Los Sutottos, cuando la máscara de la risa encubre la tragedia humana
Gadiel Sztryk y Andrés Caminos presentan Inestable; llevan más de 200 funciones y son un boom de la escena alternativa
Ya nos enseñó Woody Allen que no hace falta tratar temas graciosos para producir risa. Todo lo contrario: el regodeo con temáticas duras y sensibles que aterran al hombre -la muerte, las enfermedades, los desencuentros en las relaciones, la profunda soledad que sugieren los vínculos destrozados- puede llevarse a tal extremo que ese exceso produce la carcajada. Algo de esto sucede con Inestable, la última propuesta del dúo teatral Sutottos -compuesto por Andrés Caminos y Gadiel Sztryk- que va por su tercera temporada a sala llena, todos los sábados.
A los Sutottos les cuesta definirse. Hace doce años que conforman este dúo, con siete obras en su haber. Aunque el humor es el elemento que las une, cada una de ellas representó un momento distinto. No fue lo mismo cuando comenzaron a los 17 años en varietés, a las 5 de la mañana, con números sueltos, que cuando hicieron Los bagres -aquel espectáculo que ellos definen como más experimental- o cuando fueron seleccionados por la Bienal de Arte Joven, hace dos años. "Fue fundamental la participación de Andrea Garrote como tutora -repasa Sztryk-. Realmente la obra hubiera sido otra. Nos ayudó en la estructura dramatúrgica. Y además fue muy importante para nosotros ser seleccionados por un jurado. Nos dio un lugar que nunca habíamos tenido."
Inestable es una comedia, dicen con firmeza. Ya no puede ser considerado un espectáculo de humor porque aquí el hilo narrativo es claro y seguro. Su progresión, sus personajes, el abordaje de la temática del miedo tienen una contundencia suficiente para que se considere que estamos ante una comedia, y de las mejores. "Cuando vamos a hacer un espectáculo nuevo venimos con muchas ideas, después se va limpiando y queda una, más potente, y empezamos a investigar sobre eso -cuenta Caminos-. En un comienzo fue la muerte. Incluso empezamos a ensayar e improvisar desde ahí. Pero se nos hacía algo inabarcable. Sola se fue transformando en miedo a la muerte. El río principal es la muerte, pero los arroyitos son los miedos".
Es cierto que al teatro independiente le cuesta ofrecer propuestas de humor; más bien, su tradición se concentra en dramas, historias costumbristas e investigaciones sobre lo teatral. Pero Sutottos marca una diferencia. Recibe (y con los brazos abiertos) a todo el público por igual. "Nos interesa hacer teatro popular y llegar a la persona que consume otro tipo de teatro, comercial, por ejemplo. El humor tiene la posibilidad de llegar más fácilmente", reflexiona Sztryk, que no tiene tapujo en afirmar que lo que hacen es popular, un adjetivo que muchas veces se usa de modo peyorativo. Acá no, al contrario: se celebra que el gran público se sienta invitado al off.
El humor que proponen es inteligente, no hay vulgaridades ni dobles sentidos, sino una profunda investigación sobre la esencia humana llevada a un límite que provoca gracia. "En los últimos espectáculos entendimos que la gente se ríe de ver(se) en esos personajes y de verlos padecer. Además, nos dimos cuenta de que en realidad en todas las obras hacemos humor sobre algo trágico", dice Sztryk.
Los protagonistas de Inestable son dos sujetos atravesados por todos los miedos imaginables. Aparecen las fobias, las paranoias, la ansiedad, la obsesión, la negación. "Estos dos tipos tienen todos los miedos juntos. Y eso produce humor. Pero están padeciendo. No es una burla del miedo, al contrario, creemos que cuando se muestra en escena se vuelve más maleable y va perdiendo peso", cuenta Caminos. Esos dos personajes, León y César, están tan atravesados, limitados e impedidos por sus temores que no pueden más que dar gracia. Es en la exageración, en la exacerbación de esas emociones donde aparece el humor. Seguramente el público encuentre familiares a algunos de los miedos pero podrá transitarlos y reírse de ellos.
Aunque algunas de sus obras anteriores tuvieron una muy buena respuesta del público, Inestable es un fenómeno. Acaban de superar las 200 funciones. "Por suerte, la sala está siempre llena. Cuando se da eso en el humor, es una fiesta. Todos lo pasamos bien a pesar de que estemos hablando del miedo. Eso tiene algo de catarsis colectiva. Nos reímos de nuestros miedos por un rato", afirma Caminos.
A las historias bien contadas y a las actuaciones precisas se suma un eslabón más para completar el combo Sutottos: la música. Aunque Sztryk confiese ser una estrella de rock frustrada, lo cierto es que el sostén musical proviene de Caminos. El aporte de las canciones a sus propuestas le imprime frescura y claridad. "En general, son temas bien directos. No dejan dudas de los asuntos que abordamos", cuenta Caminos.
Dicen sentirse cerca de Los Macocos. Es que Daniel Casablanca no sólo fue su maestro de actuación, sino que, además, sigue de cerca cada proceso creativo de Sutottos, convirtiéndose en la persona a la que pedirle consejo. "Nos interesa tener un equipo de confianza al que consultar. Pero nosotros dos tomamos las decisiones finales. Desde nuestros comienzos, Daniel Casablanca es una persona a la que consultamos y escuchamos. Es casi parte del equipo e incluso dirigió algunos de nuestros espectáculos -repasa Sztryk-. Los Macocos hicieron una obra como La fabulosa historia de los inolvidables Marrapodi, que me parece preciosa, y creo que nosotros no podríamos hacer algo así porque necesitamos algo más existencial, más trágico".
Por eso les cuesta aceptar que son un dúo cómico. Insisten en que hasta ahora han encontrado en el humor una buena poética para volcar sus inquietudes pero que eso puede cambiar con el tiempo. "No buscamos desesperadamente la risa. A lo que hemos ido llegando con el tiempo es a hacer reír como una forma de emocionar, de conmover, de llegar al público. Pero lo cierto es que somos una vertiente del humor que aún no está encasillada en ninguna forma. No somos clown, ni stand up, ni improvisamos", afirma Sztryk. Por ahora, podría afirmarse que conforman un equipo creativo que hace espectáculos trágicos en clave de comedia.
Inestable
- De los Sutottos
- Sábados, a las 21.
- Beckett Teatro, Guardia Vieja 3556.