Estreno. La reina Elizabeth de Inglaterra revive en el Templo Escondido de Barracas
La cantante lírica y directora Roxana Latrónico recrea la vida de la monarca del siglo XVI, en los laberínticos túneles del museo de Santa Felicitas, con batallas medievales incluidas
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Por única vez, en un lugar emblemático de Barracas, hoy se representará la obra Soy Elizabeth, espectáculo escrito y dirigido por Roxana Latrónico. Será en el llamado Templo Escondido, de Pinzón 1480.
El tiempo convirtió a Felicia Antonia Guadalupe Guerrero y Cueto de Álzaga, inmortalizada como Felicitas Guerrero, en un símbolo de la libertad y del precio que, a veces, se tiene que pagar por ejercerla. En Barracas, donde murió el 30 de enero de 1872, un templo la vincula y lleva su nombre, aunque remite a una Santa del Siglo ll. De todos modos, y aunque no sea del todo bien visto por los sacerdotes, anudadas en las rejas, las cintas blancas de los fieles para pedirle la llegada del amor, o conservarlo, convierten a Felicitas en una santa pagana milagrosa. Curiosamente, detrás de ese reconocible edificio emblemático que entorna la plaza Colombia, se esconde otro, en sordina, con una historia poco conocida. Un tesoro que merece ser recorrido y que se yergue en el mismo predio donde habitara la familia Álzaga Guerrero. Un colegio, un templo escondido (sin salida a la calle y que jamás cumplió la función de tal), y un viejo comedor obrero, conforman un espacio enigmático donde la historia se funde en leyendas y la arquitectura dialoga con la investigación antropológica.
Los claustros, el templo y el viejo comedor están conectados por túneles subterráneos de 1893 que son toda una reliquia de la arquitectura primigenia de la ciudad y que pueden ser recorridos en visitas guiadas que se realizan el último fin de semana de cada mes. Acceder al Complejo Histórico Santa Felicitas es una experiencia que se convierte en un viaje en el tiempo. “En el husmear activo por los recovecos de la historia y sus misteriosos secretos. Esos ladrillos del siglo XlX atestiguan y enmarcan este paseo en el que el aura de Felicitas Guerrero parece invitar y acompañar al visitante”, tal como describe la nota que Pablo Mascareño realizó para LA NACION en 2019.
Allí transcurrirá esta obra de teatro basada en hechos históricos reales, sobre la vida personal y política de la Reina Elizabeth de Inglaterra, quinta y última monarca de la casa Tudor, con catorce artistas en escena, entre cantantes líricos, actores, bailarinas, acróbatas y músicos.
El estreno será hoy, a las 19, en el hermoso Templo Escondido de la calle Pinzón 1480 del museo Santa Felicitas. “Se trata de una obra de teatro multimedia, ya que lo tiene todo: danza y canto del Renacimiento, batallas medievales, duelos de espadas históricas, vestuarios de época con muchísimos cambios, acrobacia y la ejecución en vivo de instrumentos antiguos”, describe su realizadora, la cantante lírica, actriz y directora Roxana Latrónico. Ella no sólo se ocupó de la dramaturgia y de la dirección si no que también encarna a la reina Elizabeth y diseñó el vestuario de época. “Hasta vendí mi piano de cola para poder cumplir este sueño”, recalca.
El elenco está compuesto, además, por Jorge Blanco, Diego Novoa, Virginia Mesones, Romina Venegas, Patricia Giovetti, Víctor Tanner, Elián Armando Cayo, Chéster Álvarez, Marta Fanny Álvarez, Javier Arroyo Godoy, Mariel Bas, Rocky Buglio, Evelina Funes, Gabriela Iglesias y Alberto Federico. La dirección musical y vocal es de Graciela Iglesias, quien estará al piano durante todo el espectáculo.
“Recreamos la vida y obra de la Reina Elizabeth de Inglaterra (1533-1603), de la cual hice una gran investigación con análisis exhaustivo de los hechos reales históricos de su vida. La lucha de la mujer y la reina, las traiciones dentro de la corte, entre amigos y familiares. Y sus eternos enemigos: España y Francia –describe Latrónico–. Un aspecto importante en la puesta es el fanatismo religioso imperante en la época. El catolicismo, representado por la Iglesia de Roma; y el protestantismo, representado por la iglesia anglicana, fundada por su padre, el rey Enrique VIII para poder divorciarse de la Reina Catalina de Aragón, católica. No nos olvidemos del exilio de Lady Elizabeth y el encierro en la torre de Londres por su propia medio hermana, María Tudor, la sanguinaria, donde se ejecutaban a todos los traidores”.
El predio del Templo Escondido, ubicado en lo que hoy es la manzana delimitada por Pinzón, Azara, Brandsen e Isabel la Católica, contaba con una historia previa. Allí se erigía la mansión de descanso de los Álzaga Guerrero que, fiebre amarilla mediante, se convirtió en el refugio y vivienda permanente de la familia. “La iglesia que hoy se levanta sobre la plaza Colombia fue construida en honor a Felicitas y estaba dentro del predio de la casa. Esto habla de la fortuna de esta familia. De hecho, los materiales para la construcción se trajeron del exterior. En aquellos tiempos, este lugar estaba ubicado en las afueras de la ciudad y la casona era utilizada para el descanso de fin de semana de la familia, dado que la gente no acostumbraba tomar vacaciones”, explica Norma Demicheli, profesora de Historia y responsable de las visitas guiadas al lugar. Corría la segunda mitad del 1800 cuando los Álzaga disfrutaban de este palacete apartado del casco urbano de Buenos Aires que hoy forma parte del corazón de Barracas. La muerte prematura de Felicitas Guerrero impulsó a sus padres a encarar una tarea solidaria y a cursar un destino diferente al gran predio en el que habitaba su hija.
“Ese lugar, sin dudas, era el sitio propicio para llevar a cabo este espectáculo, esta historia de ejecuciones y muertes –explica Latrónico–. Recordemos el maquillaje venenoso blanco, hecho con vinagre y plomo de los venecianos que acabo con su vida”. La realizadora también exploró los mitos y leyendas en torno a Elizabeth. “Esta reina fue precursora de la moda, creadora de su propia imagen. Los misterios de la Reina Virgen, autodenominada así para poder seguir reinando soltera. Desde niña sentía aberración por los hombres y tenía una elevada intelectualidad e inteligencia. Sus profundos y fuertes discursos al parlamento privado, a sus consejeros, y a su pueblo, así como la piratería, también son puntos fuertes de esta historia”
Las entradas para Soy Elizabeth se pueden reservar telefónicamente al 15-60238957 o se pueden sacar directamente en la puerta del Templo Escondido, un rato antes de la función, a un costo de 1500 pesos. Algo a destacar es que la obra es apta para todo público y dura 70 minutos.
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