Estrenos de teatro. Ensayo sobre nosotros marca el derrotero de una pareja a través de una atractiva puesta en escena
Carolina Liponetzky escribió una historia conmovedora que cuenta con valiosas interpretaciones
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Autora: Carolina Liponetzky. Adaptación y dirección: Nacho De Santis. Intérpretes: Valeria Giorcelli, Pablo Chao. Escenografía y utilería: Gonzalo Córdoba Estevez. Vestuario: Marisol Castañeda, Chu Riperto. Iluminación: Ricardo Sica. Música: Nicolás Bari, Matias Niebur. Dirección audiovisual: Federico Bezenzette. Supervisión dramatúrgica: Javier Daulte. Asistencia de dirección: Luciana Becerra. Sala: El Cultural San Martín, Sarmiento 1551. Funciones: sábados, a las 20.30; domingos, a las 19.30. Duración: 70 minutos.
Maga y Guille conforman un matrimonio, en apariencia, ideal. Ella es guionista y está escribiendo una comedia romántica. Él trabaja para una empresa multinacional. Profesionalmente han logrado un nivel de desarrollo importante. Maga y Guille, cada uno a su modo, da pelea en el marco de un proceso que los conmueve, la llegada de un hijo. En esa situación pasan por distintos procedimientos de estudio y también de fertilización, ante la imposibilidad de concretar el anhelado sueño. Finalmente nace la criatura esperada pero lamentablemente fallece. Deben volver a empezar y Maga es quien más insiste. Ser madre para ella es fundamental. Guille la acompaña en su derrotero pero para él resultan más importantes sus logros laborales. Resigna la posibilidad de ser padre y lo hace de una manera muy natural, algo que provoca cierta inestabilidad en la pareja.
La autora Carolina Liponetzky desarrolla una historia indudablemente conmovedora pero no apuesta a generar una historia que interpele al espectador de manera directa. No busca dar forma a un drama efectista. Propone un juego en el que los personajes se muestren formando parte de una relación convencional, cuyo vínculo demuestre que esos seres están bien, pueden sostenerse y hasta sentir cierta felicidad, aunque en el fondo el dolor se imponga, sobre todo, en la vida de Maga.
Resulta muy atractiva la adaptación que realiza el director Nacho De Santis. Propone que en una de las paredes de la habitación en la que se desarrolla la acción se proyecten imágenes que se corresponderían con la ficción que crea la guionista. Allí se irá desplegando una trama romántica que poco tiene que ver con lo que acontece en la realidad de la escena. Ese contrapunto posibilita dimensionar de otra manera a los personajes y también tomar contacto, de forma directa, con aquello que puede idealizarse a la hora de construir una pareja y lo que en verdad puede sucederles a esos seres en un contexto conflictivo.
Ensayo sobre nosotros va creciendo a través de breves situaciones, aunque siempre intensas. En ellas los intérpretes –Valeria Giorcelli y Pablo Chao– deben ir adaptándose a momentos inesperados. Sus personajes, con pocos trazos, deberán dar cuenta de aquello que les sucede y sus discursos no solo se imponen a través de las palabras. Sus cuerpos deben reaccionar de manera casi instantánea a cada nueva capa de la realidad que atraviesan. A veces las situaciones parecerían reiterarse y en esas reiteraciones el público va descubriendo con más fuerza las motivaciones que conducen a los personajes a comportarse de la forma en que lo hacen.
Desde la dirección, De Santis va, progresivamente, moldeando las personalidades de sus actores. Esto hace que sus conductas progresen de manera muy delicada. Sus personalidades son muy opuestas. Maga atraviesa momentos de dulzura y otros de gran hostilidad. Guille busca el equilibrio entre mostrarse como un hombre apacible, contenedor, pero muy seguro de sus ideales y, a la vez, debe intentar encontrar la manera de estar al lado de su esposa. No está entre sus intereses quebrar lo que han logrado en tanto matrimonio. Tanto Giorcelli como Chao consiguen recreaciones muy rigurosas. Como actores demuestran que pueden adaptarse muy bien a esa construcción de pareja que posee múltiples matices y que ellos consiguen poner en valor con mucha elocuencia.
La escenografía de Gonzalo Córdoba Estévez, la iluminación de Ricardo Sica y la realización audiovisual que conduce Federico Bezenzette, aportan al espectáculo una conjunción de imágenes muy bellas y que resultan un contrapunto interesante a la hora de analizar cada uno de sus discursos. Transforman en delicado y hasta entrañable un espacio en el que los acontecimientos que se suceden no siempre poseen la misma cualidad. Pero gracias a sus trabajos personales el universo que da marco a esta historia se torna más trascendente.
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