El retorno de Oscar Martínez
Después de 7 años vuelve a la actuación con Pura ficción, obra de su autoría que también dirige
Luego de 7 años de ausencia, Oscar Martínez se sube al escenario del Paseo La Plaza para dar vida junto a Claudia Fontán a una eclipsada pareja de actores en Pura ficción, una comedia casi romántica
Discreto, elegante y de gesto solemne, Oscar Martínez es un hombre de pocas palabras. Al menos hasta que empieza a hablar de su nueva obra y de los libros que lo han acompañado en su juventud, cuando era un "lector voraz", cuando copiaba de Rayuela sus párrafos favoritos y se obsesionaba con el cuento "El perseguidor", también de Julio Cortázar. De pronto, su mutismo inaugural y mirada de corte recio, a lo Clint Eastwood enojado, deja lugar a una bienvenida elocuencia que lo llevará a narrar sus nervios antes del estreno de Pura ficción, que lo devuelve al escenario luego de siete años de ausencia, desde su última actuación en Art, de Yasmina Reza, junto a Ricardo Darín y Germán Palacios. "Espero estar aceitado y en forma. No haber perdido eso", confiesa el actor que, todos los días y hace 30 años, corre una distancia de siete kilómetros para disfrutar de la "liberación de endorfinas", la misma que siente cuando se sube el telón. Es que Martínez asegura que arriesgarse a poner el cuerpo como actor "es como tirarse a la pileta y mucho más", distinto a lo que siente cuando dirige y escribe la obra, que también es el caso en Pura ficción. "Uno tiene al público ahí y ya han pasado siete años", repite el actor que dio un paso al costado, luego de 35 años de trabajo ininterrumpidos, para abrirse camino como autor y director.
El intérprete, que a los 14 años ya imaginaba diálogos y situaciones, volvió a palpitar el gusto por la actuación cuando tuvo que suplir a Gustavo Garzón por un par de funciones en Días contados, de su autoría. "Al principio me costó. Tuve sólo dos días de ensayo. Pero enseguida le tomé el gustito y ya no me quería ir", reconoce Martínez que debutó a los 21 años en el programa de televisión Cosa juzgada junto a Bárbara Mujica, Carlos Carella, Juan Carlos Gené, Marilina Ross, Emilio Alfaro, Federico Luppi y David Stivel, y que hoy vuelve a subirse al escenario, junto a Claudia Fontán y con la versátil Nacha Guevara, a cargo de la puesta de luces.
Mientras el humo de su cigarrillo espesa el aire del salón comedor de su departamento en Recoleta, el actor –que desde que comenzó a ensayar subió su cuota de tabaco a más de siete por día– recuerda por qué se alejó de las tablas: "Necesitaba un parate. No extrañé tanto la actuación, sino hubiera vuelto antes".
El amor, una ilusión
Martínez, que dirige y actúa en Pura ficción –su tercera obra como autor, precedida por Ella en mi cabeza y Días contados–, se reconoce como un tanto irónico, "pero no en exceso, porque se puede herir al otro". Su personaje, Damián, es un actor, director y maestro de actores "inteligente, incisivo, seductor, oscuro, irónico, a veces arrollador e histriónico" que ensaya una obra sobre una pareja, junto a su mujer, también actriz exitosa, interpretada por Claudia Fontán. "No hay muchas actrices como ella para hacer este personaje –elogia el actor–. Claudia tiene los atributos y la madurez para hacer el papel de Claudia Marini, una madre con el carácter necesario para hacerle frente a un personaje como el mío".
Esta comedia "casi" romántica, como enfatiza su autor, "profundiza" en los vínculos, por eso no es de un abordaje "superficial", pretende Martínez. Y, sobre los vínculos, él ha llegado a una conclusión. "No creo que las mujeres sean las únicas que esperan que el otro cambie en una relación. Los hombres, también. Lo que sucede es que la mujer es más como la madre de su pareja. Diría que cada uno le pide al otro que sea como él necesita o como él lo ha forjado en su mente de acuerdo con su ilusión. Y bueno, obviamente, ninguno de los dos termina respondiendo a las expectativas que el otro tenía", razona.
Sobre el proceso creativo que lo ha llevado a concebir su nueva obra de pretensión realista, donde ahonda en la evanescencia del amor, la construcción de la relación amorosa como una realidad imaginaria, la omnipresencia de la ex pareja y la fidelidad, apunta: "No consulto antes de que esté terminada porque es como cortar una manzana antes de que esté madura o como escuchar a los que se acercan a la parrilla para darte consejos sobre cómo hacer el asado. Si les hacés caso a todos, te sale mal".
La idea que sobrevuela Pura ficción, que intenta dar con la respuesta a la pregunta de cuánto hay de ilusión en las relaciones amorosas, irrumpió en la mente de Martínez y, a partir de allí, se encerró a escribir hasta darle forma. "Surgió de pronto. No puedo sentarme a esperar que aparezca una idea. Aparece y ya. Entonces, me encierro a escribir en mi escritorio", dice el autor que tardó once días en llevarla al papel. "Hay un momento en que pensás que te vas a volver loco y que todo es una porquería, pero después…", dice, y suspira largando el humo de su segundo cigarrillo light, que poco condice con la profundidad que descarga sobre cada una de las palabras que salen de su boca.
A Martínez le gusta citar a los grandes para explicar sus decisiones como autor. "Madame Bovary soy yo", dice, valiéndose de las palabras de Gustav Flaubert, para afirmar que sus personajes tienen mucho de sí mismo. "Escribí la obra pensando que la iba a actuar y, claro, me hice un personaje a medida, pero ¿cómo no lo iba a hacer? Si Woody Allen lo hace, ¿por qué yo no puedo hacerlo? Claro que él es un tipo talentoso ¿no? Hasta el personaje de Claudia Fontán (Claudia Marini) tiene algo mío. Todos lo tienen. El personaje de Ella en mi cabeza, también", se explaya, mientras apura su café, sentado a la cabeza de la larga y oscura mesa del comedor, tan despojada y sobria como su dueño.
Actúa, escribe y dirige. ¿Existirá alguna asignatura pendiente para alguien tan ocupado que hasta estuvo de gira, hace pco, por varias ciudades españolas, como director de Dos menos, de Samuel Benchetrit, con Héctor Alterio y José Sacristán. El responde que sí, que le gustaría dirigir cine, y a actores de la talla de Daniel Day-Lewis, Kevin Spacey y Gene Hackman, aunque teme que sea "un trabajo agotador", sobre todo por la parte técnica.
"Por ahora, mi gusto ha ido de acuerdo al del público porque mis obras han sido exitosas. Pero puede pasar que uno considere que un tema es muy interesante y a la gente le aburra inmensamente. Espero que no sea el caso", se esperanza. Razones no le faltan, Ella en mi cabeza, su primera obra como autor, recibió el ACE a la mejor comedia en 2005, y se convirtió en la obra de autor nacional de mayor convocatoria de los últimos años.
Si su retorno a las tablas resulta tan oportuno como su vuelta, luego de casi una década, a la pantalla grande con El nido vacío, de Daniel Burman –por la cual obtuvo el premio al mejor actor en el festival de San Sebastián el año pasado–, Martínez puede sentirse satisfecho o al menos confiar en lo que una amiga le dijo: "Las mujeres te van a amar porque es la clásica comedia romántica con final feliz".
Para agendar
Pura ficción, de Oscar Martínez
Paseo La Plaza, Corrientes 1660. Funciones los domingos, miércoles y jueves, a las 20.45; los viernes, a las 21; y los sábados, a las 20 y 22. Desde 60 pesos.