Colón-Ring, un Wagner sin Wagner
Hoy se anunciará la desvinculación de la bisnieta del compositor
Aunque el anuncio oficial se producirá hoy, la mega (y compactada) versión de El anillo del nibelungo , de Richard Wagner, que el Teatro Colón estrenará mundialmente el 27 del mes próximo, no contará con el ilustre apellido de otra Wagner, Katharina, bisnieta del compositor; asociada de lujo de este evento.
Ayer por la mañana llegó de Alemania Katharina Wagner. Vino con tres valijas, aunque su estadía no será de seis semanas, como estipula el contrato de la puesta de Colón-Ring. Al mediodía fue al Teatro Colón, en donde se reunió con Pedro Pablo García Caffi, el director de la sala. El encuentro fue breve. Por ambas partes estuvieron sus abogados. Allí pusieron el punto final (o le habrían puesto, para ser precisos, ya que nada es oficial) a la asociación anunciada con bombos y platillos. Al parecer, y luego de directas e indirectas acusaciones entre ambas partes, habrían llegado a un acuerdo por el cual la bisnieta del compositor se desvincularía de este megaproyecto anunciado el año pasado, en Berlín, que por consiguiente ya no la contará como directora de escena y artística. Por su contrato, la también directora del Festival de Bayreuth cobraba (o iba a hacerlo) 1.130.040 pesos.
Ayer por la mañana también arribó Roberto Paternostro, el director de orquesta que reemplaza al francés Julien Salemkour. Ayer mismo ensayó en la sala mientras los equipos de abogados de ambas partes buscaban una forma elegante para que ninguna de las partes salga herida.
Al mismo tiempo, como se anticipó en la edición de ayer, comenzó a implementarse el plan B: traer a la directora argentina Valentina Carrasco para que se haga cargo de la puesta. Carrasco, integrante del grupo catalán La Fura dels Baus, ya conoce el Teatro Colón. De hecho, bajo el paraguas de La Fura, montó El gran macabro y, este año, Edipo. La ópera El gran macabro la estrenó en medio de una fuerte medida gremial que impidió realizar la puesta según venían realizándola en distintos escenarios del mundo. Esta vez, nuevamente, deberá trabajar en situaciones un tanto extraordinarias. "El destino es algo que no se puede evitar", dijo cuando presentó Edipo en la sala. El destino vuelve a ponerla en un lugar que dista bastante de ser el imaginado hasta haces pocos días.
Carrasco, de llegada inminente, vendrá con su propio equipo creativo. Fuentes no oficiales aseguran que la escenografía ya construida según los plazos previstos (esto dicho por el mismo García Caffi el viernes pasado) será la que utilice Carrasco. Algo similar podría suceder con el vestuario diseñado por Thomas Kaiser (que también llegó ayer, en el mismo vuelo que Katharina). Pero esos aspectos seguramente forman parte de las negociaciones que intentan despejar problemas contractuales y de derechos de autor.
Después de su anterior visita a la sala, Katharina Wagner dijo a un periodista de la agencia DPA: "[En el Colón] no había nada preparado para el ensayo, no podría haber ensayado ni una sola escena con los cantantes y no se había empezado ni un vestido ni una peluca. Lamentablemente encontramos unas condiciones en las que no se puede trabajar". Sumado a eso, parece ser que las veces que intentó tomar diálogo con las autoridades por mail no habría obtenido respuesta.
Esa visita relámpago fue hace 9 días. Cuando se conocieron sus declaraciones en Buenos Aires, por lo menos hasta el viernes, García Caffi no tomó contacto con ella. Hoy, todo hace prever que se anunciará que la bisnieta de Wagner ya no formará parte de la puesta. Lo cual le permitirá a ella hacerse cargo de la dirección artística de un espectáculo que tendrá lugar en una planta automotriz de Audi, 16 días antes del estreno mundial de Colón-Ring.
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