Cruces entre el teatro y las artes visuales
En el marco de un ciclo del Mamba, Mariano Tenconi Blanco realizó un ensayo sobre Rodolfo Walsh
¿Es posible releer a Rodolfo Walsh como si se tratara de un ready-made? Ésa es la pregunta central de Walsh Artista Contemporáneo, uno de los ensayos abiertos que forman parte de El borde de sí mismo: ensayos entre el teatro y las artes visuales, segunda edición del ciclo curado por Javier Villa y Alejandro Tantanian que se viene desarrollando en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba) con la participación de artistas argentinos e internacionales y el objetivo concreto de transformar al público en parte crucial de la obra. "El eje es la idea de ensayo como territorio compartido y sin fronteras visibles. El ensayo es prueba, pero también un desarrollo de argumentos. La obra se escribe y se gesta en la tensión entre la mirada del artista y la del público", explicó oportunamente Villa en referencia al ciclo. En El borde de sí mismo, los artistas convocados (en esta ocasión, además de Tenconi Blanco, los elegidos fueron Diana Szeimblun, Analía Couceyro y Santiago Loza) crean un proyecto que dialoga con una o varias de las obras del patrimonio del museo. "Partimos de la idea de seguir trabajando en la relación entre arte y política, pero desde la visión del arte contemporáneo -amplía Tenconi Blanco-. El arte contemporáneo ya no produce objetos, sino narraciones, hipótesis de lectura. En esa línea, nos preguntamos si la obra es un ensayo sobre arte y política, una conferencia performática, un cuento en vivo, una obra de teatro rara, una obra de danza contemporánea rara o sólo un experimento. Nuestra obra es también un homenaje. Seguramente oblicuo y deforme, pero creemos que la única revolución posible es la revolución de las formas".
Director de obras con muy buen recorrido en el circuito off como La fiera y Lima Japón Bonsai, Tenconi Blanco ya tenía la idea de trabajar sobre la figura de Walsh cuando le llegó la propuesta del Mamba: "Se cumplían cuarenta años de su desaparición y si bien tengo consensos y disensos políticos con él, me parecía que trabajar sobre esta personalidad era interesante como respuesta al regreso de aquellos discursos en donde se describe el genocidio como "guerra sucia" o se hace matemática con los muertos. Pero no me interesaba hacer una biodrama o algo por el estilo. La posibilidad que nos abrió el ciclo del cruce con las artes plásticas fue el marco que precisaba".
Este año Tenconi Blanco está viviendo temporalmente en Estados Unidos, gracias a la beca que le otorgó la Universidad de Iowa para participar del International Writing Program, la residencia para escritores más antigua del mundo: "Estoy hace casi tres meses con 35 escritores de 30 países. Estuvimos mucho tiempo en Iowa y después viajamos por Seattle, Chicago, Washington DC y Nueva York, donde estoy ahora. Es una experiencia increíble: di clases en universidades y en colegios. Aprendí mucho sobre otras literaturas. Me sirvió para repensarme como autor y, en algún punto, para ir más allá con algunas ideas. Escribí unas 35 páginas de una cosa extraña que decidí llamar obra de teatro, pero que no es nada parecido a lo que hice hasta ahora. Igual, siempre siempre estoy escribiendo. Creo que no encontré nada que me haga mas feliz que escribir y ensayar. Es una forma de la felicidad llena de dudas, miedos, nervios y estupidez. Pero es mi forma posible. Escribo textos que son más bien como novelas raras y que serán teatro porque luego vamos a montarlo".
Walsh, artista contemporáneo
De M. Tenconi Blanco
Hoy, a las 16 y a las 18.
Museo de Arte Moderno, San Juan 350. $ 50
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