El teatro Liceo festejó sus 150 años con la vuelta de Piaf, el recuerdo de Pinti e invitados famosos

El festejo por los 150 años de vida del teatro Liceo, la sala privada más antigua de América Latina, llegó de la mejor manera. Por empezar, la histórica y glamorosa sala que es un claro signo de una época de bonanza, luego de atravesar un largo período de reconversión tecnológica y puesta en valor, recuperó su viejo esplendor. Y para que el festejo sea completo, sacó a relucir una de esa joyas teatrales que había sido un verdadero éxito de público: Piaf, la premiada obra que protagoniza la gran Elena Roger y dirige el británico Jamie Lloyd que, en la temporada 2009/10, se había presentado en este teatro de casi 600 butacas. En todas las funciones se colgó el cartel de “no hay más localidades”. Anoche, otra vez la sala estuvo llena. En este oportunidad, como era de imaginar, lució cubierta de artistas, funcionarios, productores, periodistas y amigos vinculados con la actividad teatral.

Antes de la función, quienes oficiaron de maestros de ceremonias fueron Carlos Rottemberg y su hijo, Tomás Rottemberg, dueños del teatro; junto a Adrián Suar, el productor de Piaf. En 1994 fue Rottemberg, a cargo de tantas salas en Buenos Aires como en Mar del Plata, quien compró a su colega Buddy Day esta sala ubicada en la esquina de Paraná y Rivadavia, que en 1977 estuvo a punto de ser demolida. Para bien de todos, y de la ciudad de Buenos Aires, y de su historia; nada de eso sucedió. Fue Rottemberg (el que alguna vez tendrá que tener su espectáculo propio que, seguramente, llenaría el Liceo o algunas de sus salas), quien en el momento de dirigirse al público se mandó la gran humorada de la noche. Mirando al palco en donde estaba su amiga Mirtha Legrand y luego de hablar sobre la historia del Liceo, le dijo: “Por fin encontré algo anterior a vos”. Fue el primer gran aplauso de la noche que se cerró con toda la platea aplaudiendo de pie a Elena Roger y a todo el elenco de Piaf.

En la platea estaban Florencia de la V, Gino Bogani, Gustavo Bermúdez (que llegó junto a Suar), Benjamín Rojas, Linda Peretz, José María Muscari, María Kodama, Nacha Guevara, Jorge Suárez, Mauricio Dayub, Mike Amigorena, Aníbal Pachano, Mariano Torre, Florencia Torrente, Andrea Bonelli, Gerardo Gardelín, Pablo Codevila, Benjamín Vicuña, Agustina Cherri, Marcela Morelo, Diego Pérez, Sofi Morandi, Marita Ballesteros, Adriana Salonia, Roberto Peloni, Santiago Ramundo, Natalie Pérez y Edgardo Moreira, entre tantos famosos que llegaron a la sala ubicada en pleno corazón del barrio Congreso, que abrió sus puertas cuando faltaban todavía más de 30 años para que el imponente edificio del Palacio del Congreso fuera habitado por representantes de la política.

Antes que ese elogiado trabajo basado en la vida de la cantante francesa Edith Piaf diera su inicio, Tomás Rottemberg, el que tiene menos experiencia frente a un escenario, pero tiene de donde aprender; agradeció el trabajo de José Luis Ciarma, quien estuvo a cargo de la obra de puesta en valor del Liceo, de los trabajadores de la sala y de Juan Carlos Pinilla, maquinista de la sala que falleció hace poco. Luego, Adrián Suar fue el que tomó la palabra para referirse a su primer encuentro con Piaf, cuando lo vio en sus ensayos generales. “Cuando vi a Elena Roger, que estaba poseída con el personaje, fue extraordinario. Pasaron 13 años de aquello y la verdad es que el espectáculo está perfecto y no tengo más que palabras de agradecimiento a esta sala tan, pero tan linda. Y a Carlos Rottemberg, por su amor al teatro”, afirmó el actor y productor.

Este último recordó la noche del 26 de julio de 1972 cuando se abrió el teatro. Y trajo una anécdota de aquel empresario francés, un tal Tourneville, que fue quien fundó esta sala que, a lo largo del tiempo, fue cambiando de nombre varias veces. Al parecer, aquella noche el señor en cuestión estaba pendiente de cuántos palenques podían instalar sobre la calle Paraná. La ecuación era sencilla: a mayor cantidad de caballos “estacionados” había posibilidad de vender más entradas. Ya no hay palenques sobre Paraná, pero, para tranquilidad de sus productores, la venta para Piaf es todo un éxito. Como cierre de las palabras antes del espectáculo, casi en tono casi de comedia, Tomás y Carlos Rottemberg y Adrián Suar firmaron el contrato de nueva temporada del montaje que protagoniza Elena Roger. Como es ya tradición para esta familia dueña de tantas salas, el papel está en blanco y solo se trata de que las partes involucradas apoyen sus dedos (si se quiere, todo muy teatral). A partir de ese momento, vino la reposición de este título tan esperado.

Cuando hace 150 años se levantó el telón por primera vez en esta bella sala en herradura con sus palcos se llamaba El Dorado (recién desde 1911 se la denominó Liceo). Domingo Faustino Sarmiento era el presidente de la Nación. Eran tiempos de fiebre amarilla. Cuando se estrenó Piaf en esta sala, en 2009, los titulares de la época remitían a la Gripe A. Como si fuera un extraño tríptico atravesado por pandemias, volvió Piaf en tiempos dominados por el Covid-19. Haciéndose cargo de lo vivido en los últimos años, Carlos Rottemberg agradeció la presencia en la sala del ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, así como del ministro de Cultura Enrique Avogadro por el apoyo del gobierno de la Ciudad durante los duros tiempos en que toda la actividad teatral del país tuvo que cerrar sus puertas.

En las últimas décadas, por esta sala pasaron éxitos emblemáticos como Salsa criolla, que protagonizó Enrique Pinti (el fallecido actor se mereció un fuerte aplauso cuando se lo nombró en los discursos) y la comedia musical Casi normales. El último gran montaje que se había presentando allí fue Cabaret, que protagonizaron Florencia Peña y Mike Amigorena, presente en el teatro. La última función de ese montaje fue el domingo 15 de marzo de 2020. Esa noche, el maestro de ceremonias del Kit Kat Club, el mismo Amigorena, cumplió el rito de darle la bienvenida al público diciendo: “Aquí la vida es maravillosa”. No sabía, como no sabíamos todos, que a la hora cero del otro día la actividad teatral debía cerrar sus puertas por la pandemia.

De aquel título que en su versión cinematográfica hizo la famosa Liza Minnelli, ahora es Elena Roger quien ocupa el escenario y le da cuerpo, alma, voz y emoción a este montaje basado en la vida de la gran Edith Piaf. Anoche, la canción “La vie en rose” volvió a sonar en el teatro Liceo en su festejo por sus 150 años de vida en una celebración de muchas emociones y ovaciones.

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