Estrenos de teatro. Juan José Santillán, un teatrista que apuesta por una dramaturgia potente
Es periodista de espectáculos, pero desde hace 14 años se destaca como autor y director de diferentes proyectos; actualmente tiene en escena El cielo al caer, una pieza de excelencia.
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El periodismo teatral, en un comienzo, fue posicionando al creador Juan José Santillán dentro del campo de las artes escénicas porteñas. Un observador agudo de muchos procesos que fueron desarrollándose en una ciudad en la que, en 2008, mostró su hasta entonces escondida capacidad de dramaturgo. Bajo la dirección de Diego Starosta presentó Prometeo hasta el cuello, en la Ciudad Cultural Konex y resultó una revelación porque, en aquel texto, cruzaba valores de Prometeo encadenado, de Esquilo, con cuestiones referentes a la militancia política de los años 70. A ese trabajo le siguió una experiencia que se ofreció en el Centro Cultural Ricardo Rojas, Atlántica Sara, en los ciclos Panorama Work in Progress (2009) y Óperas Primas (2010). Mientras tanto fue un activo participante en la organización de diversos encuentros internacionales de crítica teatral que se llevaron a cabo en Ecuador, Brasil, Chile y Argentina.
Hoy su actividad se concentra en Quilmes, donde junto al grupo Núcleo silvestre, busca proyectar su tarea como autor y director en experiencias que no sólo se muestran en la Argentina sino que, además, en otras ciudades del mundo.
Actualmente Santillán está presentando El cielo al caer, una pieza que estrenó en 2019 en la Casa de la Cultura de Quilmes y que luego hizo funciones en La Plata, en diversos centros de fomento del conurbano bonaerense y que llegó a México. El trabajo está interpretado por la actriz francesa, Claire Salabelle, y Pablo Reche, un referente del noise y de la música electrónica. Se ofrece en el espacio Planta Inclán.
Según destaca el creador, “El cielo al caer tiene como protagonista a una mujer extranjera, atravesada por la pérdida, y por el ruido de relatos heredados, que decide alterar de una manera drástica. La condición de mujer y de extranjera tiene una tradición en la historia del teatro y es muy reconocible. Sin embargo, en nuestra obra la protagonista disuelve ese ‘legado’ para armar su propio manifiesto de vida”.
La experiencia es sumamente potente. Salabelle es una intérprete que posee una energía arrasadora y su cuerpo parecería estallar en varios momentos. En el espectáculo se da un cruce extremadamente equilibrado entre un texto en extremo minimalista, una actriz que lo expresa con una potencia inesperada y los aportes en sonido de Reche, que logran hacer vibrar el espacio de manera peculiar.
El cielo al caer resulta un material muy singular dentro de la producción de Santillán, un hombre que en cada nueva dramaturgia que concibe despliega nuevas posibilidades de investigación. Él reconoce que la poesía le abrió un universo inesperado que luego fue redirigiendo hacia el campo del teatro. “Es un acercamiento desafiante de la palabra –explica– por el que transité bastante como lector y oyente. Algo de la condensación del poema, su condición imaginativa, me llevó al teatro. Es decir, se trata de un acercamiento tangencial, arbitrario. Por otra parte, mis primeros textos para teatro están ligados a experiencias donde la escucha es fundamental. Eso viene de lejos”.
Al respecto cuenta que su madre, una maestra rural, le leía diversos textos de manera caótica y eso le posibilitó introducirse en un mundo literario del que no ha podido escapar. “Esto también se vincula con la dirección en teatro –explica–, práctica que surge por la necesidad de trazar coordenadas junto a personas valiosas en un tiempo determinado. Ensayar es habitar lo incierto durante meses. Algo muy complejo. Suelo convocar al equipo de trabajo con un texto terminado que, si bien fue escrito de antemano, está sujeto a cambios y reescrituras, a veces, radicales. Luego, en el devenir de los ensayos, lo escrito se transforma en un material más que circula junto a otros elementos como la actuación, el sonido, el espacio. Llego a la dirección para conducir esas variables escénicas hacia la puesta en acto de un artefacto poético colectivo”.
El grupo Núcleo silvestre estrenó hace pocos días dos nuevas producciones, también en Quilmes, que se presentan como díptico, Quemaré todos tus papeles y El Radiotelegrafista. Ambos trabajos, que forman parte de un proyecto denominado Internacionalistas, se ensayaron en una sociedad de fomento de Bernal. Y esto marca cierta singularidad en la actividad de dicho equipo. El lugar en el que producen resulta una decisión tanto estética como política en relación con como van evaluando el vínculo entre lo que denominan centro y periferia. Eso también forma parte del lenguaje que desarrollan.
Ambas experiencias están basadas en el diario de un combatiente y radiotelegrafista cubano que luchó en África. El diario pertenece al legado familiar de miembros del grupo. Su autor, Julio, de 90 años, hasta aportó su voz a la hora de construir el espectáculo.
“De este diario me convocó la imagen de un hombre en una situación límite que decide escribir –comenta Santillán–. Y lo que cuenta no son batallas ni escenas bélicas en detalle, sino que despliega un ejercicio de contemplación extrema. Construimos una performance que repone la experiencia del autor del diario con fragmentos del diario original. Realicé una condensación del material y lo leen en vivo tres intérpretes. En paralelo están las visuales y el mapping del colectivo Divagario y el sonido de Pablo Reche”.
Respecto de Quemaré todos tus papeles es una obra de autoría de Juan José Santillán que muestra a un conjunto de personas que se reúne a armar una máquina a partir de pistas que aparecen, también, en un diario de guerra. Mientras lo hacen deciden disolverse cuando aparece una pregunta: ¿qué es África para mí?
Cuando se le pregunta a Juan José Santillán si cree que el periodismo teatral aportó a su tarea como creador, el autor y director es muy contundente. “Fue una valiosa instancia de escritura –dice– y, sobre todo, una práctica que realicé como profesional desde los veinte años. Hoy, mientras conversamos, cumplo 42. Creo que trabajar tanto tiempo en una redacción genera, entre muchas otras cosas, una relación muy particular con el tiempo. No veo una influencia directa de eso hacia lo que hago en el teatro. De hecho, suelen ser instancias que muchas veces friccionan. Sí, me brindó la posibilidad de entrenar la mirada en diversos aspectos y de asimilar, en ese ejercicio, una forma de conocimiento concreto a través de los años”.
Para agendar
El cielo al caer
Dirección: Juan José Santillán
Planta Inclán, Inclán 2661
Jueves a las 21
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