Cecilia Ce: la sexóloga “rockstar” que sabe todo lo que el público teme preguntar y es un fenómeno teatral imparable
Desde el año pasado, su espectáculo Beer & Sex Night ha realizado todas las funciones en Buenos Aires a sala llena, en el Paseo La Plaza y el Metropolitan Sura: lo mismo sucedió cuando hizo temporada en Mar del Plata y en Carlos Paz
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Domingo, siete y media de la tarde. En la puerta del teatro Metropolitan Sura se empieza formar una fila de gente para ver a Lic. Cecilia Ce / Beer & Sex Night. Dos chicas que pasan por la vereda de Corrientes, sorprendidas por la cantidad de espectadores, le preguntan a una de las que está esperando para ingresar el nombre de la obra. No lo sabe. Mira a su amiga, quien pone cara de tampoco saber. “Es la de Cecilia Ce”, responden a coro. Ésas son las palabras claves del fenómeno de audiencias que encara esta sexóloga que abrió su cuenta de Instagram en 2016. Desde ese momento, su forma descontracturada, empática y directa para encarar temas sexuales fue adquiriendo una fuerza que, seguramente, ni imaginó por entonces. Devenida en sexinfluencer, parte de sus fieles seguidores aguardan ahora para verla y convertirla en fenómeno teatral.
Una hora antes de la función, escribió en sus redes: “Lo que corta la inspiración es pensar en el resultado”. Hacía referencia a ese mito de que el orgasmo está establecido como meta de una relación sexual. “Disfrutemos del mientras tanto”, cerraba. Los espectadores que esperan que comience la función parecen estar dispuestos a disfrutar el “mientras tanto” del domingo a la noche. A las 20, debería empezar su show didáctico o conferencia performática (de algún modo habrá que llamarlo). Pero, no: es imposible ser puntual. Nadie se queja, es parte del juego. Un juego del cual, claramente, las mujeres son mayoría. Llegan en grupo, entusiasmadas, vestidas para la ocasión. Las entradas las adquirieron hace ya tiempo. Las 800 butacas del Metropolitan se agotaron en cuestión de horas y hace semanas, aunque no se recuerde el título del espectáculo. El detalle “epocal” forma un entramado sociocultural sobre el cual se catapulta esta rara avis del teatro comercial local.
En el hall del Met hay un puesto de venta de juguetes sexuales y cremas, entrega de preservativos y la posibilidad de adquirir los libros de Cecilia Ce: Vinculear, Carnaval toda la vida y Sexo ATR, todas convertidas en furiosos éxitos de venta. Adentro, todo está listo para que aparezca una estrella de rock. Sin embargo, la líder de esta banda es una psicóloga y sexóloga de 35 años que busca terminar con tabúes, mitos y mentiras sobre la sexualidad humana a través de las redes sociales y, por supuesto, este espectáculo.
Todo este gentío expectante un domingo por la tardecita no apareció de la nada. El primer show, que fue propuesto por una seguidora de Cecilia Ce, tuvo lugar en noviembre de 2018, en un bar de Las Cañitas. En ese local de unos amigos, se habían conocido Cecilia Ce y su pareja, Juan Pedro Valle (encargado de la operación técnica en vivo de la pantalla y el coautor del guion del show). Al debut escénico de la pareja fueron 40 personas para un show que duraba dos horas. Más allá de ciertos desajustes, la cosa funcionó, les gustó hacerlo. Con el tiempo, fueron ajustando tanto el texto como las proyecciones que, decididamente, son el otro gran atractivo del espectáculo. De ese formato onda café concert, con gente tomando una cerveza (de ahí el título, que nunca cambiaron al estar registrado) se animaron a pasar a salas teatrales en Mar del Plata, Montevideo, Córdoba y La Plata. Superado el miedo escénico, vino el “temita” de la pandemia y cada uno a su casa. Pero Cecilia Ce siguió sumando seguidores.
Apenas el público pudo volver a la salas, Cecilia Ce debutó en el Paseo La Plaza. Cuando el aforo permitido era del 30 por ciento, llenó la capacidad de la sala Pablo Picasso. Lo mismo pasó cuando se amplió al 50 por ciento y, luego, al 70 por ciento. En el momento en el que se permitió trabajar al 100 por ciento, Lic. Cecilia Ce / Beer and Sex Night fue la primera obra comercial en llenar la sala luego de más de 18 meses de medidas sanitarias. El fenómeno no tenía techo: en enero último, hacía funciones semanales tanto en Mar del Plata como en Villa Carlos Paz. En uno de los registros estadísticos de Aadet, la entidad que nuclea a productores de la escena comercial, en La Feliz esta propuesta apareció en el top five detrás de la comedia de Nicolás Vázquez, el show de Martín Bossi y el de Fátima Florez. En la misma semana, lo mismo sucedió en la villa cordobesa.
Este año, el show de “la rockera del sexo” sigue el camino de Alessandra Rampolla; pasó de la sala Picasso (con capacidad de 438 butacas) a la sala principal del Metropolitan Sura, con 804 localidades, que también forma parte de La Plaza. Apenas salen los tickets a la venta, se agotan. Llevaron 2100 personas en Rosario, donde las entradas se habían agotado en menos de 24 horas. El Consejo de la ciudad santafecina nombró a Cecilia Ce como visitante distinguida “por su aporte en educación sexual integral con perspectiva de género”. En la última estadística de taquilla de Aadet, tuvo el 98 por ciento de las butacas ocupadas en las dos funciones que realizó. Solamente fue superado por Inmaduros, la comedia con Adrián Suar y Diego Peretti, ganándole a espectáculos establecidos como el de Roberto Moldavsky, el musical Kinky Boots y Los Bonobos. Claramente no es necesario que sus fieles seguidoras recuerden el nombre del espectáculo.
Volvamos al Metropolitan. Empieza el show y comienza el delirio de la platea. “Muchas chicas... Grupos de flacos...., no, ¿no? Si los hay, son los extras que contratamos”, ironiza Cecilia en su primer contacto con sus seguidoras y seguidores. “Sería un milagro que estuvieran ellos”, suelta en voz alta un espectadora cerca de quien esto escribe, rodeado por mujeres que, mayoritariamente, tienen entre 25 y 35 años (en los inicios, el público todavía era más joven). Apenas comienza queda claro que del manual de conducta para el espectador teatral habrá que olvidarse (como de la cerveza prometida por el título del espectáculo). Se puede gritar, se puede sacar fotos, se pueden hacer historias en Instagram en vivo y todo lo que la redes y la creatividad personal permita. De hecho, toda esta gente que está llenando hasta la última fila de la sala (una de las más grandes de la calle Corrientes) también es agente de prensa, difusor o community manager de esta licenciada cuya cuenta de Instagram supera largamente el millón de seguidores. Desde el punto de vista de producción, el show o clase performática de ESI (Educación Sexual Integral) suma a todos ellos para dar forma a este rito catártico, empático y liberador, y sobre todo, cargado de humor. Ese fino hilo conductor es uno de los tantos hallazgos de esta rockstar.
Desde la puesta, la utilización de la pantalla es su carta de triunfo. Cecilia Ce no realiza cambios de vestuario y está lookeada como una de las tantas espectadoras cuando se sacan sus abrigos. Pero todo el tiempo entra en diálogo con las imágenes, con los memes o los comentarios reales que aparecen proyectados en la pantalla gigante. En general, ni la mira. Desde la cabina, su marido (cineasta que cursó Bellas Artes) va proyectando imágenes ya configuradas a las que se suma ingeniosas frases en respuesta inmediata al aquí y al ahora sobre temas como el tamaño del pene, el punto G, la masturbación, los fluidos o las posiciones sexuales. La articulación entre lo que ella dice y lo que la pantalla muestra es perfecta. Es el otro personaje del unipersonal. Durante los 100 minutos que dura el show, la sexóloga solamente deja en un momento el escenario, que sabe ocupar a lo largo de todo el show con un especial manejo del espacio. En ausencia de Cecilia C se proyecta la famosa escena del restaurante de la película Cuando Harry conoció a Sally en la que Meg Ryan finge un orgasmo para demostrar un punto al personaje de Billy Crystal.
A lo largo del espectáculo, entre infinidad de bromas matizadas siempre con información, la “catedrática” nunca olvida su rol. Se mete con el guion establecido de cómo deben ser las relaciones sexuales, con ciertas deformaciones de la realidad que genera la industria del porno y con los preconceptos acerca de cuál es el parámetro a seguir. Todo lo dice en modo charla de amigas. Minuto tras minuto derriba tabúes, siempre tomando como base una sexualidad “plena, consensuada y segura”. A lo sumo, se le podrá objetar que su línea discursiva está demasiado centrada en la heterosexualidad. Casi al final, Cecilia pregunta a la platea el motivo por el cual decide tener relaciones sexuales. Ese simple ejercicio de reflexión habilita respuestas de todo tipo que, como cada vez que abre el micrófono, ella siempre se encargará de recordar, reflexionar, asimilar, mientras el señor de la pantalla muestra sin filtro alguno lo que piensa o pensamos los que estamos en las butacas.
En ese diálogo entre Cecilia Ce, la pantalla y la audiencia sostiene este fenómeno, basado en un tema que atraviesa a la historia de la Humanidad. Pero la dupla conformada por Cecilia Ce y Juan Pedro Valle excede a lo que sucede en escena. Cuando hacen giras, ellos mismos suelen convertirse en manager y productores ejecutivos del show. En sus giras por las provincias, podría pensarse que el conservadurismo de las ciudades más chicas podría ser un impedimento. Pero no: Cecilia Ce / Beer & Sex Night arrasa igual. A lo sumo hay menos participación de la platea. Como espectáculo de ruta es perfecto, porque no hay que cargar con escenografías ni vestuario. En el escenario solamente hay una mesa con un juguete sexual, dos vasos de agua, un estructura que simula ser un clítoris y una especie de almohadón devenido en vagina. Nada más. Desde la perspectiva del negocio, el show es el sueño de todo productor de sala ¿Por qué, entonces, no hacer funciones de jueves a domingos?. Contesta la sexóloga a LA NACION: “No es único que hacemos. Recordá que yo soy sexóloga y que esto es una pata más. No quiero que el show me termine comiendo. Es muy tentador hacerlo toda la semana, pero hay que saber parar”.
Casi a las 22, Lic. Cecilia Ce / Beer & Sex Night (el show que tiene algo de stand up, pero no; el que tiene algo de unipersonal, pero tampoco, porque la pantalla es otro personaje) culmina entre aplausos y más aplausos. Ella desaparece del escenario dejando, como toda típica profesora, tarea para el hogar. Comienza la lenta salida de estos fans hacia Corrientes. Muchos de ellos se detienen en el stand de ventas y compran un libro, la remera o el juguete sexual. La próxima reunión en el Metropolitan Sura será recién el 6 de agosto. No es difícil imaginar que, como viene sucediendo desde 2021, otra vez las entradas se agoten en horas. “Somos seres de contacto -dice y repite ella como en un mantra-. En los tiempos actuales, el sexo es el punto de inicio de un vínculo”. Todo esos cuerpos en contacto ahora caminan por la avenida, tal vez esperando llegar a algún lugar para hacer la tarea. Solos o acompañados, todo vale.
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