Los Javis, el dúo almodovariano que conquistó la Gran Vía y también Netflix
La llamada, una comedia disparatada ambientada en un campamento católico es la carta de presentación de Los Javis
MADRID.- La llamada es un suceso teatral en España que "va a funcionar muy bien" en estas pampas "por el aura" que tiene y por la "empatía" entre españoles y argentinos, según Javier Ambrossi, creador de la obra y parte de la dupla artística conocida como Los Javis, junto a Javier Calvo. Si bien los jóvenes que conforman este combo creativo consideran que les queda "grande" el calificativo de "los nuevos Almodóvar", importantes sucesos se traen entre manos desde que comenzaron a trabajar juntos, hace casi una década.
Con una relación personal que surgió antes que la profesional, conforman una dupla ya inseparable en el panorama artístico español, a tal punto que ya no trabajan por separado. Javier Calvo Guirao (28 años) inició su carrera como actor infantil y se hizo popular con Física o química. Por su parte, Francisco Javier de la Camacha Gutiérrez-Ambrossi (34 años) también se lució como actor en series como la versión española de Hermanos y detectives o Amar en tiempos revueltos, pero su reconocida "obsesión" fue prepararse estudiando Periodismo y Dramaturgia.
La llamada llega a la Argentina con el antecedente de seis temporadas ininterrumpidas en la Gran Vía madrileña y el hecho de que ya cuenta con adaptaciones en México, Chile y República Dominicana, además de su versión cinematográfica, que puede verse en Netflix . En esta misma plataforma digital está disponible su serie Paquita Salas, protagonizada por Brays Efe. Precisamente durante la grabación de la tercera temporada de la ficción, Ambrossi y Calvo recibieron a LA NACION para hablar de sus expectativas.
–¿Cómo eligen los países en los que estrenar La llamada?
Calvo: -En principio, tratamos de que llegue a todos los países que quieran que llegue. Pero también es verdad que esta obra, por la temática, va muy bien en América Latina y también iría muy bien en Italia, por ejemplo; en lugares donde tienen la cultura de los campamentos católicos como tenemos los españoles.
–¿Supervisan en forma personal la adaptación de la obra en cada país al que la llevan?
Ambrossi: -Confiamos ciento por ciento en el director y el productor porque lo que intentamos es que la adaptación sea libre y contextual. Lo único que marcamos como límite es que la filosofía de la obra se transmita. Que se mantenga el espíritu de la obra: que todos somos iguales, todos tenemos derecho a creer en lo que queramos y a amar a quien queramos. Mientras se respete el espíritu con el que nació la obra, por nosotros pueden cambiar lo que sea.
–¿Conocen y/o admiran a algún actor o actriz argentinos?
Ambrossi: -¡Evidentemente admiramos a Ricardo Darín!
Calvo: -Y somos amigos del Chino. A mí, particularmente, también me gustan mucho Mercedes Morán y Diego Peretti, pero mi actriz favorita argentina es Dolores Fonzi.
Ambrossi: -¡Y por supuesto Cecilia Roth, que es una genia! Y también nos parece muy interesante Sofía Gala, la hija de Moria Casán. Es más, tenemos que decir que Moria Casán debería venir a conocer a Paquita Salas. ¡Moria Casán debería venir ya a trabajar con nosotros! A ver si alguien se lo puede transmitir. ¡Nos gustaría mucho!
–La serie Paquita Salas y también la película La llamada pueden verse en todo el mundo gracias a Netflix ¿Cómo se piensa un producto global que no pierda identidad?
Calvo: -Es muy interesante, porque de repente Paquita es conocida en México, es conocida en la Argentina; es increíble y además muy inmediato. Sí que es cierto que hay que tener ojo para que no pierdan arraigo los productos con el ansia de convertirse en internacionales. Lo concreto es universal y no deberíamos perder la autenticidad de cada producto que al final es lo que interesa al resto del mundo. Lo que hay que hacer es no dejar de lado la personalidad, escuchar tu voz, regular la ambición, y no hacer productos por hacer, sino seguir haciéndolos por la motivación que debería ser: hacer un producto artístico.
Ambrossi: -Es verdad que nos pasó tanto con La llamada como con Paquita Salas, que al estrenar por Netflix, funcionó como un efecto búmeran. Vino más gente al teatro a ver la obra y más gente vio la serie y más gente pidió de fuera comprar ambos productos. Pero, también dices: "¿Qué quiero conseguir?, ¿que mis personajes hablen tal y como hablan y que les pasen las cosas que deberían pasarles o quiero ganar dinero?". Que también está bien ganar dinero, pero un retrato costumbrista como es La llamada, que surgió en mi país y luego se hizo internacional no podría haber existido si no nos hubieran dejado ser libres.
Haciéndose camino
En La llamada, con funciones de jueves a domingo en el Teatro El Globo (Marcelo T. de Alvear 1155), dos adolescentes inquietas contagian su diversión y emocionan al público con sus sueños y rebeldías. Hasta que una noche un hombre muy particular (que resultará ser Dios) se le aparece a una de ellas hablándole a través de las canciones de Whitney Houston . Así se combinan una novicia con dudas que quiere recuperar el tiempo perdido y una hilarante madre superiora muy fan de Dios (y de Whitney Houston). Comedia sobre el paso de la adolescencia a la madurez, la amistad, el primer amor, el derecho a elegir ser uno mismo y la necesidad de encontrar el camino, La llamada es protagonizada por Cande Molfese, Malena Narvay, Ana Gutiérrez, Vivian El Jaber y Carlos Casella, con dirección de Emiliano Dionisi, dirección musical de Martín Rodríguez, producción de Pablo del Campo y libro de Javier Ambrossi y Javier Calvo.
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