Damián Dreizik: “Hoy es un momento difícil para el humor, porque hemos perdido de vista de qué nos reímos, qué nos causa gracia”
El actor y humorista vuelve con uno de sus personajes emblemáticos y aborda a la recordada Juanita, asistente de la inolvidable Doña Petrona C. de Gandulfo
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Actor de raza, expresionista por definición, poeta del lenguaje, director y docente de teatro, desde que egresó de la Escuela Municipal de Arte Dramático, en 1987, el talentoso Damián Dreizik ha recorrido un largo camino junto a las artes escénicas, desde sus inicios en el under con el dúo Los Melli, junto a Carlos Belloso, hasta un presente que hoy lo encuentra con dos obras en cartel: Juanita habla, en su faceta de autor (Espacio Callejón) y Ricoletti (El regreso), unipersonal de su autoría donde también dirige y actúa, en Espacio Polonia.
Con la actuación de Mariela Acosta y la dirección de Vanesa Weinberg, Juanita habla es una comedia dramática que pone el foco en la tan mentada y querida Juanita, la asistente de la cocinera más famosa de la TV Argentina que nunca habló. Fiel a su patrona, trabajó en la televisión con ella y estuvo a su lado hasta la hora de su muerte, pero nadie conoció su voz.
“La idea surgió hace unos diez años, y es un misterio, como para mí lo es la creación. En principio me subyugó la imagen de Doña Petrona y Juanita, pero después entendí que era más importante darle voz a alguien que nunca habló. Eso me parecía muy potente. Había algo ahí, de lo no dicho, de la omisión, para indagar, imaginar esa voz. La idea del segundo plano también me interesó”, recuerda Dreizik el germen de esa pieza poética que propone justamente darle voz y protagonismo a esa mujer que siempre asistió desde un segundo plano, donde el humor absurdo también está presente.
Construida como un monólogo donde aparecen dos personajes (jefa y ayudante) evocados desde el cuerpo de la talentosa Mariela Acosta, Juanita habla se irá desdoblando en estas dos criaturas a partir de un logrado artificio teatral, todo un hallazgo de la directora Vanesa Weinberg frente al desafío de una sola actriz para interpretar dos personajes tan potentes, y consiste en un vestuario montable (y desmontable) de Doña Petrona, y a partir de este “truco” logra que el traspaso de un personaje al otro fluya con naturalidad frente a los ojos de los espectadores.
Ahora bien: ¿Por qué la decisión de una sola actriz para dos personajes? “Fue una decisión muy curiosa, porque en principio la obra estaba planteada para dos actrices, pero después de varias instancias en el proceso creativo, inclusive estando ahí en los ensayos, me di cuenta de que a mí lo que me interesaba era darle voz a Juanita, que la narradora de la historia fuera Juanita, pero que Juanita estuviera contenida también por su patrona, y así también zafar del lugar común, la lógica del amor esclavo, que no era cierta. Quería darle su mundo propio a la voz de Juanita, un mundo singular, que despegara también del realismo”, reflexiona el autor sobre su obra, que por momentos gira al surrealismo a través de los viajes/sueños de la protagonista por la exótica África negra o el lejano Oriente.
De esta manera, Juanita habla del encuentro, del aprendizaje, de las clases en televisión, del apogeo y la decadencia de su maestra y de la posibilidad de viajar mediante sueños a diferentes partes del mundo, donde aprende sofisticados platos de cocina para comenzar así a elaborar su propio libro de recetas.
Las andanzas de Ricoletti
Además de Juanita…, Dreizik subió a escena con un nuevo unipersonal de humor escrito e interpretado por él mismo, donde retoma la historia de su personaje insignia, el profesor de actuación Raúl Ricoletti, que regresa a los escenarios después de dos años de confinamiento pensando en… reinventarse.
“Ricoletti (El regreso) tiene extractos de distintos espectáculos de Ricoletti, y partes nuevas. En ese sentido es extraño, es una saga, porque son como capítulos. La idea es que se tiene que reinventar, porque el panorama ha cambiado, entonces cuenta algunas nuevas actividades que quiere emprender para agiornarse”, desliza Dreizik a propósito de este personaje que debutó en Cómico Stand Up allá por 2002, durante seis años participó como columnista en el programa radial Day Tripper, y más tarde reapareció en Sistema Garage y Automenaje.
Y suma: “Ricoletti es un personaje que me divierte mucho, me parece empático con la gente, y más allá de que es un actor con el cual tengo mucho de autobiográfico, es un tipo de actor desde un lugar muy reconocible, casi tierno. Tiene algo de la impunidad, y eso lo hace divertido. Y además aprovecho para reír y buscar el humor en un momento donde está muy duro todo, muy rígido, cuesta reírse. Y cabe preguntarse también de qué nos reímos, ¿no? Ricoletti me divierte y creo que la gente también puede hacer catarsis y reír con él sin problemas”, sigue Dreizik, cuya trayectoria artística, en general, está marcada por su particular sentido del humor.
“Las cuestiones creativas en general me salen con humor, a veces me propongo no hacerlo y me salen, aunque he hecho cosas que no tengan un humor descacharrante, también creo que hay humores distintos, por ahí un humor poético, o un humor más resultadista, va cambiando”, asegura Dreizik, un actor de raza atravesado por la expresión, siempre con una mirada y una reflexión detrás de las cosas, que sin dudas concibe la actuación más como una creación que como una lisa interpretación.
Muchos lo recordarán por sus numerosos trabajos en cine y en TV (Todo por dos pesos, Disputas, Loco por vos, Animadores, la serie Sandro). También ha escrito guiones para cine (Pájaros volando y Por un puñado de pelos), la obra de teatro Nenucha, la envenenadora de Monserrat, y dirigió Mozos y La máquina de negar toros. También publicó la novela, El Choclo (Imaginante), “una distopía delirante muy difícil de encasillar”, en palabras de su autor.
Hincha de Racing, en sus inicios trabajó como fabricante de sahumerios, constructor de marionetas y hasta se desempeñó como promotor disfrazado de caramelo Sugus en la costa atlántica. Sin embargo, asegura que su vocación de actor estuvo presente desde su primera juventud, cuando ya comenzaba a florecer todo el histrionismo y el expresionismo que lo caracteriza.
“Me defino como un actor que siempre trabaja con una mirada, y también como un autor que se auto gestiona en general, aunque me gustaría ya no auto gestionarme tanto, pero en general es lo que me pasa, escribo mis cosas, y eso está bueno porque puedo conciliar dos amores que son la actuación y la escritura”, apunta.
Consultado sobre su mirada del humor local en la actualidad, sostiene que es un momento difícil, y concluye: “Hoy es un momento difícil para el humor, porque hemos perdido de vista de qué nos reímos, qué nos causa gracia, o de qué nos tenemos que reír hoy en Argentina, y ese el desafío también. El humor siempre está y es necesario, pero no está fácil reírse… y bueno, hay que intentarlo y suena raro también, pero con armas nobles en lo posible”.
PARA AGENDAR
Juanita habla. De Damián Dreizik. Dirección: Vanesa Weinberg. Actriz: Mariela Acosta. A partir del 10 de junio, los sábados, a las 20, en El Extranjero, Valentín Gómez 3378. Entrada general, 3 mil pesos (por Alternativa teatral). Descuentos estudiantes y jubilados.
Ricoletti, el regreso. Unipersonal de humor escrito e interpretado por Damián Dreizik. Domingo 11 de junio, a las 20, en el teatro Espacio Polonia, Fitz Roy 1475. Nuevas fechas por IG @ damiandreizik.
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