
Como hace treinta años
Pobres... ¡pero casi honradas! Libro y dirección general: Gerardo Sofovich. Puesta en escena: René Bertrand. Elenco: Paula Volpe, María Rosa Fugazot, Tamara Paganini, Carna, Larry de Clay, Ximena Capristo, Carlos Nieto, Rolo Puente y Mariana de Melo. Escenografía: Daniel Feijóo. Stage manager: Julián De Lara. En el Multiteatro. Duración: 90 minutos.
Nuestra opinión: regular
Un matrimonio que alguna vez estuvo en una excelente posición económica pierde todo su dinero por la afición de él por las carreras de caballos. Engañan a cuanto ser humano se les cruza por el camino como para sacarle unos pesos: a una chica desocupada, a la hermana de ella y a un primo estanciero. Al final, todos terminan felices: engañados y tránsfugas.
Hay un formato de comedia ligera, ligerísima, que no cambió mucho desde los años 70 y 80. Parece que sigue dando buenos resultados porque no se renueva demasiado.
¿Cuál es la fórmula? Chicas esculturales que dejan ver parte de su anatomía y que, en algún momento se caen con la cola parada; señores gordos de traje; personajes arquetípicos como un gay amanerado a lo Vicente Rubino que se agacha frente al gordo de turno; vestidos imponentes para estar "de entre casa"; la exaltación del "piola porteño", la idea de trampa como salvación y una marcada cultura del sinvergüenza.
Para alguien que suele ver cuanta obra de arte hay sobre los escenarios porteños, resulta rara esta fórmula, como si estuviera fuera de su entendimiento. Pero parece que a mucha gente le gusta o que este tipo de género tiene que ser así: con mensajes cuestionables, machistas y muy homofóbicos. En 2007.
Quien esto escribe fue a ver esta comedia con la mente abierta y con ganas de divertirse. Pero le resultó imposible poder aceptar los conceptos que se vierten en la trama.
Sofovich es un buen director y queda demostrado que hace hablar hasta a las piedras. Bien auxiliado por René Bertrand en el desplazamiento escénico, ya que casi siempre hay muchas personas sobre el escenario. La escenografía hiperrealista de Daniel Feijóo es funcional y creativa.
Actuaciones
Larry de Clay y Paula Volpe serían algo así como los protagonistas. El primero está muy lejos de la altura de aquellos capocómicos de los años 70 u 80. Le faltan gracia y seguridad, que son virtudes que despliega Paula Volpe, como su esposa. Entretanto, Carna, María Rosa Fugazot y Tamara Paganini son simpáticos y eficaces.
Cuesta creer cómo Carlos Nieto, aquel actor de El caso Pignataro-Sánchez, esté haciendo esa antigua y ofensiva machietta de un gay.
El resto del elenco sólo está sobre el escenario.