Después de decir buen día, lo primero que advierte el dueño de casa, Federico Bal es que el perro no se toca porque es malo y muerde. En realidad, no es malo el pobre sino muy dominante, un macho alfa que no soporta compartir a su amo con otros. "Delante de él, no saluden a nadie", dice antes de enfrentarnos con una extraña raza mezcla de salchicha y batata. "Es un regalo de Marcelo Tinelli", acota Carmen Barbieri , que acaba de llegar a cara lavada, muy hermosa, con la mirada algo cansada de que nada es lo que parece. Tras la puerta, un parque con pileta, mucho verde, reposeras y Santiago Bal al sol.
"Tiene frío. Pero yo no soporto más el calor, antes me quedaba horas y horas como un lagarto pero ahora no", dice su exmujer y corre la silla. En rueda, entre los rayos del mediodía y la sombra de los árboles, los Bal-Barbieri se juntan en la casa del hijo para desmenuzar una pasión que explica sus vidas, la unión, la separación y la síntesis: ¿de qué hablamos cuándo hablamos de revista?
"No es nada fácil hacerla", dice Federico, el flamante director y uno de los protagonistas de Nuevamente juntos, un amor de revista, el espectáculo que la familia estrenó en Mar del Plata, con Valeria Archimó, Bicho Gómez, Sol Pérez y Mica Viciconte, y que post temporada llevarán a Buenos Aires.
—¿Por qué es difícil?
Federico Bal:—Porque la mujer hoy tiene una voz que antes no tenía. Y en la revista la mujer no hablaba, era solo un cuerpo, estaba cosificada -estoy generalizando porque no es el caso de mi mamá- pero sí el humor, el que hacía mi papá estaba pasado de moda, la gente cambió, todo cambió.
Santiago Bal: —Tenés razón, hijo, es así.
Federico Bal: —Por eso mostramos ese pasado y presente que conviven, lo que se mantiene, lo que no va más. Y la gente muere de amor por mi mamá y mi papá, los acepta, les pide un beso. Es un amor ya no de pareja pero sí de admiración entre ellos.
—Federico, en un principio ibas a estar en La jaula de las locas, ¿cierto?
Federico Bal: —Sí. Me llevó Pepe Cibrián porque el proyecto era con Pepe y Nito Artaza. Pero se pelearon y Pepe se bajó, por lo que decidí apartarme, en paz con ambos, y por idea del productor Guillermo Marín me animé a la dirección de esta obra pero, eso sí, como te decía, con muchos cambios en el contenido. El libro original era de papá pero lo corregimos varias veces, incluyendo esas discusiones.
Los estandaperos son unos mentirosos. Juan Verdaguer, hace 50 años, hacía su monólogo arriba de una escalera y tocando el violín, era equilibrista de circo
—Santiago, te burlás un poco del stand-up en el espectáculo.
Santiago Bal: —Es que los estandaperos son unos mentirosos. Juan Verdaguer, hace 50 años, hacía su monólogo arriba de una escalera y tocando el violín, era equilibrista de circo. Y estos estandaperos se creen que...
Carmen Barbieri: —No son unos pelotudos, son monologuistas, amo a los estandaperos.
Federico Bal: —Es un viejo cascarrabias. Imaginate el monólogo sin mi tamiz, era terrible.
Santiago Bal: —Ustedes tienen que saber el origen de la revista, de dónde viene: de revue, cuando en 1923 una compañía francesa lo trajo a Buenos Aires. Revue es revista, porque comentaban la realidad con humor. Y vedette podía ser Maurice Chevalier, hombre o mujer o conjunto, es la máxima atracción. En 1929 hacían topless en el escenario estas bailarinas o bataclanas, que no era despectivo para nada, era por el nombre del grupo, Bataclan.
Cuando yo era chiquita, una francesa trajo las aguas danzantes al escenario. Mi papá (Alfredo Barbieri) salía después con un secador y un trapo de piso a secar mientras hacía su monólogo
Carmen Barbieri: —Cuando yo era chiquita, una francesa trajo las aguas danzantes al escenario, mucho antes que Flavio Mendoza. Mi papá (Alfredo Barbieri) salía después con un secador y un trapo de piso a secar mientras hacía su monólogo.
Santiago Bal: —Qué lindas historias para contar en el escenario. ¿Ves? ¿En qué momento todo esto se convirtió en Vicky Xipolitakis peleándose con Celeste Muriega? No todo es "Bailando por un sueño" e inventarse un romance conmigo para salir en la tele.
—Perdón, ustedes fueron parte del Bailando...
Carmen Barbieri: —Sí, sí, y yo agradezco muchísimo. Yo ya era Carmen Barbieri antes del Bailando, no le debo nada a Tinelli, pero le agradezco la popularidad que me dio, soy una gran agradecida.
Federico Bal: —Yo también y yo no era nadie, no era Federico Bal. Solo que ahora elijo no estar. Y ahora se enoja. En Twiter dice que yo lo meo desde arriba. Marcelo (Tinelli) tiene ese humor.
Carmen Barbieri: —Toda nuestra familia lo respeta mucho a Tinelli, que quede claro.
Federico Bal: —Es que no quiero confrontar con exnovias, quiero preservar mi vida privada. Lo estoy intentando.
—Vas por otro perfil.
Federico Bal: —Sí, claramente. Este año estreno dos películas: Rumbo al mar, que hice con papá, una road movie de Nacho Garossino. El guión es de un amigo, Juan Faerman, viajamos de Tucumán a Mar del Plata, es muy emotiva, no es una película pasatista como muchos pueden pensar, es otra cosa. La otra es Crímenes imposibles, de terror y suspenso, de Hernán Findling. Estoy muy avejentado, un papel muy distinto para mí. Por eso no quiero que me vean peleando con (Marcelo) Polino y (Ángel) de Brito y no es menospreciarlos, no tienen que ofenderse por eso, es una elección porque son realidades que no conviven.
-¿Cuándo tocaste fondo con esa cuestión?
Federico Bal: —En 2017, cuando me peleé con mi última novia. Tengo 29 años y me pasé peleándome por cosas que yo no generé, móviles que te cruzan, qué sé yo, yo no soy solo eso.
—¿El elenco lo elegiste vos?
Federico Bal: —Sí. Valeria Archimó es la coreógrafa y una bailarina excelente. Es la mujer del productor Guillermo Marín como todos saben y por eso le decimos "la dueña".
Carmen Barbieri: —Recién ahora la gente la está viendo más, es de una exigencia tremenda, con mucha formación. Va a tener su propio espectáculo pronto que me gustaría dirigir sin estar yo arriba del escenario.
Federico Bal: —La primera vedette es Sol Pérez, que tiene un cuerpazo y frescura, hace un paso de comedia con mamá, a la gente le gusta mucho. Mica Viciconte es la primera vez que hace teatro, está aprendiendo y me hace caso, escucha, es buena compañera y tiene desfachatez, mucha personalidad. Y el Bicho Gómez, la gente se ríe muchísimo. Hicimos audiciones para los bailarines, es un elenco hermoso, una obra para la familia. Cuido los desnudos, el conchero, están muy vestidas. No queremos peleas, el que las hace, se va de la compañía.
Lo que hizo Fede me gusta mucho porque yo soy cómico por oficio, pero dramático por principios. Hago un poco de todo, con 62 años de trabajo, y se me está cumpliendo. A partir de ahora, puedo partir
—Santiago, ¿cómo te resuena todo esto? ¿Sentís nostalgia?
Santiago Bal: —Estoy cumpliendo un sueño, estoy viviendo en una nube. Yo quería esto hace años pero Carmen no y ahora se me dio. Lo que hizo Fede me gusta mucho porque yo soy cómico por oficio, pero soy dramático por principios. Hago un poco de todo, con 62 años de trabajo, y se me está cumpliendo. A partir de ahora, puedo partir. Estoy cumplido.
Carmen Barbieri: —Mentira, nunca se va a ir.
—Federico, ¿cómo se dirige a estos padres?
Federico Bal: —Papá me decía "señor director" y yo le pedía que no lo hiciera. Mamá me escuchó mucho, tuvimos algunas picas para que respetara algunas pausas y lo hizo. A veces me ponía muy efusivo, es que es una obra con mucho elenco, técnicos, tremendo vestuario, muchas decisiones, voy siempre modificando cosas.
—Carmen, ¿las guerras de vedettes se teminaron? ¿Por qué tantas peleas entre compañeras?
Carmen Barbieri: —¿Por mis peleas con Moria (Casán) lo decís? Ya hace tiempo que no tenemos ganas, ni ella ni yo. Pero llegábamos hasta un punto, eran graciosas, con humor, no estaban armadas pero había un límite, no éramos dos locas. En cuanto a otras peleas, no sé, cada uno hace su carrera como quiere y puede.
Santiago Bal: —¿Estás hablando de artistas o de chicas? Porque son cosas distintas. Los artistas no pelean en serio.
Carmen Barbieri: —Che, yo me peleé y soy una artista. Igual no me gustan las peleas, me quedo triste, he llorado muchas veces, no sirven para nada, no son parte del show, al menos para mí. No venden entradas.
—Federico, ¿cobraste el dinero que debe pagarte Nazarena Vélez por el juicio por calumnias e injurias?
Federico Bal: —No. Y sigue hablando en la tele, defenestrándome, y suma hojitas más a la causa. El juicio está ganado y sigue, para generar conflicto. No son 60 mil pesos como se dice sino mucho más, plata que voy a donar a una institución benéfica en su totalidad.
—¿Temés encontrarte con tus exparejas Barbie Vélez y Laurita Fernández?
Federico Bal: —Les dije a mis viejos que no vayamos a los lugares donde van los elencos, tenemos que cuidarnos, no podemos dejar nada librado al azar. No es fácil porque esta ciudad era de ellos, donde hicieron éxitos durante 40 años. Pero no quiero al otro día encontrar en los medios comentarios, fotos, nada de eso. Esta no es una temporada más para mí, le puse el alma a este espectáculo y estoy pendiente de cada detalle. Hay momentos para todo y este es el momento de mi familia.
—Calu Rivero no fue al programa Podemos hablar porque vos estabas, en solidaridad con Barbie Vélez que te acusó de violencia de género.
Federico Bal: —Sí y respeto su postura, no tengo nada para decirle. Admiro su feminismo y activismo pero las cosas no fueron como ella cree.
—Santiago, a Carmen y Federico les gusta ver cine y teatro cuando tienen tiempo. ¿A vos?
Santiago Bal: —Nada. Ni la televisión. Estoy en el reposo del guerrero. Vida ascética. Escribo todo el día. Escribí un anecdotario, mis memorias, que las va a publicar, me dijeron, una importante editorial.
De mis amigos extraño a Gerardo (Sofovich) y a Rolo (Puente)
—¿A quién extrañás?
Santiago Bal: —A nadie. Antes a Carmen y ahora la veo casi todos los días. De mis amigos, a Gerardo (Sofovich) y a Rolo (Puente). Con Gerardo, íbamos a tomar un whisky y nos mandábamos un ¿te acordás? Y a Rolo lo extraño muchísimo. Pero fuimos unos idiotas con el pucho. El Epoc me está matando, es un infierno subir y bajar las escaleras del teatro, me armaron un camarín arriba. Hace 30 años que no fumo pero el daño está hecho.
—Sofovich se tendría que haber aggiornado, ¿no?
Federico Bal: —Sí, y Olmedo y Porcel, tantos más.
Carmen Barbieri: —Lo hubiera hecho.
Santiago Bal: —Gerardo inventó todo en televisión, hizo todo, era un genio, no le quedó nada por inventar.
Nuevamente juntos, dirigida por Federico Bal. En el teatro Atlas, Corrientes y Luro, Mar del Plata. Martes a domingo, a las 21 y 23.15. Entradas desde 700 pesos.
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