Corre peligro la puesta de Esperando a Godot del San Martín por incluir actrices en roles masculinos
"Esto es y va a ser largo", advirtió la actriz Analía Couceyro en un extenso post que subió a su cuenta de Facebook y que con el correr de las horas se viralizó. El Complejo Teatral de Buenos Aires (CTBA) había recibido una intimación de la agencia francesa que tiene los derechos de la obra Esperando a Godot, de Samuel Beckett, para que el teatro oficial desistiera de poner en escena una versión de este clásico. Una de las cláusulas impuestas por el dramaturgo irlandés excluye a las actrices de representar la obra.
En la puesta, cuyo estreno estaba pautado para el 21 de septiembre en la sala Martín Coronado del San Martín, Couceyro iba a compartir escena junto a Roberto Carnaghi, Pompeyo Audivert e Ivana Zacharski. La actriz sería Lucky, el mismo rol que en 1996 hicieron Alicia Berdaxagar y Perla Santalla, en un recordado montaje realizado por Leonor Manso.
"Esta situación nos tomó de sorpresa y la consideramos anacrónica y discriminatoria. Seguimos buscando por todos los medios a nuestro alcance la manera de poder representar la obra en tiempo y forma con su elenco original. Mantendremos informados a todos sobre las instancias de este caso. Queremos presentar la obra con el elenco que ya se encontraba ensayándola", expresó Jorge Telerman director del Complejo Teatral de Buenos Aires.
El CTBA, del que depende el San Martín, pidió a la agencia literaria que revea la exigencia y que tome en cuenta estos ejemplos previos. "Me parece tan absurdo que no creo que semejante proscripción prospere en 2018, en este contexto histórico, en plena primavera feminista, en pleno auge sororo, en plena marea verde y en un país con ley de Identidad de género", dijo Couceyro en Facebook.
Por la mañana hubo reunión del directorio del Complejo Teatral de Buenos Aires y con Pompeyo Audivert, también director, para definir los pasos a seguir ante la prohibición. En un comunicado emitido por la tarde, las autoridades afirmaron que "!a versión de esta obra sobre la cual se pidió y otorgó autorización y sobre la cual se encontraba trabajando el elenco (conformado por mujeres y varones) junto al director y equipo creativo, fue estrenada en Buenos Aires en el año 1996, interpretada también por un elenco mixto".
"Compartimos con ustedes que esto significa para el teatro un problema grave puesto que el proyecto se encuentra en estado avanzado: contratos artísticos, vestuario y escenografía terminada –prosigue el comunicado–. Pero principalmente nos convoca a reflexionar sobre ciertos aspectos tales como qué significa hoy que un actor sea varón, qué hacemos con la voluntad de un artista si la misma transgrede nuestros valores y nuestra legislación, entre muchos otros interrogantes".
"Hemos intentado encontrar la manera de mantener en nuestra programación esta obra cuya fuerza política y filosófica es tan conmovedora. No obstante, consideramos que aceptar este planteo significaría poner en peligro a la obra, al equipo artístico, al mismo Complejo Teatral y a su público. Estaríamos convalidando un planteo anacrónico, absurdo y anti-artístico, con el cual definitivamente disentimos. Nos encontramos trabajando en encontrar algún punto de acuerdo que nos permita continuar con el proyecto tal como fue concebido. Si esto no fuera posible, la obra no será estrenada", concluye.
El viernes Jorge Telerman, director del CTBA, había convocado a su despacho a Analía Couceyro y a Ivana Zacharski para informarles que la agencia francesa dueña de los derechos de la obra los revocaba hasta que el elenco fuera únicamente masculino "como «deseaba Beckett»", escribe Couceyro en las redes. "Los dos personajes principales de la obra están también sometidos (a la miseria, a la desprotección, a Godot, a su espera). Pero, como suele suceder, estos sometidos, de alguna manera someten o desconfían de quienes están apenas un poco más por debajo en la cadena de sumisión que ellos, a Lucky y al Muchacho. Me parecía una lectura posible y actual que justo esos dos personajes fueran interpretados por mujeres", narra la actriz, que este año participó de dos montajes en el Teatro Nacional Cervantes.
Beckett estrenó Esperando a Godot en París en 1953. Tres años después, Jorge Petraglia hizo la primera versión en Buenos Aires en un teatro de la calle Florida. Actuaban Leal Rey (Vladimir), Roberto Villanueva (Estragón), el mismo Petraglia (Pozzo), Lucio Nodier (Lucky) y Ricardo Petraglia (Mensajero). Aquella puesta fue un hito: alguna vez, Edgardo Pavlovsly confesó que esa puesta le abrió un mundo que terminó marcando a su producción escénica. Petraglia la repuso en varias oportunidades.
Cuando lo hizo en 1975, el mismo Petraglia contaba que, en ese momento, en el imaginario del espectador, Godot tomaba las formas de Perón, que regresaba al país luego de su largo exilio. La puesta de Leonor Manso se estrenó en los años 90. Es de imaginar que la discusión sobre la versión que imaginó el Complejo Teatral sea recordada con el tiempo como "el Godot de la primavera feminista". O, como señaló Fanego en su cuenta de Facebook: "Al absurdo le han plantado el absurdo de un acto imperial, violento, patriarcal".
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