El danzón de Los Amados
Idea y dirección general: Alejandro Viola / Intérpretes: Alejandro Viola, Lisandro Fiks, Analía Rosenberg, Oscar Durán, Hernán Sánchez, Fernando Costa, Rubén Rodríguez y Daniela Horovitz / Dirección musical: Lisandro Fiks / Vestuario y Escenografía: Cristina Villamor / Sonido: Santi Lesca / Sala: Siranush, Armenia 1353 / Funciones: viernes y sábados, a las 21 / Duración: 160 minutos.
Nuestra opinión: muy buena.
La nueva idea del grupo teatral-musical que lidera Alejandro Viola fue brillante: incorporar al público en forma directa al espectáculo de Los Amados. Y encontraron el lugar ideal: el Siranush. Ya al arribar a este centro armenio, contiguo a una iglesia de esa colectividad, uno se predispone a algo distinto. Alfombra roja, guardarropas, acomodadores y boleteros más entusiastas que los de siempre y, al traspasar las puertas de acceso, uno se ve inmerso en un enorme salón, con un gran escenario a la italiana y telón incluido. Múltiples mesas (tanto abajo como arriba) están vestidas como para una cena especial. Y entre esas mesas y el escenario, la pista de baile, una novedad en la larga lista de espectáculos del grupo. Tenía que suceder alguna vez. Quien haya visto alguna vez a Los Amados sabe que la gente terminaba parada a su butaca bailando con la nuca del espectador que tiene adelante. Ellos crean un clima de alegría único y esa colección de temas que remiten al repertorio de algún grupo latinoamericano en una boî te de los años 50 o 60 inducen, invitan irremediablemente al baile. Eso ocurre en El danzón de Los Amados , en forma explícita. Cuando "el Chino" Amado -en tres o cuatro momentos del espectáculo- indica que es el momento de mover el cuerpo, los espectadores saltan de sus sillas como resortes e inundan la pista de baile. Y allí estarán parejas de todas las edades y el espectador podrá deleitarse, tal vez, viendo a matrimonios de muchos años en su regreso a la pista.
La propuesta recopila algunos de los mayores éxitos del grupo, en un esquema similar, pero siempre efectivo. "El Chino" Amado, hipérbole del romanticismo, intentará seducir a las mujeres de la platea, será interrumpido una y otra vez por los comentarios desopilantes del contrabajista Tito Junkera, y la pequeña Raquelita mirará con odio a la cantante de turno y levantará su manito para saludar al final de cada tema. En este caso, la repetición es agradecida. El fan del grupo espera esas cosas y el espectador novato también lanzará carcajadas sin parar. El crecimiento actoral del grupo es cada vez mayor y su manejo con el público es asombroso. Demás está decir que son músicos geniales.
El danzón de Los Amados es la propuesta ideal para ir en pareja o con amigos y pasar una noche divertidísima con teatro, música y baile incluido al grito de: "¡Claro que sí"!