Fran Ruiz Barlett apuesta por el suspenso, el terror y las paradojas de la vida

Luego de El juego, una pieza teatral de suspenso y terror que cosechó grandes críticas y permaneció cuatro temporadas en cartel con localidades agotadas, el autor Francisco Ruiz Barlett vuelve a vincularse con el género a través de El juego, inicios: porque toda historia de terror, tiene un comienzo, precuela de la anterior que ahora dirige junto a Matías Puricelli, en la que cuenta el descenso de un grupo de primos a las profundidades del mundo esotérico.

El juego, inicios se estrenó en 2022 en el Método Kairós Teatro y se sitúa en el año 1950, cuando cinco amigos del colegio se juntan en una veterinaria abandonada a jugar por primera vez a la Ouija, ese tablero con las letras de alfabeto y otros signos que se utiliza en espiritismo con el fin de interpretar un posible mensaje transmitido por los espíritus de los muertos.

A partir de un género poco frecuentado en el teatro, y con un lenguaje más cercano a lo cinematográfico, uno de los mayores desafíos es la apuesta escenográfica, que en aras de favorecer la sugestión y la inmersión del público en la historia, oculta deliberadamente ciertos artificios propios del teatro a partir de una estructura escenográfica que deja al margen la parrilla de luces, los parlantes y todos los artilugios que permanecen a la vista.

“Situando a los personajes en una escenografía que los encuadre en piso, paredes y techo, podría pensarse como una estructura con características más fílmicas”, asegura el autor, que por estos días también presenta Sesión 37, otra pieza de esta saga de terror y suspenso donde el público juega distintos roles, en el Konex.

Para más datos, toda la saga de El juego (El juego, El juego, inicios y Sesión 37) está inspirada en la familia Conte. Se trata de una historia de ficción cuyo origen se remonta al 1700, cuando el matrimonio de Isabel Prieto y Jorge Conte, frente al terror de perder a su único hijo Bernabé, deciden hacer un pacto con el demonio para salvar la vida del niño.

La puesta en escena se concentra en una tienda abandonada y en ruinas que fuera utilizada alguna vez para disecar animales. Un espacio abandonado y lúgubre, alejado de sus casas familiares, donde los personajes se reúnen con el propósito de jugar a la Ouija.

“El juego, inicios propone una experimentación sensorial, y habla de un descenso. Cómo un grupo de amigos que cruzan apenas los 18 años, cultivados por el mismo miedo que podría sentir un espectador, puede descender a un estado primitivo, enfermizo, brutal, acercándonos quizás a la idea de que pueda ser el miedo un sentimiento que nos haga revelar aspectos desconocidos incluso de aquellos a quienes creemos conocer en profundidad”, señala el autor y director.

En cuanto al aspecto técnico, es interesante destacar la búsqueda deliberada del autor y director por evitar el efectismo. Vale decir, no hay aquí música, ni audios que salgan de parlantes, mientras la iluminación surge de las linternas de los mismos actores y de alguna que otra lámpara situada en la escenografía. El relato ocurre en tiempo real, no hay saltos de tiempo ni escenas en simultáneo bajo recursos de lenguaje o lumínicos.

“Hay una búsqueda de que el público no esté a la defensiva en materia de efectos, sino que lo que suceda como mayor efecto sea intentar sumergirlos en la historia. Ahí sí podría encontrar una ecuación vinculada con bajar las defensas del público, incluso a través de la risa, para que el terror se vaya colando sutilmente entre los espectadores”, apunta.

Seducido desde su infancia por la literatura y el cine de terror, el gusto de Ruiz Barlett por el género fue brutalmente potenciado por la “hipnótica” Mariana Enriquez, como él mismo la define, además de cierto pulso como autor que hoy lo lleva a privilegiar la generación de emociones por sobre el entendimiento.

En esa misma línea nació Sesión 37, un espectáculo inmersivo de terror de la misma saga que se presentó hasta hace poco en la Ciudad Cultural Konex, donde el público juega distintos roles mientras acompaña a un grupo de primos dispuestos a cortar de una vez y para siempre “la maldición que pesa sobre su apellido”. La Ouija es aquí una vez más el medio para cerrar el pacto y dar por concluido un extenso historial de muertes y traiciones.

“El terror es una emoción muy peculiar, resulta complejo mantenerse al margen de una sensación como el miedo. O entrás o no entrás. Y si uno lo analiza desde lo técnico, diría que el terror guarda similitudes con la comedia. Hay algo muy vinculado a la partitura, a la duración de los silencios, a la sonoridad de las palabras, de los remates, del engranaje más sutil de lo discursivo que los emparenta “, reflexiona Ruiz Barlett.

Y concluye: “Todavía me sorprende observar desde la cabina cómo en cierto momento de la obra el miedo comienza sutilmente a derramarse entre los espectadores. ¿Qué es aquello que provoca un grito o un estado alterado de sugestión? Puede que no se note del todo al ojo del espectador pero hay mucha matemática debajo de la búsqueda de generar una emoción tan particular”, señala el autor y director, como un cazador oculto que acecha pacientemente entre las sombras.

Paradojas de este mundo

La autora invisible es otra obra de Fran Ruiz Barlett creada ante la urgencia de un grupo de personas que no quiere adormecerse frente a la dinámica del mundo que las atraviesa. La obra intenta reflejar la paradoja de habitar un mundo plagado de injusticias y ,pese a esto, poder vivir a gusto con ello. Bajo interrogantes molestos y hasta dolorosos, esta obra que lleva ya cinco funciones agotadas, procurará exponer un mundo hostil pero sin perder la esperanza de transformarlo.

La pieza se centra en una pregunta: ¿Cuándo comienza una obra de teatro? Para responder a esta interrogante una escritora (cuyo nombre no tiene relevancia alguna) decidirá embarcarse en la realización de un espectáculo teatral, que la ayude a responder algunas de las preguntas que giran en torno a la creación. Actores, actrices, espectadores… cada cual cumplirá su rol en el despliegue de este “sagrado movimiento ingobernable”. La necesidad narrativa traerá entonces a Alfa, la protagonista de esta historia, una joven de clase media que, impulsada por una angustia que no logra poner en palabras, decide guardar unas pocas pertenencias en su mochila y abandonar el departamento que comparte con su hermana. Alfa y su creadora comenzarán entonces un viaje en simultáneo, ambas con el propósito de desentrañar una inquietud que las convoca. “Brujería, Chevallier, Borges, un pollo, serán algunos de los elementos que irán nutriendo esta historia, haciendo emerger la pregunta obligada: ¿Cuándo termina una obra de teatro?”, resume Ruiz Barlett.

PARA AGENDAR

El juego, inicios. De Francisco Ruiz Barlett. Dirección general: Matías Puricelli y Francisco Ruiz Barlett. Con Juan Cottet, Teo D Elía, Azul Araya, Federico Heinrich, Mora Peretti, Nicolás Sousa. Sábados, a las 23.30, en El Método Kairós Teatro, El Salvador 4530. Entrada, 2500 pesos (por Alternativa Teatral).

La autora invisible. Escrita y dirigida por Francisco Ruiz Barlett. El elenco lo integran Kevin Rodrigo Alegre, Martín Blejman, Camila Caggianesa, Vera Carron, Lucía Miorelli, Victoria Muro, Sonia Noemí Farfalla, Camila Sosa, Carla Ringa, Magalí Trachitte, Melani Vila. Los viernes, a las 23, en El Método Kairós, El Salvador 4530.

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