Circuito de teatro alternativo: entre clásicos de largo aliento y la vuelta de piezas de culto
La oferta de la escena independiente porteña se nutre de reposiciones de obras texto, performances coreográfica o comedias dramáticas desbocadas a cargo de creadores de enorme talento
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Por fuera de la nutrida agenda de espectáculos infantiles y por fuera de las grandes marquesinas del teatro comercial, el vasto, generoso, amplio y creativo circuito de la escena alternativa se nutre de montajes de largo aliento que, para placer del público, se arman de un lugar en la programación de salas del circuito independiente o en salas de Corrientes. En este panorama conviven artistas como Marilú Marini, Claudio Tolcachir, Diego Velázquez, Alejandra Flechner, Diana Szeinblum o Paola Barrientos que están presentando (o lo están por hacer) sus obras en salas de Parque Patricios, Villa Crespo, Boedo o el mismo microcentro porteño.
La impresionante trayectoria de una familia funcional
Si de clásico de clásicos se trata, en Timbre 4, aunque usted no lo crea, se sigue presentando La omisión de la familia Coleman, la historia de “una familia viviendo al límite de la disolución”, como se lee en la información de esta obra de Claudio Tolcachir. Los Coleman comenzaron su recorrido un fin de semana de agosto de 2005. O sea: nada de disolución y nada de familia disfuncional (como tanto se escribió sobre ese tópico cuando se estrenó esta obra). En todos estos años, este espectáculo tan desbordado como querible se presentó en más de 35 festivales internacionales, ganó infinidad de premios, pasó por una sala comercial porteña y volvió, siempre lo hace, a Timbre 4, la sala Boedo en donde nació este fenómeno del teatro argentino. Actualmente, las funciones se realizan los viernes, a las 21.
La obra que no es esto ni aquello de Almagro
No hay banda, de Martín Flores Cárdenas, no tiene el millaje de los Coleman (de hecho, se estrenó en noviembre de 2021). Pero esta propuesta que “no es teatro documental como tampoco una conferencia performática” (o sí, y poco importe) desborda intensidades diversas. “Si el experimentador es quien se anima a salir del perímetro y dar un paso por fuera de su zona de seguridad o por los espacios ya probados por otros creadores, la última propuesta de Flores Cárdenas es una oda a ese momento frágil, incierto y poderoso de la experimentación”, aseguraba la crítica de LA NACION. Esta verdadera ceremonia teatral que transita por formas no recorridas se presenta en un lugar mágico como es Casa Estudio Teatro, de Almagro. No hay banda está haciendo funciones los lunes, a las 20.30.
Cuatro fieras desatadas dispuestas a todo
Zulma, Martita y Estela se juntan en casa de Raquel a tomar el té, charlar y jugar a las cartas. Pero entre masitas, peinados con spray, manteles con flores, polleras ajustadas y escotes generosos, las amigan pierden todos los límites de la corrección política. Se trata de Tarascones, la obra en verso de Gonzalo Demaría y dirección de Ciro Zorzoli que se estrenó en el Teatro Cervantes en 2017. Desde ese momento, pasó por otras salas hasta que este delirio con estas cuatro tremendas actrices (Paola Barrientos, Alejandra Flechner, Eugenia Guerty y Susana Pampín) actualmente está realizando funciones en el Metropolitan, una de las salas del eje de la avenida Corrientes que suele nutrirse de producciones con creadores vinculados con la escena alternativa. La mesa del té de Tarascones se sirve todos los martes, a las 20.
Cuando la danza folklórica habita otros paisajes
En la temporada de 2016, como parte de un ciclo que tuvo lugar en el Teatro de la Ribera, la talentosa coreógrafa Diana Szeinblum estrenó ¡Adentro!. En esta exquisita propuesta, la creadora investiga los movimientos que componen las danzas folclóricas reparando en cualidades gestuales llevadas a su mínima expresión, a la condensación de capas para cargarlas de nuevos sentidos. En todo este tiempo, el trabajo con música de Axel Krygier en los que Pablo Castronovo, Bárbara Hang y Andrés Molina se apoderan de sonidos y paisajes diversos de nuestra geografía anduvo por diferentes salas. En esta nueva temporada, están haciendo funciones en El Galpón de Guevara, del barrio de Chacarita, los sábados, a las 22:30.
El amor que hace (muy) bien
El amor es un bien es otra obra de largo aliento. Se estrenó en el viejo teatro Moscú en 2015. Desde ese momento pasó por festivales, cosechó infinidad de premios y se mudó al nuevo Moscú que también habita el barrio de Villa Crespo. En esta creación de Francisco Lumerman inspirada en Tío Vania, de Chejov, la acción transcurre en un viejo hotel venido a menos de un pueblo patagónico en el cual se encuentran distintos personajes en medio de un relato inteligente y sensible de una exquisita melancolía. Va los domingos, a las 20. Aunque pueda parecer lo contrario, parece ser un excelente día para esta propuesta capaz de iluminar cualquier sospecha de bajón melancólico porque, decididamente, la obra hace bien.
El éxito de un fracasado
En esta especie de operativo retorno, el fin de semana próximo vuelven varias otras obras que han tenido una exitosa y merecida trayectoria. Por empezar, retoma su contacto con el público El escritor fracasado, el teatro de Roberto Arlt dirigido por la gran Marilú Marini con la impecable actuación de Diego Velázquez. La obra se estrenó en el 2017, en el Teatro Nacional Cervantes, pasó luego de la pandemia al circuito alternativo y, ahora, esta compleja y fascinante propuesta cargada de sutilezas y de extremo complemento entre el texto, la puesta y el trabajo actoral hará funciones en el teatro Picadero, los miércoles, a las 20.
La vida como una mercancía performática
Dos temporadas atrás, la bailarina y coreógrafa Mayra Bonard estrenó Vivir vende junto a los bailarines Federico Fontán y Damián Malvacio. “Nos reímos de todo. De la moda, de la precariedad, de ser pobres, de ser lindos”, decían en el programa de mano que tenía algo de manifiesto. Durante la performance, se irán articulando cuestiones vinculadas con las vidas de ellos, sus búsquedas en medio de una sucesión de escenas en la que los tres intérpretes sacan a relucir una fuera expresiva que se ha ganado elogiosos comentarios críticos. Luego de haber pasado por otras salas, desde la semana próxima se mudan a Planta Inclán, la bella sala de Parque Patricios. Esta vez, la vidriera de Vivir vende se abrirá los viernes, a las 21:30.
Stanislasvki en modo evocado y reformulado
Cerrando el tríptico de obras que están alistándose para volver al ruedo en pocos días está Fantasmatic invocación Stanislavski, otra propuesta de Ciro Zorzoli que hizo sus primeras funciones en 2019, antes de la pandemia. En esta maravillosa propuesta de una fuerte carga poética sobre el juego teatral, los 6 intérpretes logran todo el tiempo una perfecta sincronía entre ellos, tanto en el modo de habitar el espacio, los silencios, los giros irónicos y el diseño coreográfico. En este caso, la obra que se estrenó ya hace tiempo en el Cultural San Martín volverá la semana próxima al escenario de El Portón de Sánchez, de Almagro, con funciones los domingos, a las 18.
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