Estrenos de teatro. En la piel de Martín Slipak se revive en un teatro la desaparición de Facundo Rivera Alegre
Su muerte aún es un misterio sin resolver; la obra La ilusión del Rubio, que retrata el caso, ganó un concurso del Teatro Nacional Cervantes y está dirigida por Gastón Marioni
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La obra escrita por Santiago San Paulo, interpretada por Martín Slipak y dirigida por Gastón Marioni, fue estrenada de forma online en febrero de 2021 en la Sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes. Desde este miércoles 20 de julio, y hasta el 3 de agosto inclusive, podrá verse en vivo, a las 20.30. en el Espacio Callejón.
Tic tac tic tac… el tiempo corre impune, en silencio. No lo vemos, pero está ahí. Se acumula, grano de arena tras grano de arena, y en un abrir y cerrar de ojos que no quieren ver llegan a una década. Diez años sin Facundo Rivera Alegre, bueno… en parte, porque de cierta forma él también está aunque no se lo vea. Flota. Su esencia se traslada en el aire, atraviesa la garganta de Viviana –su madre– y el pedido de justicia que sigue latente y se hace carne, como el texto que Santiago San Paulo creó y Martín Slipak interpreta en el Espacio Callejón, bajo la dirección de Gastón Marioni.
Los recuerdos de ayer son el relato de hoy. Facundo era ayudante de albañil, pintor, y se había anotado para estudiar arquitectura. Complementaba esa rutina con sus pasiones más certeras: Rocío, su hija recién nacida, y Pura K-ravana, el grupo de cuarteto en el que recientemente había debutado. Era fanático de Boca, tanto, que a su perro lo bautizó Palermo, como el loco Martín. Y fue a ese mismo Palermo que Viviana sacó a pasear a la mañana cuando notó que su hijo no había vuelto a casa. Encendió un celular provisorio que en aquellos días Facundo estaba utilizando –y había dejado cargando– y empezaron a llegar mensajes de sus amigos preguntando dónde estaba. Algo andaba mal. Era el 19 de febrero de 2012, y el carnaval se vestía de ausencia.
“El teatro es experto en hacer presencias de ausencias –expresa Gastón Marioni, y agrega– la magia del teatro le permite a Facundo aparecer por un rato en un escenario, y tener voz cuando se la quitaron. Todo el tiempo, el teatro como representación, vuelve a hacer presente lo que está ausente, así que en este caso se da como una doble función teatral, la netamente representacional y clásica del teatro, y la posibilidad de imaginar la voz de este pibe que a tan temprana edad lo arrebataron y desapareció”.
En épocas de pandemia incipiente, el director fue escogido por el Teatro Nacional Cervantes para llevar a cabo La ilusión del Rubio en un formato distinto, enlatado, para experimentarse de forma online. “Es una de las obras ganadoras del Concurso Nuestro Teatro, que fue esa disposición afortunada del Teatro Nacional Cervantes, cuando propusieron en esa situación tan inédita que vivimos con todos los teatros cerrados, pensar creativamente como recrear la actividad teatral de otra manera”, cuenta Marioni. “Me acercaron el texto de Santiago San Paulo, lo leí, y quedé atónito en la primera lectura. Se me produjo un silencio muy potente internamente, y siempre recuerdo esa sensación, una gran conmoción en lo que literalmente conmoverse significa, algo que te corre de lugar”.
“Ese silencio abre el espíritu a una contemplación y una observación de que evidentemente algo había impactado adentro mío, en mis sensaciones, en mis sentimientos, en mis pensamientos… yo creo que ese silencio, con el proceso de puesta en escena se llenó de voces, principalmente con la voz del protagonista. Me parece que es un espectáculo y una obra que está llena de voces, no solo la voz de Facundo Rivera Alegre, también con las voces de tantos y tantas que aún en democracia siguen desapareciendo forzadamente. Creo que el teatro tiene cosas importantes para decir, y La ilusión del Rubio sigue teniendo algo importante que decir en este tiempo que nos toca atravesar, eso siento hoy”.
Paradójicamente, en este momento Santiago San Paulo se encuentra leyendo un ensayo de la filósofa Ilit Ferber, y en uno de sus fragmentos expresa: “…Cuando el grito de dolor silencia nuestra capacidad para hablar acerca de él, una estructura única de simpatía emerge, una que no es posible de otra forma”. Y en esa sintonía, el autor cordobés de La ilusión del Rubio agrega: “Conocí a Viviana cuando participé del ciclo Escena y Memoria, en los ex Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio de Córdoba capital. Ella también estaba invitada. Fui a su charla y, en un momento, hizo un silencio profundo, que no llegó a quebrar su cuerpo de dolor, y hace que esta frase que acabo de leer me interpele así. Noté que había obras que hablaban de desaparecidos durante la dictadura, pero no sobre los casos acontecidos en democracia”.
“Lejos de trabajar en un escritorio, la idea fue salir a andar en bicicleta y recorrer la ciudad para encontrar a Facundo en los lugares en donde está su rostro, conocer su barrio, el Pasaje en donde vivía… bajé esa experiencia a unos textos que leía en encuentros de poesía y percibí que él estaba apareciendo”, confiesa San Paulo.
El paso siguiente fue prestar por un rato el cuerpo, y así es que aparece Martín Slipak en escena. Al respecto, el multifacético actor rememora: “Cuando me llegó la propuesta, me pareció que lo mejor que podíamos hacer junto a Gastón Marioni, el director, era poder conversar con Viviana, la mamá de Facundo, antes de cualquier aproximación a lo teatral. Nos pareció que lo que más correspondía a la hora de encarar un material así, era poder escuchar a su familia para entender la dimensión de denuncia que debía tener esta obra. No solo la dimensión artística y teatral, sino la dimensión de denuncia, la obra debía ser parte de lo que Viviana sigue denunciando. Fue muy emocionante escuchar a una mamá, que sigue luchando para que se sepa la verdad de lo que le pasó a su hijo hace ya 10 años, es muy conmovedor”.
“En ese primer Zoom lo que sentí fue pedirle permiso a Viviana, para mí era importante solicitarlo y decirle que soy actor, que en ningún momento mi idea era imitar a su hijo ni nada por el estilo, sino que un poco la voz o el personaje iba a surgir de la fuerza que tiene esta denuncia y este hecho de poder hacer esta obra. Yo soy alguien muy distinto a Facundo, un porteño de clase media con privilegios que él no tuvo. Cuando empieza la obra también hago un pedido de permiso al público, de decir ‘bueno yo voy a intentar a mi manera de interpretar esto, no voy a querer parecerme a Facundo, simplemente es un ejercicio teatral donde traemos al presente una voz que fue arrancada, que fue excluida’”.
Si bien el actor ya había encarnado a otras personas que fueron desaparecidas durante la última dictadura cívico militar, en esta ocasión había una particularidad clave: Facundo es un desaparecido en democracia. “Y si bien todos sabemos el terrible contexto en el que fueron desaparecidos en la época de la dictadura y son inconcebibles, el hecho de que haya una desaparición en democracia es muy preocupante, porque quiere decir que hay mecanismos de poder que manejan el mismo sesgo siniestro que tenían en esa época oscura de la historia argentina. Es preocupante hablar de desaparecidos en democracia. La cobertura mediática del caso es completamente confusa, realmente es imposible sacar una idea clara de lo que fue el hecho a partir de los medios de comunicación, y me parece que eso también es una materia preocupante, es un tema que también se aborda en la obra, cómo los medios de comunicación quisieron desviar o incluso fueron cómplices del poder para que no se esclarezca el caso”.
Para Martín Slipak, La ilusión del Rubio quedará en su memoria artística también por ser su primer unipersonal. “Siempre había deseado actuar en un monólogo o en un unipersonal, porque creo mucho en que las obras son construcciones del lenguaje, tanto de diálogo con los compañeros como con el público –confiesa y agrega– es una construcción de juego, y acá inevitablemente el juego tiene que aparecer con uno mismo. Y yo pensaba dónde entra el juego en esta obra que es una denuncia política, más allá de mi juego como actor también está el juego de Facundo, o la hipótesis de cómo Facundo hubiese jugado si hubiese estado arriba de un escenario. Cómo hubiese jugado Facundo si tenía la posibilidad de tener su show en donde hablara de su familia, de sus canciones, de su mundo y en donde también denunciara la impunidad y la violencia política y social. Me parece que el gran desafío fue buscarle el juego a esto, encontrar lo lúdico en un material así, y por eso me interesó tanto también más allá del significado de la obra en sí mismo”.
La investigación oficial por la desaparición de Facundo Rivera Alegre estuvo plagada de irregularidades, y por tal motivo la familia realizó una pesquisa paralela. “Los verdaderos responsables por la desaparición de Facundo ni siquiera fueron imputados –sostiene Viviana Alegre, y agrega–. Se supo decir que Facundo fue al show de cuarteto de Damián Córdoba, en el Estadio del Centro, y que le habían encargado comprar droga para la banda, y en esa diligencia fue asesinado, y potencialmente cremado ilegalmente en el cementerio municipal de San Vicente”.
En 2015 hubo un juicio, duró 17 días. Entre el 11 y el 28 de agosto solo declararon unos 60 testigos de un listado previsto total de 200. Eran tres imputados por homicidio, nunca fue juzgado como una desaparición: dos hijos de una mujer narco –uno menor de edad al momento del hecho– y el empleado del cementerio que cortaba el pasto. Las autoridades dijeron que el menor mató a Facundo, el más grande fue cómplice y el del cementerio lo cremó, pero en ese momento no funcionaban los crematorios. Terminaron todos absueltos. La familia de Facundo fue amenazada, seguida por autos negros de vidrios polarizados y sus domicilios fueron violentados. Existe un perfil en Instagram y Facebook que se llama “Sin Facundo no hay justicia” donde muchas personas se suman a la causa.
La obra escrita por Santiago San Paulo, interpretada por Martín Slipak y dirigida por Gastón Marioni, fue estrenada de forma online en febrero de 2021 en la Sala María Guerrero del Teatro Nacional Cervantes. El material aún está disponible de forma gratuita en YouTube, y aparece fácilmente como resultado al buscar La ilusión del Rubio. También se realizaron funciones presenciales en la Biblioteca Nacional, funciones en el interior del país y el proyecto participó del Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires, en febrero de 2022. Hasta el 3 de agosto inclusive podrá verse en vivo, a las 20.30, en el Espacio Callejón, ubicado en Humahuaca 3759.
“Para mi el momento de hacer la obra por primera vez adelante de Viviana, de ponerme realmente la ropa con la que se lo vió a su hijo en una de sus últimas fotos, fue muy movilizante –recuerda Slipak y finaliza–. Y el punto más fuerte de la emocionalidad fue cuando hice la obra delante de Rocío, la hija de Facundo, una nena que prácticamente no lo conoció porque era bebé cuando su papá fue desaparecido; y que una nena de 10 años tenga la oportunidad de ver a un actor, encarnando o interpretando a su papá arriba del escenario, me parece que fue un movimiento muy grande para todos”.
“Martín Slipak pone en su piel a Facundo, de lo brillante que es nos lo trae de vuelta. No lo imita, lo interpreta casi tal cual –reflexiona Viviana, y finaliza– yo voy a hablar en tiempo presente: De él queda la empatía absoluta y el amor por el arte. Queda su hija que late, y la enseñanza de mantener la calma, y sonreír siempre ante la adversidad”. Y él se hace presente. Flota en el escenario, va, viene, se hace carne y quizás hasta escribe estas líneas. Facundo está.
Para agendar
Miércoles, a las 20.30, en el Espacio Callejón, Humahuaca 3759.
YouTube: La ilusión del Rubio.
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