El Teatro Cervantes, en un viaje exquisito
Gustavo Tarrío, quien repone El vestido de mamá, presenta La guiada, mágico recorrido por la histórica sala
Decididamente, terminar en modo de profunda e íntima emoción a las doce del mediodía de un sábado es algo extraño, hasta un tanto perturbador. Eso logra La guiada, el espectáculo de Gustavo Tarrío que se mete en las entrañas del Teatro Nacional Cervantes.
En lo formal, la obra tiene el formato de una propuesta artística que oficia de visita (guiada) a la sala histórica recorriendo sus halls, su propia vida, los pasillos y sus salas, y que invita a traspasar los umbrales de puertas que tienen el cartelito de "prohibido pasar". Pero en manos de este talentoso director y dramaturgo, lo formal tiene patas cortas para proponer otras poéticas, otro tipo de apreciación del espacio, otra forma de ser espectador.
Para lograrlo, como es común en él, se reúne con cuatro intérpretes exquisitos (Gustavo Di Sarro, Marcos Krivocapich, Milva Leonardi y Nicolás Levín) que serán los encargados de guiar esta visita cargada de humor y que abarca anécdotas históricas, apreciaciones arquitectónicas, desencuentros sociales y políticos, la situación de un incendio que tuvo su héroe, tramas familiares y artísticas, una falsa obra en ensayo que nunca se estrenará, pasillos cargados de magia y hasta quedarse unos minutos en el patio de actores, en donde se cruzan historias pequeñas con los grandes textos universales y nacionales. Justamente, lo nacional, una reflexión cargada de bifurcaciones y puntos de fuga, es uno de los nodos de este trabajo que ilumina el espacio en sí mismo, que se da el lujo de apostar a la contemplación en silencio, pero también a poner en pleno escenario de la María Guerrero, la icónica sala con todos sus emblemas, una cumbia que estos cuatro clowns disfrutan a sus anchas junto a los aportes creativos de Pablo Viotti, en la música; Endi Ruiz, arte y vestuario; Fernando Berreta, iluminación, y Virginia Leanza, encargada de la coreografía,
El relato creado por Tarrío junto a Aldana Cal no es lineal. Apuesta a la confusión, al dato con rigor y a su libre interpretación. Los personajes están "confundidos" en un territorio -como el de esa gran arquitectura teatral- ideado, pensado, imaginado para que lo ficcional despliegue su vuelo. Entonces, todo cierra. O, por el contrario, La guiada abre la puertas al visitante para que habite ese Gran Teatro Nacional (así, en merecidas mayúsculas) sostenido con dineros públicos.
Desde el sábado, Tarrío, el creador de obras como Decidí canción, Todo piola o Kuala Lumpur, también tendrá su propio circuito. O, dicho de otro modo, se podrá hacer una visita guiada por su propio universo creativo. Es que, además de esta maravillosa propuesta apta para tantos públicos que se presenta en el Cervantes, repondrá en el Centro Cultural 25 de Mayo, pleno corazón de Villa Urquiza, El vestido de mamá, un musical para toda la familia basado en un libro para chicos de Dani Umpi y Rodrigo Morales que obtuvo excelentes comentarios cuando se estrenó, el año pasado, en el Rojas. Esta vez, la historia de ese pibe que se vislumbra con el brillo de los vestidos de fiesta de su madre tendrá lugar en la Sala Redonda del viejo teatro. Para quien viene demostrando una exquisita inteligencia en lo que hace a la lectura del espacio, la Redonda parece ser un ámbito ideal. Entonces, anote: La guiada va los sábados, en el Cervantes, a las 11 de la mañana. Vale reservar con tiempo porque no entran más de 40 personas. Y El vestido de mamá va los sábados y domingos, a las 17, en el 25 de Mayo.