEL PLATA.- “Hubo un regalo, pero me gusta guardar eso para la intimidad. Él sabe de mi pasión, es un fanático de la primera hora que siempre celebró mis personajes y conoce la dedicación que le imprimo a cada show, por eso está acompañándome en este momento”.
Pasaron algunos minutos de la una de la mañana del miércoles y, aún con el vestuario del último cuadro de su nuevo show -titulado Fátima 100%- Fátima Florez reconoce ante LA NACION que el presidente Javier Milei, su novio, le hizo llegar un presente y que fue la última persona con la que conversó telefónicamente antes de subirse al escenario del teatro Roxy de la ciudad de Mar del Plata, donde hará temporada hasta los primeros días del mes de marzo.
“Conformamos una hermosa pareja, nos amamos, somos personas libres y por eso conectamos muy bien”, remarca haciendo hincapié en que, por ahora, no cumple un rol protocolar de primera dama. Con las huellas del cansancio impresas en su rostro, la imitadora finalizó entrada la madrugada del miércoles una jornada que arrancó en la mañana del martes cuando se instaló en la sala de 900 localidades de la calle San Luis, en pleno centro de la ciudad balnearia, para ensayar y corregir algunas escenas de su nuevo espectáculo.
El estreno más esperado
Luego de pasar varias veces algunas de sus nuevas imitaciones -como la de Javier Milei- a primera hora de la tarde del martes Fátima Florez se retiró a descansar a su suite del Gran Hotel Provincial, el lugar que escoge habitualmente para pernoctar frente al mar. No mucho después, cerca de las 18, llegó nuevamente al teatro conducida por un vehículo con custodia de la policía federal.
En la puerta de la sala la esperaba un puñado de personas que le pidió tomarse fotografías y la saludó efusivamente. Aminoró la marcha y, sin detenerse, saludó a todos, mientras el jefe del equipo de seguridad que montó el productor Guillermo Marín la conducía hasta el interior del foyer.
“Es la novia de alguien con decisiones fuertes, no es un gris lo que genera en la gente, pero no estoy preocupado sino ocupado”, explica a LA NACION el productor Guillermo Marín, quien decidió montar un dispositivo de seguridad de quince personas, un número superior a los habituales cuatro guardaespaldas que suelen velar por la seguridad de sus artistas. Sin despegarse del handy que lo comunica con todo su equipo técnico y artístico, Marín sabe que todas las miradas están depositadas en este nuevo espectáculo de Florez, en el que también participan el periodista Marcelo Polino y Julián Labruna, un gran referente del stand up.
Pasadas las 19, Beto, el padre del “Dibu” Martínez, integrante de La Scaloneta campeona del mundo, se acercaba a la boletería para retirar sus invitaciones. Otros espectadores, menos afortunados, se encontraban con la noticia que las localidades estaban agotadas para las dos primeras funciones. En la puerta, dos asistentes pegaban el letrero con la leyenda “sold out”, que luego Fátima Florez mostraría en el escenario.
¿Viene Milei?
Un hombre con una bandera que proclamaba al actual presidente consultaba si el mandatario acudiría al estreno, algo que el propio Milei ya había aclarado que no sucedería. En principio, se esperaba la presencia del libertario para la segunda función. De hecho, hubo que devolver algunas localidades y reubicar público para asignarle al presidente y sus acompañantes las dos primeras filas completas.
En la madrugada del miércoles se especulaba con que la presencia de Milei recién ocurriría el jueves o el viernes, algo que hasta su novia dio a entender en medio del espectáculo. Las movilizaciones y protestas previstas para hoy habrían hecho desistir al presidente de abandonar Buenos Aires para presenciar un espectáculo de humor.
Quien si hizo un vuelo rasante en la tarde del estreno fue Leo Cifelli, flamante secretario de Cultura. El productor llegó alrededor de las 19 y se dirigió directamente al camarín de Florez, con quien conversó unos pocos minutos y se retiró en la camioneta que lo suele conducir también en Buenos Aires.
Para la llegada de Javier Milei se prevé un dispositivo de seguridad importante que incluiría la interrupción del tránsito de la calle San Luis desde la avenida Luro y hasta la peatonal Rivadavia. Previamente, los efectivos de seguridad realizarán la habitual requisa en el edificio del Centro de Arte MDQ, en donde también funcionan las salas Radio City -donde se presentará el musical Kinky Boots- y la sala Melany, de menor tamaño.
La grieta en escena
Promediando el espectáculo se develó la incógnita, Fátima Florez pisó el escenario personificando nada menos que a Javier Milei. “Era estrenar un personaje en medio de un espectáculo nuevo, demasiada adrenalina junta”, reconoció la imitadora ante los medios que la esperaron luego de la función.
Claramente consustanciada con el ideario de su pareja, no faltaron las bromas, las frases de aliento y hasta la referencia en torno a la frase “no hay plata”, un “caballito de batalla” de las primeras semanas de la presidencia de Milei. Florez dejaba en claro su empatía con las propuestas políticas, sociales y económicas de su novio.
Minutos después, la imitación de Cristina Fernández de Kirchner, un clásico del repertorio de la imitadora llegaba para equilibrar las aguas. A esa altura, la artista, que ya había dado muestras de apoyo a su novio, jugó con la idea de Gran hermano y una prisión domiciliaria de la exmandataria, algo que hizo filtrar, innecesariamente, a la “grieta” sin medias tintas en un show que venía con tono naif y distendido.
“Cuando me vi en el espejo del camarín, antes de salir a escena, me impresionó el parecido, es lo que yo buscaba tanto en el pelo, como en la mirada y en el cuerpo. Es una gran responsabilidad para mí porque es mi novio y es el presidente. Es el hombre del momento, el elegido, lo votó el sesenta por ciento de la población, un porcentaje muy alto”, sostuvo Florez luego del show. Cuando se le preguntó sobre la aparición de la imitación de Cristina Fernández de Kirchner reconoció: “Me asocian mucho a ella, ya que es un personaje que hago desde hace mucho tiempo, la gente la estaba esperando”.
Aunque las connotaciones políticas ocuparon un segmento del nuevo espectáculo, la imitadora remarcó que no tuvo miedo a que los cacerolazos de la semana pasada se colaran en la sala. “La gente solo me expresa cariño”, dijo una y otra vez.
En ese sentido, el productor Guillermo Marín, en sintonía con Florez, reconoció: “Ella no está pegada a la política y yo tampoco me meto en esos temas. Hablo de Fátima como artista y trato que ella siga hablando desde ese rol; no dependemos de nadie, más que de nosotros como artistas, aunque ser la novia de un presidente genera una expectativa”.
Cuando Javier Milei se siente en su butaca del teatro Roxy deberá enfrentarse a su propia caricatura: “Será una noche soñada con dos Javier en la sala”, se ilusiona la novia.
Culebrón
La presencia de Guillermo Marín, muy reconocido en el medio, también fue una novedad de esta temporada, ya que se trata de la primera que hará Fátima Florez sin ser producida por Norberto Marcos, una suerte de mentor que la acompañó durante más de dos décadas de vida artística y que, además, fue su pareja. “Son cambios que se producen en la vida y uno tiene que estar acorde a esos cambios, estar preparada como ser humano y profesional”, sostuvo ante la consulta de LA NACION sobre tal cuestión.
Si al culebrón de la separación entre Florez y Marcos le faltaba algo, hoy trascendió que la imitadora llevó a Mar del Plata a sus dos mascotas, dos gatitos que le habría regalado su ex una semana antes de separarse. Para sumarle color a la cosa, también se dijo que él le habría pedido poder ver a los animales. La logística no sería muy compleja, ya que el hombre se hospeda en un hotel enfrentado al Provincial, donde vive Fátima. Más difícil será que se pongan de acuerdo con la separación de bienes.
En una temporada que aún no despertó, durante la noche del martes también se produjeron los estrenos de Dos piratas y un tesoro, El beso y Perdidamente, un precalentamiento para la temporada oficial que comenzará luego de las fiestas de Fin de Año. “Tengo muchas temporadas en Mar del Plata y nunca agoté las localidades en diciembre”, se ufana el productor Marín, vislumbrando que habrá ganancia en sus arcas a pesar de la crisis social y la parálisis del consumo que atraviesa la Argentina.
En el caso de Fátima 100% para la función del 3 de enero ya hay vendidas 300 localidades, un buen síntoma, aunque la sala tiene un aforo de más de 900 butacas. Como en casi todos los espectáculos del circuito comercial, el valor de los tickets ronda los doce mil pesos.
Esta noche llegará al teatro Mar del Plata, ubicado sobre la avenida Luro, el nuevo espectáculo de Martín Bossi, el imitador que se despegó de Fátima Florez al declarar que no imitaría a políticos.
Para cuando finalice la temporada, Guillermo Marín estudia llevar el espectáculo al exterior, aunque eso dependerá de las ganas de Fátima Florez de permanecer un tiempo alejada de Javier Milei. “Está muy enamorada”, reconoce el productor. Ahora es tiempo de pensar en este nuevo show de imponente puesta escénica -similar a la de un concierto- donde los 220 metros de pantallas led son la estrella escenográfica.
Cerca de las dos de la mañana, Fátima Florez conversaba con su producción sobre el resultado de la función estreno que duró más de dos horas. Se espera que ese tiempo se achique unos minutos. “Soy muy obsesiva y hoy mismo estaremos trabajando en perfeccionar el espectáculo”, reconoció la artista.
Con los comercios cerrados y una peatonal desierta a pocos metros, una decena de personas trasnochadas esperaban a la actriz en la puerta del Roxy. Sigilosamente y con perfil bajo, la custodia hacía lo suyo. Sobre la fachada se apagaba la marquesina. Caía el telón de una noche esperada que calentó los motores de una temporada de verano que será más austera que de costumbre.
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