El Cervantes está cerrado desde hace un mes: Tantanian apuesta a resolver el conflicto
Cuando faltan pocos días para el cambio de gobierno, hoy se retoma el diálogo entre autoridades y gremios; "yo el 10 de diciembre pondré a disposición mi renuncia", afirma el director
Es martes, a las 11.30 de la mañana. La fachada del Teatro Nacional Cervantes, sala que dirige Alejandro Tantanian, luce espléndida, con su cartelería anunciando los espectáculos que se realizan en su interior. Pero no es así: desde hace casi un mes, aunque en su página oficial no esté consignada esa realidad, el único teatro que depende del gobierno nacional está sin actividad artística debido a diversos reclamos de sus trabajadores, agrupados en los sindicatos ATE y UPCN.
La escalada del conflicto hizo que tres obras en cartel (Adela duerme serena, La guiada y Testimonios para invocar a un viajante) no pudieran concluir sus temporadas. Tampoco se repuso Sagrado bosque de monstruos y la acciones performáticas a cargo de los artistas libaneses Rabih Mroué y Lina Majdalanies finalmente se cancelaron.
El conflicto viene desde lejos: ya había dado algunos chispazos cuando se estrenó el programa dedicado a Copi y para el lanzamiento de Sagrado... y Testimonios... El Ministerio de Trabajo dictó una conciliación obligatoria que se sostuvo hasta el 30 de octubre. Luego hubo diversas medidas de fuerza que no impidieron la realización de las actividades hasta que, hace cuatro semanas, el Cervantes se cerró. A la mayoría del público que había comprado las entradas para las funciones realizadas desde entonces se le avisa por correo electrónico de la suspensión de las actividades y se le devuelve el importe de la entrada en el horario de las funciones que no se realizaron.
Hace quince días, la oficina de prensa del teatro afirmó a LA NACION que el conflicto estaba en vías de solución, pero no sucedió. La lectura oficial no coincide con un comunicado de ATE de la semana pasada que afirma: "El teatro está en cese de actividades como medida de fuerza por reclamos varios sobre condiciones laborales que se vienen arrastrando desde hace tiempo y no están siendo atendidos, y cuya última respuesta recibida en la mesa de conciliación de parte del Sr. Alejandro Tantanian fue: 'El diálogo está cerrado'".
Entre otros puntos, el comunicado afirma que la actual gestión ha "desvalorizando la capacidad del personal en todas sus áreas [...] sin reconocer que un teatro funciona, también, gracias al acompañamiento y la labor de su personal especializado". En diálogo con este cronista, Rolando Gagnetta, de la Junta Interna de ATE, el gremio con mayor representación en la sala, amplía un abanico de reclamos que va desde la situación salarial hasta las condiciones de trabajo, pasando por el estado del edificio puertas adentro.
En medio de este panorama hoy por la tarde se retomará el diálogo entre las partes. Ayer, Tantanian habló con LA NACION cuidando sus palabras. "Estamos en plena situación de conflicto y lo que más me interesa es solucionarlo. En estos momentos no repararía en cualquier cosa que se pueda decir sobre el pasado o sobre cierto accionar para poder mirar hacia adelante. Mi voluntad es destrabar el problema, dejar al teatro funcionando, que los reclamos de los gremios sean atendidos y que el público pueda volver a la sala. Reconozco que todo esto sucede en momentos muy complicados debido a la transición entre el actual gobierno y el que se viene, en medio de un escenario político complejo. Y digo todo esto independientemente de mi continuidad a cargo de la sala. Como corresponde, el 10 de diciembre pondré a disposición mi renuncia", señala.
En medio de este clima de tensión interna, un variado grupo de artistas e intelectuales (Emilio García Wehbi, Rafael Spregelburd, Marilú Marini, Mercedes Morán, Ricardo Bartis, Cristina Banegas, Beatriz Sarlo, María Onetto, Cecilia Roth, Enrique Pinti, Daniel Veronese, Ciro Zorzoli y Moria Casán, entre otros) firmaron una carta en apoyo a su gestión que, en su último párrafo, asegura que el Cervantes es "un oasis en el que la comunidad artística y el público encontraron un espacio de identidad y pertenencia".
En un bar cercano a la sala, Tantanian hace referencia tanto a esa solicitada como a la carta de ATE que, en estos días, fueron reproducidas por diversos artículos periodísticos. "Las notas pusieron en el mismo marco esas dos cartas y está bien aclarar que un grupo de artistas decidió hablarle al nuevo gobierno porque le parecía atendible esta gestión en términos artísticos y por eso pedían que se mantuviera. Esa carta no hace ninguna alusión al conflicto interno porque son dos cartas distintas, que no están interrelacionadas. Yo vuelvo al centro de la situación: lo importante es retomar la negociación y destrabar el conflicto teniendo en claro que la política salarial es algo que yo no puedo fijar. Solo hice esa aclaración para que no se entienda que los artistas firmantes están en contra de los trabajadores", reflexiona.
A varias cuadras del Cervantes, en la oficina de Cultura de la Nación, expresan el respaldo a su gestión, "entendiendo que las negociaciones que se están llevando a cabo son la mejor vía para resolver el conflicto en la mayor brevedad posible". De solucionarse, la sala reaabriría sus puertas y Tantanian presentaría su informe de gestión. La programación 2020 ya está delineada aunque, dato no menor, no hay aún presupuesto para llevarla a cabo. Tampoco recibió un llamado del nuevo equipo de Cultura.
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