El veloz tren que llevará a Lorena Romanin del teatro al cine
Su obra Como si pasara un tren pasará del escenario a la pantalla
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Es una creadora interesada en construir mundos íntimos, sensibles. Historias pequeñas que provocan notablemente al espectador. Lorena Romanin se ha transformado en los últimos años en una de las dramaturgas y directoras más intensas dentro de la cartelera teatral porteña.
Si bien comenzó a desarrollarse siendo muy joven en el campo teatral, de la mano del maestro Agustín Alezzo, a los 20 años hizo su primera dirección y tomó uno de los textos más emblemáticos de la generación inglesa de los años 60, Recordando con ira, de John Osborne. Hoy recordar ese trabajo le provoca una sonrisa cómplice con quien la escucha porque sabe que tomó un riesgo para el que no estaba muy preparada aún. “Hice un melodrama”, cuenta sin arrepentimiento.
“Después empecé a escribir mis cosas –relata–. No encontraba tantos textos que me identificaran en esos momentos. Entonces dirigía, actuaba, escribía. Quería hacer todo. Apareció una pasión arrolladora que estaba buenísima hasta que encontré el camino. Las cosas se fueron acomodando y encontré mi lugar. La carrera del artista no es ‘estudio y hago’. Es una búsqueda que te lleve a ir encontrando ese camino que no es como ningún otro”.
Luego llegó el tiempo de acercarse al mundo audiovisual. Hizo una serie que se llamó Plan V, con Maruja Bustamante y Sofía Wilhelmi. Una de las primeras series web con temática lésbica. Hicieron dos temporadas y lograron una repercusión importante. “Era muy de nicho –recuerda–, nos reconocían en otros países porque nos veían muchas chicas”.
En 2015 estrenó Como si pasara un tren en el Camarín de las musas y, con ese material, produjo un fuerte despegue. Interpretada por Silvia Villazur, Guido Botto Fiora y Luciana Grasso, la pieza estuvo cuatro temporadas en cartel. Del Camarín pasó al Picadero. Un producto del teatro alternativo que llegó a realizar cuatro funciones semanales.
El texto no solo generó interés en Buenos Aires, también se conoció en Uruguay, en Chile y el año pasado estaba previsto su estreno en Nueva York con un elenco que iba a realizar funciones en inglés y en español. Dicho estreno debió suspenderse debido a la pandemia.
El productor y guionista cinematográfico Horacio Grinberg le propuso a Lorena Romanin llevar la obra al cine con el elenco original. “Me pidió que escribiera con él –comenta–. Obviamente yo quería ser parte de la adaptación. Empezamos a laburar por Zoom y ya tenemos una segunda versión. Esto se va a filmar en junio. Participa una productora importante, Alex Media. Es un camino posible en este momento de pandemia en el que es muy difícil tener proyectos que puedan llevarse a cabo, por lo menos desde lo teatral”.
Cuando se le consulta cómo nació Como si pasara un tren la autora se detiene en su proceso de creación dramatúrgica. “Yo escribo de un modo muy intuitivo –dice–. Aparece una imagen y cuando puedo tirar de ahí y hay tela para cortar sigo escribiendo. El germen de la obra fue la imagen de una madre con este pibe tirado en el piso jugando con un tren. Nunca quise escribir sobre un tema en particular. Me gusta que aparezcan las imágenes y las historias un poco como en los sueños. No sé muy bien qué está moviéndose adentro mío. No decido sobre qué voy a escribir”.
A aquella obra le siguió Todo lo posible, que hizo funciones en Espacio Callejón y hasta hace pocos días ocupó la programación del Cultural San Martín. “Es una pieza muy distinta a la anterior. Es mucho más ecléctica en su forma de contar”, aclara.
Lorena Romanin tenía varios proyectos el año pasado que no pudo realizar aunque aparecieron nuevas propuestas a las que adhirió con ganas. En marzo de 2020 se encontraba ensayando Azul y la navidad en El Picadero con la intención de estrenar en mayo. La obra cuenta la historia de una familia que recibe a una prima a la que no ve desde hace tiempo, quien llega con su hija, una chica trans. El elenco está integrado por Carolina Unrein, Eugenia Guerty, Mayra Homar, David Masajnik, Marcos Gianoni y Guido Botto Fiora. “Es un proyecto con el que estoy muy entusiasmada. Azul está encarada desde un lugar hermoso, por ideología. Sobre el tema aparecen en la pieza muchos puntos de vista pero todos desde un lugar muy amoroso. Está bueno visibilizar esta cuestión para que sea cada vez más cercana”.
Entre los proyectos a los que se integró figura la obra El rumor de las palomas, del autor tucumano Mario Castello, que forma parte del ciclo Nuestro Teatro organizado por el Teatro Nacional Cervantes. Interpretada por Vanesa González y Juan Tupac Soler, ya puede verse a través de la plataforma de la sala.
Curadora de Microteatro también durante el año desplegó mucha actividad curando los videos que se presentaban para participar del ciclo que en un comienzo se divulgaba a través de una página web y luego de Instagram. Y espera ansiosa la reapertura del ciclo que a partir de marzo se llevará a cabo en un gran espacio del Club Hípico.
–Además de estos proyectos, ¿cómo viviste el año?
–Estuve escribiendo. Hay cierta presión que te lleva a buscar otros caminos. Necesito ser productiva siempre y digo: “hay que hacer algo de otra manera o encontrar una manera nueva”. Es como una presión. Esto de la pandemia no sé cómo sigue. Si va a generar un cambio de paradigma completo o no. Parecería que sí. A la vez uno piensa, si esto sigue así y cambia la cepa y no se puede controlar, qué se hace. Tal vez las cosas que conocíamos no existen más y la verdad que no sé qué otro camino seguir. Me resultó muy difícil hacer algo por streaming. Para mí no es teatro. Me negué a ver cosas por streaming. Si no es lo presencial no se qué es. He reflexionado mucho pero no llegué a muchos lugares. Más allá de que empecé a hacer una maestría en dramaturgia. Algo así como aprovechar el tiempo.
–¿Te cuesta pensar que el teatro puede cambiar ciertos esquemas de producción?
–Es muy difícil pensar el teatro de otra manera. Tal vez se inaugura otro modo pero es como este momento, donde va cambiando a la virtualidad y se vuelve un espacio tan común y un poco que nos cambia mucho, mucho. Tengo 46 años. Estoy en un momento lindo de mi vida en el sentido de mi edad pero, de repente, se modifica todo. De pronto todo es digital y justamente la comunicación se realiza a través de las redes y todo pasa por las redes.
–¿Te preocupan mucho los cambios?
–Asusta un poco. No sé dónde va esto. Se está moviendo medio rápido y lo que sabía hacer no sé cómo se va a acomodar. Esa es la realidad. Salvo que todo vuelva a ser como antes. No creo que las cosas puedan volver para atrás. Ahora mirás una película, ves que los actores se dan un beso y te parece raro. Cómo se van a acomodar los cuerpos de los actores después de acostumbrarte a esta falta de contacto. De hecho la semana pasada tuvimos que suspender una función porque un actor había estado con alguien que tuvo Covid. Todo el tiempo pasan esas cosas. Suspender eventos porque alguien está en riesgo… Esto es nuevo. Eso está muy adentro de cómo nos vinculamos también. De los distintos criterios en relación a los cuidados. Muchas cosas que van a entrar porque nos están atravesando. ¿Cómo se va a acomodar?, no lo sé. Hay que vivir el momento. Ir pasito a pasito.
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