Cuando nosotros los muertos despertamos: la última pieza de Henrik Ibsen
El director Rubén Szuchmacher permite observar la pieza a través de un velo de ensoñación
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★★★★ Autor: Henrik Ibsen. Dirección: Rubén Szuchmacher. Intérpretes: Claudia Cantero, Andrea Jaet, José Mehrez, Verónica Pelaccini, Horacio Peña y Alejandro Vizzotti. Vestuario y escenografía: Jorge Ferrari. Música original: Bárbara Togander. Iluminación: Gonzalo Córdova. Teatro: Nacional Cervantes, Libertad 815. Funciones: miércoles a domingos, a las 20. Duración: 70 minutos.
Es difícil pasar por alto la primera imagen del escenario cuando se levanta el telón. En las puestas del director Rubén Szuchmacher, siempre hay un cuadro de situación que no sólo refiere a la época y al espacio, sino también a la emocionalidad, la jerarquía y las condiciones en las que se encuentran los personajes. Los juegos de fuerza están pensados, las zonas libres y las que están ocupadas, los colores que dominan la escena y también la actitud de los cuerpos. Es algo que sucede en los primeros segundos en los que comienza la obra y que se volverá paradigma del espectáculo entero.
Su último estreno en el Cervantes no es la excepción. La primera imagen de Cuando nosotros los muertos despertamos instala una atmósfera que pone en jaque el concepto del naturalismo al cual fue asociado el autor de la obra, Henrik Ibsen. ¿Es posible que esta historia pueda observarse bajo la bruma de una ensoñación y una imagen evanescente?
Es la última pieza que escribió Ibsen, en 1899. Si bien es referente de un teatro de ideas que planteó dilemas sociales y morales, en este caso los caminos son más sinuosos, abarcan el simbolismo y exploran con una lupa al individuo. ¿Qué quiere decir realmente estar vivo?
Horacio Peña interpreta el papel de un escultor en crisis con el sentido de la vida por el arte que bien podría ser un alter ego del propio Ibsen. Claudia Cantero representa el polémico concepto de la musa y también aporta con su actuación esta fuerza más fantástica y surrealista que propone la pieza y Verónica Pelaccini es quien viene a sumar ironía y humor a ese mundo abstracto, pero sin dejar de enunciar algunos de los diálogos más vitales de este texto, vinculados a la idea de la libertad. También forman parte del elenco Andrea Jaet, José Mehrez y Alejandro Vizzotti.
Esta historia sobre un artista que quedó neutralizado por su mejor obra de arte, sobre la vida sin amor, sobre la inspiración y habrá que ver la búsqueda de la libertad bajo este manto que nos propone su adaptación. Un manto que expone la construcción de los modelos sociales y las preguntas más existenciales, que siempre tienen un último tramo de misterio.
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