Fabio Aste pasa del cine al teatro independiente con soltura
El actor protagoniza una versión libre de El jardín de los cerezos
Había una vez un chico al que le gustaba mucho el teatro. Hijo de padres separados, los fines de semana, cuando su papá pasaba a buscarlo, la salida elegida consistía siempre en sumergirse en un mundo de fantasía. "Por aquel entonces, vi obras que no eran para mi edad, como El cuarto de Verónica y La señorita de Tacna , con Norma Aleandro", recuerda Fabio Aste. Tiempo después, ya convertido en actor, trabajaría en la pieza de Mario Vargas Llosa, y compartiría el escenario con la mismísima Norma.
Aste, quien el año pasado participó en Macbeth (versión de Javier Daulte, en el San Martín), hoy vuelve a participar de un clásico, El jardín de los cerezos , de Chéjov, pero en una puesta diferente inspirada en este texto, que transcurre en la Argentina de los años 2000. Patagonia en flor , dirigida por un reconocido y talentoso director como Rubén Pires, y comparte el escenario con Victoria Carreras.
"A veces, hay transpolaciones que no son acertadas, es decir, clásicos con una versión que ocurre en otro tiempo y lugar. En este caso, hay un acierto de Pires, pues se pudo trazar un paralelo interesante donde el público se encuentra, se puede sentir identificado. Hay alusiones a nuestra historia reciente, como la mención a Fernando de la Rúa, entre otras", explica el actor, que le presta su alma a Lopajin, aquel personaje hijo de un peón que ha logrado ascender socialmente. "Es el verdadero laburante, trabajador de ese círculo. Hizo mucha plata, pero no tiene alcurnia. Se opone a otros personajes que viven de rentas, que son los representantes de un mundo que se está cayendo a pedazos, una aristocracia que niega lo que ocurre y que trata de aferrarse a un sistema que se cae a pedazos", dice entusiasmado con su criatura.
Una familia aristocrática de la Rusia zarista, dueña de una finca, atraviesa problemas financieros. Una de las herederas viaja a descansar y a intentar resolver este conflicto junto con su hermano. "El dinero, como la portación de apellidos históricos, es un poder en sí mismo. Las clases sociales no se mezclaban entre sí. Por eso él siempre ha amado en silencio a una mujer, pero ambos pertenecen a mundos irreconciliables."
En esta obra, hay un personaje adorable, el viejo Firs, que interpreta Isidoro Tolcachir, padre de Claudio, autor de La omisión de la familia Coleman , cuyo final, en cierto modo, rememora al de El jardín de los cerezos y al de este anciano.
A paso firme
Cremona, La excelsa, Cyrano de Bergerac, Ricardo III y Helena Tritek, Oscar Barney Finn, Norma Aleandro y Agustín Alezzo son algunas de las obras y de los directores que lo convocaron para los escenarios. En TV participó en Cuando me sonreís, El elegido, Aquí no hay quien viva, Son amores, Casi ángeles, Televisión x la identidad , entre decenas de programas. Y a su vez, se hizo un firme lugar en el cine, como primera figura con trabajos elogiados en Nevar en Buenos Aires, Andrés no quiere dormir la siesta, Como encendida y La fuga , entre otras, pero hay una de ellas, Vereda tropical , que atesora porque allí interpretó a Manuel Puig.
Aste dejó en tercer año de la carrera los manuales y libros de psicología y se dedicó por completo a estudiar teatro. Primero con Gandolfo y luego con Fernandes. "Quería comprender cosas que me pasaban a mí, a todos. Pero no me imaginaba por entonces una vida alejada del teatro y solo en torno al psicoanálisis. Hoy pongo mi neurosis al servicio de la actuación", cuenta divertido.
Giovine, frente al desafío de Chéjov
Anton Chéjov, como Ibsen o Shakespeare, es un autor inabarcable que ofrece la posibilidad de crear una infinita cantidad de versiones. Nicolás Pérez Costa dirige El jardín de los cerezos , protagonizada por Héctor Giovine y Rita Terranova, junto con Damián Iglesias, Juan Guilera, Alejandro Cupito, Christian Alladio, Leonardo Odierna, Iara Sarmiento, Renata Marrone, Natalia Biasín, Agustín Pérez Costa, Cecilia Barlesi y Valeria Ruggiero.
Giovine, actor y director, se vuelve a encontrar frente a Chejov. La primera vez fue en 1966, dirigido por Jorge Petraglia, cuando interpretó al estudiante [en esta versión es el hermano de Luba, Léonid] de El jardín de los cerezos en la sala Casacuberta del San Martín, con Delia Garcés, Ignacio Quirós, Esteban Serrador, Elena Petraglia, Osvaldo Cattone y Susana Rinaldi. Luego fue Vania , en la versión que en 1975 realizó con el grupo Teatro Popular de la Ciudad, dirigido por Roberto Durán, acompañado por Virginia Lago, Víctor Hugo Vieyra y Onofre Lovero, entre otros.
"Toda la obra deambula por una tierna mentira. Los personajes tienen una enorme ternura. Hacen lo que pueden con su vida y se mienten. Se defienden pensando que todo se puede resolver a través de soluciones absurdas. En cambio, hay otros personajes que pisan la tierra. Chejov era un enorme conocedor del ser humano y hasta el personaje más pequeño tiene una carnadura", dice Giovine, esposo de Virginia Lago, con quien conforma una de las parejas más queridas del mundo del espectáculo.
Con una humildad inmensa, admite que no conocía al joven director cuando le ofreció este personaje. "Es un director de un enorme talento y sensibilidad. También empecé muy joven haciendo Chejov. Nuestra lógica era que debíamos elegir obras importantes antes que autores mediocres para que pudiéramos enriquecernos", recuerda.
Patagonia en flor (basada en El jardín de los cerezos)
lanacionarEl jardín de los cerezos
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