Casi normales: el musical argentino de culto cosecha fanáticos en España
La puesta comandada por el publicista Pablo del Campo ya tiene 3.920.000 interacciones en redes sociales y 530 funciones; desembarcó en Madrid con gran expectativa y se repone en Buenos Aires por séptima vez
MADRID.– “¿Quiénes son?”, se preguntan varios al ver a un grupo de cuatro hombres y dos mujeres paseando por la capital española con cámaras que los siguen por todo el barrio La Latina para filmarlos o fotografiarlos. Están de largo, de esmoquin, y ellos mismos llaman la atención. Hasta que un grupo de jóvenes de veintipico estalla de felicidad al darse cuenta de que se trata del elenco argentino de Casi normales.“Es que los he visto durante años en YouTube y en las redes sociales. No puedo creerlo ”, dice Alicia, de 23, confesa fan de la obra desde que se estrenó en Broadway, en 2008.
El misterio se devela y todos los presentes en el estreno de prensa de la versión madrileña de la obra saben que algo distinto ocurrirá. Todos conocen esta obra, que fue un éxito tremendo en la Argentina y que es dirigida aquí por la misma persona: Luis Romero. Preludio de estreno, alfombra roja, todo el mundillo del musical madrileño presente, el histórico teatro La Latina, los flashes, la expectativa… y el misterio. Pareciera el resumen de lo que siempre ocurre en una première teatral, pero lo que sucede no es lo mismo. Durante toda la obra, el más absoluto silencio, con pocos aplausos entre cada número musical. Todos atónitos, sorprendidos. Sobre los últimos 30 minutos, lo que ocurre siempre en otras ciudades: un concierto de sollozos en la platea y una ovación de pie. Sobre todo en aquella primera función en la que, además, tuvieron de yapa a los argentinos y a la norteamericana Jennifer Damiano (parte del elenco original de Broadway) interpretando “Luz”, como batacazo emotivo que golpea el alma. Madrid hoy habla de Casi normales como “la rara avis del musical”.
Los argentinos son Laura Conforte, Martín Ruiz, Fernando Dente, Manuela del Campo, Mariano Chiesa y Franco Massini, actual elenco de esta obra que se reestrena hoy por séptima temporada, esta vez en el bellísimo Teatro Astral. En España ellos siempre estuvieron acompañados por el equipo de personas que comanda –en Madrid y en Buenos Aires– el publicista Pablo del Campo, una topadora creativa que ama esta obra y la lleva a lugares que no transitó ninguna otra del género en la Argentina. Solo basta repasar los números: 3.920.000 interacciones en redes sociales (a través de contenidos exclusivos en Facebook, Twitter, Instagram y YouTube) y 530 funciones. Hace cuatro años pusieron de pie a todo el Lincoln Center en un concierto que compartieron con el elenco original de Broadway; luego hubo sucesivas movidas en las que ambos elencos interactuaron tanto en Buenos Aires como en Nueva York (11 shows en total) y ahora, en España.
Cabe mencionar que Casi normales, de Brian Yorkey y Tom Kitt, es ganadora del Premio Pulitzer, de 3 Tony y de 8 Premios Hugo, incluyendo el de Oro. Trata la historia de una familia compuesta por Diana, un ama de casa con serios problemas de bipolaridad que se enfrenta a diario con el mundo de las pastillas y los psiquiatras. Junto a ella están Dan, su incondicional y abnegado marido; Natalie, una hija que se siente invisible en su casa, y Gabriel, el hijo que a pesar de todo quiere quedarse. No es desacertado señalar que el teatro musical tiene un antes y un después desde el estreno de Casi normales (Next to Normal). Pablo del Campo, casi como eslogan, dice que esta obra “es un movimiento que genera lealtades que van más allá de la razón”.
“Ser normal no me interesa. Ser normal no es tan normal, pero ser… casi normales no está tan mal. Ser casi normales, quiero eso y nada más”. Es lo que Natalie le dice cantando a su madre en uno de los momentos más emotivos de la obra. Y en ese concepto es donde se define y explica la devoción que tiene el público por esta pieza, que, a diferencia de muchos musicales, no es un espectáculo de entretenimiento, sino de comunión entre lo que ocurre sobre el escenario y en la platea. Y contra los que dicen que los dramas no funcionan. “La obra encontró su público. El teatro es teatro y sin anestesia. No hay que advertirle nada a nadie. Cuando Casi normales encontró a su público, tomó otra dimensión. Nuestra séptima temporada no tiene nada que ver con la primera. El título te da orgullo. Me dan orgullo mis compañeros porque somos como uno. Tenemos tatuado Casi normales en el alma”, afirma con contundencia Fernando Dente, que está en el elenco desde el comienzo, pero ahora dejará su rol de Henry para encarnar a Gabriel, papel que antes hacía Matías Mayer.
Quien encarna esta vez a Henry es el jovencísimo Franco Masini, quien admite que nunca es fácil incorporarse a un grupo que ya lleva tanto tiempo, pero logró que lo consideren parte de “la familia”. “Siempre me llamó la atención desde el primer día que la vi porque no solo es un musical, es un texto que te come. Es muy interesante cómo esa profundidad fluye también a través de la cascada de canciones, de la puesta del “Indio” Romero, de todo el conjunto. Es un combo muy fuerte”, señala el actor.
Los organizadores de esta obra que produce Javier Faroni aseguran que hay 10 fanáticos que ya vieron 90 funciones; otros 22 que la vieron en 80 oportunidades, más de 200 que fueron entre 30 y 50 veces, y unas 500, en más de 3 ocasiones. Un boom para un espectáculo que celebra al loser, que muestra a una familia de clase media con muchísimos trastornos, a un grupo de “casi normales”. “El teatro es ciento por ciento sanador. Por suerte podemos decir que hay tantos fanáticos de una obra ganadora de un Pulitzer y no de una porquería, que en nuestro país suele ocurrir. Una acomodadora de El Nacional nos decía: ‘Entro un ratito, me hago un lavado de llanto y sigo’. La obra es como una pantalla en blanco. Proyectás lo que necesitás en ese momento y con una música muy poderosa”, explica Dente. “Cuando los actores estadounidenses llegaron a Buenos Aires no entendían cómo podía seguir estando tan presente la obra, luego de tanto tiempo. Es un fenómeno muy especial en la Argentina”, agrega Mariano Chiesa, quien encarna a los dos profesionales que tratan a Diana.
Antes del estreno madrileño, ambos elencos tuvieron una recepción importante en la embajada argentina. Allí, Nina, famosa intérprete española que protagoniza aquella versión de Casi normales, no podía salir de su sorpresa porque los argentinos no paraban nunca de pronunciar la palabra “terapia”. Claro, el psicoanálisis es parte de nuestra cultura y en España no suelen hablar de psicología o de psiquiatría. Por lo tanto esta puesta fue también un descubrimiento para el público español, fue conocer todo lo que se esconde y lo que sale a la luz a través de las terapias. “Por la idiosincrasia del público español pienso que ellos sienten que se les viene un megacamión encima porque es muy fuerte lo que transcurre y repercute”, opina Chiesa. Es que el elenco local no solo hacía casi tres años que no transitaba la pieza, sino que, en algunos casos, les tocó verla por primera vez desde la platea. “Me emocioné mucho, quedé devastada –cuenta Laura Conforte, la protagonista–. Se mezclan muchas cosas porque no es habitual que uno pueda ver la obra que está haciendo. Pero me hizo revalorizar el texto que hacemos. Tom Kitt y Brian Yorkey (13 Reasons Why) son unos autores inmensos. No en vano se ganaron el Pulitzer… ¡Y por un musical, género que no suele ser considerado! En esta obra no hay grieta, no hay error, no cae nunca. Eso fue lo primero que sentí al ver la puesta española: tomé conciencia del obrón en el que me tocó participar. Es emocionante”. El elenco madrileño, compuesto por artistas del género, lo integran, además de Nina, el intérprete argentino Guido Balzaretti (brillante en una faceta muy personal y diferente de Gabriel), Fabio Arrante (tal vez quien mejor comprende a su criatura en esta versión), Jana Gómez, Nando González y Roger Berruezo. Casi normales es una pieza tan exigida que siempre requiere de alternantes para algunos roles. En España, la cantante argentina Silvia Luchetti alterna con Nina el protagónico femenino. En tanto, en Buenos Aires, la producción realizó exhaustivas audiciones para encontrar alternantes para todos los papeles. Los elegidos son: Silvina Nieto, Federico Llambi, Bruno Coccia y Rocío Hernández.
Sin dudas, muchos motivos como para ver nuevamente Casi normales o iniciarse en ese grupo que la convirtió en obra de culto.
UNA CONSTRUCCIÓN ESCÉNICA CONCEBIDA PARA IMPACTAR DE LLENO
MADRID (De un enviado especial).– Hace seis años, Luis el “Indio” Romero recibió una llamada telefónica de Javier Faroni para proponerle dirigir Casi normales; salvo por una sola experiencia (en Mi bella dama) no había estado al frente de un musical.
Pero le llamó la atención la “buena prensa” que tenía la obra. “Me sucedió algo: como siempre, quería empezar algo de cero. Pero estudié el proceso de la obra original y vi que se producía un fenómeno entre los dos autores y el director (Michael Greif). Formaron un trío con el que concibieron una cuestión espacial imbatible. Si rompía eso tendría que trabajar seis meses para lograr prueba y error. No podía caer en la soberbia de creer que mi cabeza me llevaría a descubrir un mundo que no vieron ellos. Por eso continuamos con esa concepción escénica original. Pero me llamó mucho la atención la fuerza dramática. Quise poner el acento en la actuación y en sus límites, que tenga sustancia el accionar, que no sea solo una construcción verbal”, reflexiona y rememora Romero, en una charla junto al supervisor musical español Xavier Torras (en Buenos Aires la orquesta está dirigida por Hernán Matorra).
“Fue muy interesante conocer a Xavi porque el mundo musical y el de la palabra revelan el punto de acción, de los sentimientos y la manera en que eso está unificado. Mi manera de trabajar es ver hasta dónde me puedo apartar de mi opinión, laburar a través de inferencia. Cuando resiste la lógica lo tomo como cierto y, a partir de ahí, construyo. Me pongo como espectador y sigo su mirada. Cómo lo atrapo para mantenerlo en vilo y que no se dé cuenta que está sentado, que haya una identificación tal que se sienta arrastrado”, completa.
Por su parte, Torras nutre con conceptos contundentes: “Casi normales tiene una singularidad que solo tienen las obras de Stephen Sondheim. Normalmente el teatro musical hace que te instales en una canción, en una idea, como si fuera un monólogo. Sin embargo, en este tipo de escritura dramático musical, la partitura acompaña constantemente a nivel dramático lo que está sucediendo”.
Fenómeno porteño
En Buenos Aires parece ser que los cambios serán muchos para los que ya la vieron varias veces y lo seguirán haciendo.
“El director le está dando una visión nueva a otras situaciones. Es fantástico ver otra versión de la misma escena y tener nuevas herramientas. El que la vuelva a ver va a volver a experimentar la sensación del primer momento”, concluye Martín Ruiz. “El Indio te lleva a redescubrir escenas que ya transitaste mucho y yo no paro de encontrarle matices a Natalie. Es un personaje muy cercano al de la protagonista de 13 Reasons Why”, agrega Manuela Del Campo.ß
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