Estrenos de teatro. Enseguida vuelvo, una conmovedora epopeya musical sobre la búsqueda del sentido de la existencia
La actriz, cantante y clown Irene Sexer se pone nuevamente en la piel de su personaje Marta para volver a emocionar con un relato cantado sobre temas esenciales que hacen al alma humana
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Libro: Irene Sexer, Leo Trento. Música original y dirección: Leo Trento. Intérprete: Irene Sexer. Asesoramiento artístico y coreográfico, coach vocal: Silvina Sznajder. Arreglos: Ian Shifres. Teatro: La Carpintería, Jean Jaures 858. Funciones: domingos, a las 20. Duración: 60 minutos.
Marta es un personaje conmovedor que empatiza inmediatamente con el espectador. Primero fue la iniciática experiencia de Querida Marta, donde el foco estaba puesto en el amor, sus búsquedas y desasosiegos, y posteriormente la entrañable creación se puso de pie en Las inolvidables, donde decidió ensayar cómo sería morir para ser recordada junto a Stacatta, su compañera de dúo artístico.
Ahora, es el turno de Enseguida vuelvo, el nuevo espectáculo unipersonal que tiene a Marta como protagonista, donde se plantea la esencial búsqueda de la concreción de los deseos, la necesidad sustancial de saberse querida y admirada y se propone la posibilidad de evadir la soledad para sentirse acompañada por los otros.
Marta es una creación de Irene Sexer, una artista exquisita que se desarrolla como dramaturga, actriz, cantante, directora, docente y clown, disciplinas que, alternadamente, se expanden en sus espectáculos. Esta vez, el personaje enternece al contar su vida de manera cantada a través de un concierto ilusorio y acompañada por una orquesta y un “maestro” que solo ella ve, en un artilugio dramatúrgico que causa ternura y genera sonrisas (y alguna carcajada).
Esta vez, Irene Sexer escribió la historia acompañada por Leo Trento, quién también es responsable de la música original (un puntal de la propuesta) y la dirección. El diseño del espacio es tan poético y bello como lo que se narra. Aquellos focos que apuntan al público interrumpiendo la caja negra, también son esas luces que enciende Marta en su búsqueda por encontrarse.
Con la lógica del clown, técnica que la protagonista maneja con precisión, y la emoción profunda de una actriz con múltiples matices, Irene Sexer nuevamente se empodera del espacio escénico para desplegar la multiplicidad de lenguajes que conviven en ella. Las nueve canciones del espectáculo, partituras de gran belleza, permiten el lucimiento de la voz de la protagonista, quien entrenó ese aspecto con Silvina Snadjer, la enorme artista que personificaba a Stacatta en Las inolvidables.
Todos podemos ser Marta. El planteo de envergadura filosófica es de tal amorosidad que se añoran algunos minutos más de parlamentos. Enseguida vuelvo apuesta al desafío del ser humano de escaparse de sí mismo para regresar resignificado y con algún que otro deseo concretado en un derrotero que solo necesita de la geografía interior. De esas invocaciones, nadie está exento.